¿Cómo superó Luis Enrique, el técnico del PSG, la muerte de su hija Xana a los 9 años?
El técnico español, que dirige al PSG, perdió a su hija Xana, de 9 años, por un cáncer óseo en 2019. Superó la dificultad y ahora triunfa y la recuerda con amor.
Estudiante de periodismo de la Universidad de Antioquia. Interesado en el periodismo narrativo y los deportes.
El técnico español Luis Enrique Martínez habla con un desparpajo descomunal: es espontáneo, “lengüisuelto”, sincero. Su tono de voz es suave, pero carrasposo a la vez. Todo el tiempo da la sensación de que estuviera disfónico. Además, se expresa con tanta velocidad que por momentos parece que las palabras se chocan cuando salen de su boca mientras gesticula de manera exagerada con las cejas.
Es un líder natural. “Tu ejemplo empujará a los demás”, le dijo alguna vez el técnico al futbolista francés Kylian Mbappé. Lo manifestó con la autoridad moral que da la experiencia. A sus 53 años, Luis Enrique Martínez conoce la luz y la oscuridad de la vida. No solo es un entrenador exitoso. También es un hombre que conoce el dolor: hace cinco años tuvo que enterrar a uno de sus tres hijos.
¿Cómo se enteró Luis Enrique de la muerte de su hija?
Luis Enrique cumplía uno de los sueños de su vida, cuando de repente un médico le diagnosticó cáncer óseo a Xana, su hija menor. Era marzo del 2019. La Selección de España estaba concentrada en Malta para enfrentar al equipo nacional de ese país.
Al seleccionador nacional lo llamó su esposa, Elena Cullell. Le dijo que algo grave estaba pasando. El dolor en los huesos que tenía la hija menor de la casa resultó ser un Osteosarcoma, un tipo de cáncer que, según la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, es poco común.
¿Cómo es el cáncer del que murió la hija de Luis Enrique?
Este tipo de tumor maligno suele ser diagnosticado en niños y adolescentes cuando crecen de manera rápida. Por lo general, se encuentra en huesos de los brazos, los muslos o las espinillas. El golpe de las células malignas en el cuerpo llevan a que la estructura ósea se debilite.
Apenas supo la noticia, Luis Enrique abandonó la concentración de España. Se dijo que fue por un tema familiar, pero no se especificó nada. Xana, que tenía nueve años, empezó una batalla médica para amainar los efectos del tumor.
Toda la energía de su padre estaba puesta en su recuperación. Por eso, el 19 de junio del 2019 renunció a ser el técnico de España. Dijo en su momento que el motivo que le impidió desarrollar con normalidad su labor de seleccionado seguía presente.
Más de dos meses después, el 29 de agosto, ocurrió lo que menos deseaba: su hija falleció por causa de la enfermedad. Por medio de un comunicado en su cuenta de X (antes Twitter), anunció la noticia. “Te echaremos mucho de menos, pero te recordaremos cada día de nuestras vidas con la esperanza de que en un futuro nos volvamos a encontrar. Serás la estrella que guíe a nuestra familia”, escribió.
Lloró sin consuelo. Sintió dolor. Estuvo sumido en la oscuridad, pero su estoicismo lo salvó, le ayudó a entender esa muerte como parte del ciclo de su vida. Además, se prometió nunca olvidar a su hija.
El 19 de noviembre del 2019, dos meses y medio después de la muerte de Xana, regresó a ser el técnico de España. Con su “locura”, que esconde detrás una gran fortaleza mental, llevó a la selección española al Mundial de Qatar.
Además, se abrió al mundo. Empezó a contar, por medio de transmisiones en Twitch, cómo eran sus jornadas de trabajo como seleccionador nacional. Por eso lo criticaron, pero no le importó. El objetivo mayor era claro: el dinero recaudado en esos directos fue donado a fundaciones que luchan contra el cáncer infantil en España.
Se volvió una “celebridad”. Lo llamaron para protagonizar el documental “No tenéis ni puta idea”, de Movistar+. Ahí habló de su hija. Contó que la recuerda con amor y alegría siempre. También manifestó que, a pesar de las dificultades de la vida se siente afortunado.
¿Cómo es Luis Enrique en su faceta de entrenador?
Cuando está en su oficina de entrenador en la sede del PSG, a Luis Enrique le suena la alarma de su reloj de mano cada media hora. No importa lo que esté haciendo. Tampoco con quiénes esté trabajando. En ese momento todas las personas que están en el lugar tienen que levantarse de sus sillas para hacer movimientos articulares, activar todos los músculos del cuerpo.
Hacen sentadillas, flexiones de brazos, mueven las manos haciendo rotaciones, estiran el cuello, las piernas. Se toman un respiro antes de volver a empezar a trabajar. Así son las pausas activas que hace el técnico español, que dice que es un “sedentario activo”, para evitar que le duelan la cadera o la espalda por mantenerse todo el tiempo sentado. Las personas que están con él en el mismo espacio lo miran raro. A él no le importa. Lo hace y ya. Hay video de registro.