Bolichera Leidy Obando es inspiración para mujeres en condición de discapacidad
La bolichera antioqueña trabaja con la Fundación Waima para que las mujeres en condición de discapacidad salgan adelante.
Periodista de la Universidad del Quindío. Cuyabra hasta los huesos y mamá de un milagro llamado Mariana, amante de la salsa y apasionada por el deporte.
En la pista Leidy Johana Obando Atehortúa luce impecable, segura y decidida al momento de hacer sus lanzamientos.
Con sus ojos vendados, la bolichera se desplaza por el escenario sin inconvenientes. Con su mano derecha toma la bola, y con la izquierda agarra una cuerda que le sirve de guía para llegar hasta la zona de lanzamiento. Lanza y en silencio espera el sonido que hacen los pines al caer y celebra sus chuzas (tumbar todos los pines con el bolo).
La deportista, que hace parte de la Selección Antioquia que participa en el clasificatorio a Juegos Paranacionales en la disciplina de los bolos, ha logrado avances impresionantes en el corto tiempo que lleva en este deporte (empezó el año pasado en enero).
Pero la misión que puso Leidy es otra, va más allá de lo deportivo, y por eso trabaja con la Fundación Waima para que otras mujeres en condición de discapacidad se empoderen, se cuiden y salgan adelante.
“Tuve una experiencia desagradable mientras me transportaba en el metro. Escuché a unos pasajeros hablando del abandono que presentaban las personas en condición de discapacidad y eso me dolió bastante”, reflexiona Leidy, quien estudió Asesoría de Imagen para ayudar a otras mujeres.
“Lo que quiero es que sin importar el tipo de discapacidad que tenga no se descuiden, que se acuerden que antes de ser madres, hijas, hermanas o deportistas son mujeres y valen mucho”, recalca.
Y es que Leidy antes de cada entrenamiento y competencia dedica un tiempo para llegar reluciente a la pista, pues es el amor propio lo primero que, según su experiencia, deben trabajar las personas con discapacidad.
Su historia
Leidy nació en Medellín y fue diagnosticada con un glaucoma congénito de nacimiento, (trastorno ocular que daña el nervio óptico), ocasionando la pérdida de la vista.
A sus 15 años de edad perdió la visión totalmente, por lo que inició su proceso de rehabilitación. Luego conformó una familia y tuvo a su hija María Camila Obando, quien ya tiene 23 años y es una de sus motivaciones para seguir adelante.
Cuando su hija creció, Leidy incursionó en el deporte. Lo hizo en el goalball (deporte paralímpico en el que en una cancha con arco dos equipos buscan anotar gol), pero esta disciplina no le gustó por ser un deporte de contacto.
Inquieta siempre por estar bien y por salir adelante, Leidy estudió y luego, motivada por la invitación de un amigo, llegó a la bolera para conocer sobre este deporte.
Estando allí, además de gustarle, se dio cuenta que tenía grandes condiciones para practicarlo y por tratarse de un disciplina individual la entusiasmó más.
Así inició su camino en esta especialidad, en la que poco a poco va alcanzando metas. “Al arrancar me tocó usar mi mano no hábil (derecha) y ya cuando aprendí el juego pude pasarme a jugar con la mano izquierda”, recuerda. Tras asegurar su clasificación a Juegos Paranacionales, Leidy continuará con sus entrenamientos para mejorar su resultados, pues el sueño es lograr medallas con Antioquia en las justas, mientras sigue ayudando a otras mujeres para que logren lo anhelado.