Un español en Albania y un ruso en Ucrania: 82 futbolistas “migrantes” juegan la Eurocopa 2024
El futbolista Iván Balliu nació en España, pero juega con Albania. Ese seleccionado tiene 19 jugadores nacionalizados.
Estudiante de periodismo de la Universidad de Antioquia. Interesado en el periodismo narrativo y los deportes.
Habla un castellano perfecto: cecea todo el tiempo. Es un catalán de pura sepa. Nació en Caldas de Malavella, un municipio de la provincia de Girona, ubicado en la comunidad autónoma de Cataluña, que queda a una hora en carro de Barcelona.
Su madre es catalana. Por eso lleva el apellido Campeny, uno de los más tradicionales de esa región del norte de España desde el Siglo XV. Su padre también nació en Cataluña. Pero su last name es poco convencional: Balliu.
Por eso al futbolista Iván Balliu lo sorprendió cuando en 2017, mientras jugaba en el F.C Metz de la primera división de Francia, le escribieran miles de mensajes en albano en sus redes sociales. Él, que salió de España cuando tenía 21 años, no entendía nada. Y eso que desde niño aprendió a hablar inglés y francés, entre otros idiomas.
Una herencia familiar
Iván Balliu Campeny es rubio, mide 1,74 metros de estatura, tiene 32 años, juega de lateral por cualquier perfil o de interior por la derecha. Se formó como futbolista profesional en La Masía, las divisiones menores del F.C. Barcelona de España. Tiene buen pie, es hábil.
Toda su vida soñó con jugar en el seleccionado español. Sin embargo, la competencia en su puesto es apretada, compleja. La posición de lateral por derecha la suele ocupar Dani Carvajal, figura del Real Madrid. Por la izquierda suelen estar Cucurela, Marcos Alonso. En el mediocampo Sergio Busquets, Rodri, Pedri, no dejan espacio desde hace algunos años.
Por eso a Balliu le llamó la atención cuando Alarico Rossi, un “veedor” de la Selección de Albania, que se dedica a buscar futbolistas con posibles raíces en ese país, lo contactó y le dijo que, según un estudio que estaba haciendo, él podría ser convocado a la Selección.
El anuncio se lo hicieron en 2017. Él sabía que su apellido paterno era raro, que solo habían cerca de 40 personas en España que lo tenían, todos familiares suyos. Lo que desconocía era que en Albania ese apellido es bastante común. De acuerdo con los registro que se tienen, unas 4.000 personas lo portan. Iván preguntó en su familia. Empezaron a indagar. Se dieron cuenta que su tatarabuelo paterno era de origen albano. Hicieron el proceso para nacionalizarlo.
Lo convocaron. Tomar la decisión de aceptar el llamado fue fácil. Según dijo Balliu en entrevista con el diario catalán El Periódico, el motivo principal que lo llevó a jugar con Albania fue que el seleccionado participó por primera en su historia la Eurocopa 2016.
En octubre de 2017 debutó. Fue, de manera paradójica, en un partido amistoso contra la Selección de España, su país natal, su lugar de origen. El seleccionado español ganó 3-0 en el estadio Rico Pérez de la ciudad de Alicante.
Uno de tantos “migrantes”
En las 24 selecciones que disputan la Eurocopa 2024 hay 82 futbolistas nacionalizados. Albania es el seleccionado que más “migrantes” tiene entre sus convocados. Diecinueve de los 26 jugadores que llamó el técnico brasileño Sylvinho, nacieron en otras naciones, pero el origen de sus familias está en el país ubicado al sur de la península balcánica.
Balliu, que fue compañero del colombiano Radamel Falcao García en el Rayo Vallecano durante la temporada que terminó, es uno de ellos. Aunque no habla una sola palabra de albanés, lengua que cuenta con entre 5 y 6 millones de parlante en países como Albania, Macedonia del Norte y Kosovo, logró consolidarse como uno de los habituales convocados del equipo, que este año participa en su segunda euro.
Esa posibilidad se dio gracias a su talento y la regularidad que tiene en el equipo de Vallecas, en el que juega desde agosto del 2021. Pero también fue una consecuencia del proceso que inició la Federación de Fútbol de Albania hace unos años y que encontró buena recepción por parte del seleccionador nacional de “repatriar” a los jugadores extranjeros que fueran convocables.
Sylvinho, quien tiene en su equipo de trabajo al exfutbolista Pablo Zabaleta, logró esa meta. De los futbolistas que convocó para disputar esta edición de la Euro, cinco nacieron en Suiza, tres en Kosovo (territorio con el que Albania tiene frontera terrestres en el norte y cuya mayor cantidad de población es de origen albano), 3 en Grecia, 3 en Macedonia del Norte, 2 en Alemania, 1 en Italia, otro en Inglaterra y Balliu, que vino al mundo en la península ibérica.
La mayoría juegan en el fútbol italiano. Por eso han logrado armar un buen equipo. Este lunes, contra España (2:00 p.m.) en el último duelo del Grupo B de la fase de grupos del torneo continental lo tienen que demostrar. Albania, con un punto, es tercera en su zona. De conseguir un triunfo se metería en octavos de final como segunda. En caso de empatar, tendría que esperar a que se termine de jugar la tercera fecha para conocer si logra meterse como una de las cuatro selecciones que pasan siendo terceras.
Una consecuencia de la guerra
Las selecciones de Croacia y Turquía son los otros equipos nacionales que más futbolistas nacionalizados tienen en sus plantillas: cada una cuenta con 8 jugadores que no nacieron en sus territorios. La razón, por el lado de Croacia, es que los padres de muchos de esos jugadores tuvieron que migrar como consecuencia de la guerra de independencia que se vivió en ese territorio entre 1990 y 1995, en el marco de la disolución de la antigua Yugoslavia.
Ese hecho llevó a que cerca de 200.000 habitantes de Croacia migraran hacia países cercanos como Alemania y Austria, fuera del bloque. Entre las personas que se vieron obligadas a buscar refugio estaban las de los jugadores Josip Stanisic, que nació en Múnich, Alemania; la de Marin Pogracic, que vino al mundo en Landshut y la de Mario y Marco Pasalic, cuya madre los dio a luz en Mainz y Karlsruhe. Esa es la cuota “alemana” en el seleccionado croata.
Entre tanto, el reconocido volante Mateo Kovacic, que ha vestido la camiseta de equipos como Chelsea, Real Madrid, Manchester City, entre otros importante del balompié del Viejo Continente, y Luka Susic, nacieron en la ciudad austriaca de Linz, ubicada al norte de es país, en límites entre República Checa y Alemania.
Josip Sutalo y Ante Budimir nacieron en Bosnia y Herzegovina, país con el que el territorio croata tiene frontera terrestre y con el que sostuvo una guerra territorial que duró entre el 28 de octubre de 1992 y el 23 de febrero de 1994.
Una mezcla de factores
El caso de los futbolista turcos no es muy distinto. Las familias de muchos de ellos salieron de su país por motivos económicos o huyendo de los problemas de orden público que ocurrían en las naciones con fronterizas.
Muchos de ellos se fueron a vivir a Alemania, país con el que Turquía firmó un acuerdo en la década del 60 para que sus ciudadanos pudieran migrar de manera fácil y les ayudaran en su momento de bonanza económica después del final de la Segunda Guerra Mundial. Desde ese momento el paso de migrantes turco no mermó. Se estima que la colonia turca en Alemania está conformada por 7 millones de personas. Por eso, 5 de los 8 jugadores nacionalizados que tiene la Selección de Turquía en la Eurocopa 2024, nacieron en el país teutón.
Hakan Calhanouglu, Kaan Ayhan, Salih özcan, Cenk Tosun y Kenan Yildiz, vinieron al mundo en territorio alemán. Entre tanto, Ferdi Kadioglu, Orkun Kokcu, nacieron en Países Bajos, mientras que la madre de Mert Küldur nació en Viena, la capital de Austria.
Escocia es la Selección que sigue en cuanto a futbolistas nacionalizados: tiene 6 jugadores. Cinco nacieron en Inglaterra. Uno (Kieran Tierny), en la Isla de Man, una de las islas británicas ubicada cerca del mar de Irlanda.
Hungría y Serbia tienen 5 jugadores nacionalizados. Portugal, Francia y Suiza cuentan con 4. España tiene 3. Ucrania, Georgia, Rumania, Polonia, Italia y Eslovenia tienen 2. Inglaterra, Eslovaquia, Bélgica y Alemania solo cuentan con un futbolista que no nació en su territorio en el torneo continental, que parece ser el campeonato de los migrantes.
Un ruso que juega para ucrania y rechazó la invasión de 2022
El futbolista ucraniano Andiy Yarmolenko nació en la ciudad rusa de San Petersburgo. Sin embargo, poco tiempo después se fue a vivir con sus padres a territorio ucraniano. La mayor parte de sus 34 años de vida los ha pasado en territorio ucraniano. Por eso dice que se considera 100% de ese país, con cuya selección juega la Eurocopa 2024. Incluso ha manifestado en repetidas ocasiones que si pudiera borraría de su certificado de nacimiento que fue en la ciudad rusa. Durante el inicio de la invasión de Rusia a su país, el delantero del Dinamno de Kiev levantó su voz de protesta en rechazo.
Solo 4 selecciones no tienen migrantes en sus convocados
Solo 4 de las 24 selecciones de la Eurocopa no tienen futbolistas nacionalizados en sus filas: Austria, Dinamarca, Países Bajos y República Checa. Sin embargo, en el caso de elencos como el seleccionado austriaco y el de Holanda hay jugadores cuyas raíces familiares son de otros países, pero ellos nacieron y decidieron jugar por el país que los vio crecer. Entre tanto, los daneses y los checos son equipos casi que “puristas” en cuanto a los jugadores que convocaron. El equipo de Chequia es el único de los balcanes que no tiene jugadores nacionalizados.
La suiza de shaquiri fue la piedra en el zapato de Alemania
Por el inicio apabullante que tuvo la Selección de Alemania en la Eurocopa, se pensó que sería difícil sacarle puntos en la fase de grupos. Sin embargo, el seleccionado suizo, que tiene entre sus filas a futbolistas nacionalizados como Xerdan Shaquiri, cuyo origen está en Kosovo, logró sacarle un empate en el duelo de la terecera fecha del Grupo A, que se disputó este domingo. Los suizos igualaron a un tanto con los teutones. Las anotaciones fueron de Dan Ndoye, para Suiza y Niclas Fullfrug para Alemania. En el otro duelo dominical, Hungría venció 0-1 a Escocia con gol de Kevin Csoboth. Hoy: Albania-España y Croacia-Italia (2:00 p.m. hora colombiana).