Fútbol Colombiano

Adiós al defensor que formó a un goleador

Radamel García King, padre de Falcao García, falleció en Santa Marta a los 61 años. Fue el gran apoyo del delantero.

Cuyabra. Comunicadora social-periodista de la Universidad del Quindío. Redactora del área de Contenidos Digitales.

05 de enero de 2019

“Ese muchacho que yo quiero tanto / ese que yo regaño a cada rato / me hizo acordar ayer / que así era yo también cuando muchacho / que solo me aquietaban dos pengazos / del viejo Rafael.

Y se parece tanto a papá / hombre del alma buena...”, esos versos de Diomedes Díaz, de la canción Mi Muchacho, fueron el aliento de Radamel Falcao García cuando sufrió, en 2014, la lesión de ligamento cruzado que lo apartó del Mundial de Brasil.

Se los dedicó su papá, Radamel Enrique García, desde que era niño y cada vez que podía se la cantaba, en persona o por la vocina del teléfono.

“Cuando la escucha enseguida me dice ‘papi, mira el disco que me dedicaste’, y se echa a reír”, reveló en una entrevista en 2017 a El Heraldo de Barranquilla, el exfutbolista, que el jueves falleció de un paro cardiorespiratorio fulminante en Santa Marta.

Hijo, hermano, amigo, papá, abuelo, futbolista y técnico ejemplar, con carácter y sobre todo agradecido. Así describen sus allegados al hombre que impulsó, desde pequeño, la carrera del máximo goleador de la Selección Colombia, que durante su carrera deportiva ha tenido la marca de su papá.

“Fortaleza a la hora de ir por el esférico, recio al enfrentar los delanteros rivales, muy fuerte en el juego aéreo, algunas de sus virtudes”, recuerda Santa Fe, equipo en el que debutó en 1977 el que fuera defensor central.

Jugo además en Junior, Unión Magdalena, Tolima, Bucaramanga y Medellín. También tuvo un paso por el fútbol venezolano, en equipos como Táchira, Mineros y Monagas, del que fue jugador y director técnico.

Al igual que su hijo, defendió los colores de la Selección. Estuvo en los Juegos Olímpicos de Moscú 1980, junto a jugadores como Benjamín Cardona, Alexis García y Pedro Sarmiento. Este último lo recuerda como un hombre apasionado por su profesión.

“Radamel era un hombre con carácter y mucha iniciativa dentro y fuera de la cancha. Era una gran persona, disciplinado y dedicado, eso se refleja en lo que es hoy su hijo”, comentó Sarmiento.

Se retiró en 1996 luego de haber jugado 360 partidos profesionales en los que marcó 14 goles.

Luego, Falcao, fue su prioridad. Se dedicó a forjar su carrera, acompañó y guió a su hijo, al que le puso el nombre del brasileño Paulo Roberto Falcao, para que se convirtiera en la figura que es hoy en día. El muchacho que llora su partida.