Un gesto valioso: hinchas del Atalanta visitaron en Eslovenia a Josep Ilicic, la estrella del equipo italiano que sufrió de depresión
El futbolista, que nació es Bosnia y migró a territorio esloveno en la década del 90 huyendo de la guerra, está jugando en el Maribor de la Liga de su país adoptivo.
Estudiante de periodismo de la Universidad de Antioquia. Interesado en el periodismo narrativo y los deportes.
Fue un gesto bonito. Le hicieron sentir el cariño que le tienen. Fue una manera de agradecerle todas las alegrías que les regaló cuando era una de las estrellas de su equipo. Por eso Josep Ilicic se vio contento cuando un grupo de unos 150 aficionados del Atalanta de Bérgamo fue hasta Maribor, la ciudad de Eslovenia en la que vive, para saludarlo.
Los aficionados, que iban hacia Austria a ver el partido entre el cuadro italiano y el Sturm de Graz, que se jugó el jueves y quedó empatado a 2 goles (las anotaciones de los itálicos las marcó el colombiano Luis Fernando Muriel), se desviaron cerca de 600 kilómetros para saludar a su ídolo.
Ilicic jugó en el Atalanta entre 2017 y 2022. Fue una de las figuras de la escuadra que formó Gian Piero Gasperini y llegó hasta las semifinales de la Liga de Campeones que se jugaron en Lisboa en 2020. Pero Josip, que es un volante talentoso, tuvo un problema de salud mental que lo llevó a bajar su nivel futbolístico.
Fue durante la pandemia. Bérgamo era uno de los epicentros de contagio de Covid-19 en Europa en marzo de 2020, cuando la crisis sanitaria recién empezaba y el mundo caminaba ciego hacia un destino incierto. Ilicic se contagió. Tuvo que estar encerrado, en cuarentena. La perplejidad de la situación lo superó y lo condujo hacia una depresión profunda.
En parte porque le revivió los fantasmas de su infancia en Bosnia. Ilicic nació en 1988, en el contexto de la Guerra Fría. Eran tiempos convulsos en el Europa del Este. Había hambre, pobreza, descontento social, político, y se cocinaba la caída del comunismo en la antigua Yugoslavia.
El ambiente llegó al clímax en 1992. Se desató la guerra de Bosnia, que duró hasta 1995. El niño Ilicic, sufrió en primera personas las consecuencias del enfrentamiento armado: su padre murió. Por eso la familia buscó refugio en Eslovenia, un país vecino.
Pero volviendo al 2020, la pandemia hizo que eI futbolista bajara un par de kilos. Su rostro cambió. Se le apagó la chispa que le daba magia en la cancha. Por eso el jugador pidió un permiso especial al equipo para que lo dejaran irse para Eslovenia a estar con su familia.
Estuvo con ellos. Recibió terapia, pero cuando reabrieron el fútbol no quiso volver a Italia. No se sentía en forma. Lograron convencerlo de regresar a Italia. Después de mucho trabajo con el cuerpo técnico del Atalanta logró pisar de nuevo las canchas. Le costó recuperar el nivel que tenía antes de la llegada del virus. No lo encontró de nuevo.
Estuvo en el cuadro neroazurro hasta 2022. Después tomó la decisión de volver a Eslovenia. Lo contrató el Nogometni Klub Maribor, que es el conjunto en el que juega actualmente y al que lo fueron a visitar los hinchas del Atalanta cuando viajaban hacia Austria, para ver jugar al equipo en el Ilicic tantas alegrías les dio.