La cara que nadie quería ver en Egan: el sufrimiento
Pocas veces en su joven y exitosa carrera deportiva, a Egan Bernal (Ineos) se le había visto sufrir como sucedió este domingo en la etapa 15 del Tour de Francia, sobre todo en el terreno donde es fuerte, la alta montaña.
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A unos 13 kilómetros para la meta en el alto de la Grand Colombier, de 17,7 km de ascensión, Bernal, último campeón de la ronda gala, vivió momentos infernales mientras sus máximos oponentes, entre ellos el líder Primoz Roglic, arropado por su grupo de gregarios en el Jumbo -un total de cinco a esas alturas de la fracción- aceleraban el paso impidiendo que el colombiano lograra darles cacería.
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Fue tanto el padecimiento del cundinamarqués, que arribó a la meta a 7 minutos y 20 segundos del vencedor, el esloveno Tadej Pogacar (UAE), otra maravilla del pedal que impresiona como lo hizo Egan en 2019, cuando con 22 años venció en el Tour y fue el mejor joven. Pocagar debuta en la prueba, es el más joven con 21 de edad y es segundo en la general, a 40 segundos de su paisano Roglic.
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“Estoy en mis mejores registros, pero otros están más fuertes”, reconocía Egan el pasado viernes.
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“Esta es la carrera más dura del mundo y estoy corriendo contra los mejores, dando lo mejor de mí mismo. No me siento decepcionado, ¡para nada! Da igual si termino tercero, segundo, primero o quinto: no habrá nada que lamentar, porque lo habré dado todo”, agregaba.
En el presente Tour, Egan dio quizá, ante el mundo, sus primeros signos de debilidad sobre la bicicleta, algo normal en un deporte tan exigente como el ciclismo. El criollo venía con una gran regularidad -5 top-5 en clasificaciones general-, ayer evidenció que también es humano.