“Con compromiso y disciplina se logra mucho”, dice Miguel A. Rodríguez, el mejor del squash suramericano
Dialogamos con el que hasta acá ha sido el único suramericano en ganar un torneo del circuito mundial y quien además llegó a ser cuarto del ranking internacional.
Periodista de la Universidad del Quindío. Cuyabra hasta los huesos y mamá de un milagro llamado Mariana, amante de la salsa y apasionada por el deporte.
A sus 37 años de edad, y con más de dos décadas como deportista profesional de squash, el bogotano Miguel Ángel Rodríguez sigue vigente en este deporte, en el que se ha ganado un nombre por su estilo de juego, sus resultados y su profesionalismo.
El inicio de este 2023 ha sido bueno para él, ha disputado dos semifinales en importantes torneos en Nueva York y Canadá. Ahora, se alista para su principal reto, el Brithis Open, competencia que ganó en 2018 convirtiéndose en el único sudamericano en conseguir un título de un torneo que tiene las mismas connotaciones de un Grand Slam (Wimbledon en tenis) o un Major en el golf.
Su nivel y su aporte han sido tan significativos que la PSA (Asociación Profesional de Squash, por sus sigla en inglés) lo catalogó como el jugador más valioso en el J.P. Morgan Torneo de Campeones en Nueva York.
En su carrera ajusta 544 partidos en 227 torneos en los que suma 345 victorias y 199 derrotas, para un total de 30 títulos en 41 finales disputadas. Su mejor ranking lo logró en 2015 cuando alcanzó el cuarto lugar del mundo. Desde entonces, se ha mantenido entre los 15 mejores del circuito mundial.
EL COLOMBIANO habló con el deportista que va de un país a otro, compitiendo en lugares mágicos, exóticos, exhibiendo su particular estilo con jugadas increíbles.
¿Cuál es la clave para mantenerse durante tantos años como referente del squash nacional y a nivel internacional?
“Es gracias a la disciplina, constancia, pasión y la energía que mantengo para jugar. Supe desde muy pequeño que tenía condiciones y ganas de jugar squash por el legado de mi papá. La motricidad y la habilidad se dio desde muy pequeño. Luego lo fortalecí con mucho entrenamiento, compromiso, sacrificio, colocándome metas cada año a corto y media plazo, teniendo presente que, sin importar los obstáculos y dificultades económicas, iba a lograr los objetivos que me propuse desde muy pequeño. Es importante que lo que amas lo hagas de gran manera para alcanzar el éxito”.
¿Cuándo planea una temporada en qué es lo que más énfasis hace?
“Al principio de año (temporada arranca en septiembre y termina en mayo) planeo cada trimestre de mis temporadas, y lo más importante que me digo a mi mismo, a mis 37 años, es que voy a tratar de ser mejor de lo que fui el año pasado, en marcas, torneos, resultados y siempre busco jugar certámenes de categoría mediana para jugar finales y ganar. Lo más importante es estar muy activo. Ahora mezclo los entrenamientos, ya no son de tanta cantidad sino de mayor calidad, y es vital mantener mi estado físico”.
¿Cuánto dinero debe invertir cada temporada?
“Más o menos son entre $100 y $120 millones al año, para cubrir los torneos que juego, además de gastos como los tiquetes, alimentación, hotel, pagos al preparador físico, terapeuta, masajista, el entrenamiento con el preparador de cancha que está radicado en La Florida. Entonces, eso requiere el alquiler de apto y escenario, entre otras cosas. Por eso, además de competir en el circuito PSA, también lo hago por Colombia en eventos del ciclo Olímpico, con el IDRD en Juegos Nacionales y otros eventos en el país. Hago exhibiciones, clínicas y me la paso en movimiento todo el año, creo que en Colombia, sumando los días, no alcanzo a estar mes y medio durante el año”.
¿En su carrera cómo ha sido el tema de los patrocinios, por ser un deportista con tantos logros es más fácil?
“No ha sido fácil, pero conté con apoyo de marcas como el Éxito con la marca Taeq (2014-2017), algo que fue muy importante para mí; Sporade me apoyó durante tres años y, en la parte internacional, estoy con una marca alemana de aceite de carros (Rowe Motor Oil), también con Tecnifibre que me suple mis raquetas y maletines (8 años) y una marca americana de diseño, que son muy importantes, pero siempre tengo que buscar sponsors para poder suplir todos los gastos”.
¿Cuáles son los tres hechos que jamás se van a borrar de su mente?
“Cuando gané el Brithis Open en 2018 nunca se me va a olvidar, tampoco el primer torneo internacional que lo logré en el 2005 en Argentina, y la primera medalla individual de oro en los Panamericanos de México 2012. Son cosas que me han marcado, lo mismo llegar al cuarto lugar del ranking mundial y, mantenerme entre los 10 mejores del mundo por 60 meses, es algo que nadie me lo va quitar”.
¿Quiénes son esos deportistas que vienen en proceso y que podrían ser ese relevo generacional para el squash nacional?
“Juan José Torres que ha ganado el US Open Junior en dos ocasiones, tiene 18 años. También está Juan Irisarri, tiene 16 años y quedó subcampeón en el US Open Junior en su categoría. Lo más importante es que tengan hambre de triunfo, ese fuego dentro para que se sostengan, ahora están dando muy buenos resultados a nivel junior. También hay dos niños que me gusta como juegan, Juan Pablo Niño y Martín Mejía, ambos de Medellín. Ellos son los referentes de sus categorías (sub-13) y seguramente pueden llegar a ser profesionales, son muy buenos”.
Por su estilo y sus resultados se ha ganado un lugar en el mundo, ¿qué significa esto para usted?
“Tengo mucha gratitud y orgullo por todo lo que he logrado como jugador individual en este deporte a nivel mundial, tener muchos fans en alrededor del mundo me da alegría y orgullo, porque sé que motivo a muchas generaciones (niños y adultos) que ven en mi un ejemplo a seguir y de que los sueños se pueden cumplir a través de un deporte”.
¿Cómo quiere que lo vean, cuál es el legado que quiere dejar?
“Lo mejor es haber dejado huella en muchas generaciones por mis actuaciones, mi forma de juego y mi estilo. Quiero retribuirle al deporte todo lo que me ha dado, ayudar a muchos niños que quieren lograr sus sueños, que buscan una beca universitaria o ser jugadores profesionales, motivar a esas personas para que vean que uno puede llegar muy lejos a pesar de la adversidad y la edad, que solo con el compromiso y la disciplina se pueden lograr muchas cosas, no solo a nivel deportivo sino también personal”.