Nace Editorial Angosta para difundir nuevos autores
Héctor Abad Faciolince y amigos crean editorial para publicar libros de autores poco visibles.
Envigadeño dedicado a la escritura de periodismo narrativo y literatura. Libros de cuentos: Al filo de la realidad y El alma de las cosas. Periodismo: Contra el viento del olvido, en coautoría con William Ospina y Rubén López; Crónicas de humo, El Arca de Noé, y Vida y milagros. Novelas: Gema, la nieve y el batracio, El fiscal Rosado, y El fiscal Rosado y la extraña muerte del actor dramático. Fábulas: Las fábulas de Alí Pato. Premio de la Sociedad Interamericana de Prensa.
Como las editoriales grandes son más bien sordas para escuchar las voces nuevas de la literatura, Héctor Abad Faciolince fundó una que sí las oye.
Se llama Angosta, como su novela. Y a pesar de su nombre, en ella caben las ideas de muchas personas: las de esos escritores de cualquier edad a los que casi no se les distingue la voz, y también las consignadas en publicaciones de otras épocas o en otros idiomas, que bien vale la pena que las personas de este tiempo no se las pierdan.
De acuerdo con una de las integrantes del equipo armado por Héctor, Ana Katalina Carmona, se juntaron varias circunstancias para que apareciera esta editorial.
La primera, que el autor de El olvido que seremos ha vivido los libros desde distintas facetas —escritor, lector, editor, traductor—, menos la de fabricante. De modo que quiso satisfacer el deseo de hacerlos también.
Y con unos billetes que había ganado por traducciones decidió darle realidad a ese anhelo.
Dirige un taller de escritura en Eafit, que dicho de otra manera también es la fuente de voces nuevas, emitidas por personas viejas o jóvenes. De ahí salió Juliana Restrepo, autora con cuya obra inicia la editorial.
Las otras circunstancias partieron de la primera: llamó a varios amigos, “entre ellos, a Jose (Andrés Ardila) y a mí, que éramos integrantes del taller de escritura que él dirige en Eafit y nos invitó a hacer parte de la editorial”.
Sin embargo, de acuerdo con Ana Katalina, la expectativa era de “algo pequeño. Sin oficina, ni nada”. Pero las cosas crecieron y de Angosta no queda sino el nombre. Apareció otro socio que aportó capital: José Quintana.
No es otra más
Una editorial independiente, como esta, entra de una vez a competir con las gigantes... y con las otras de su tamaño.
—¿Cómo cerciorarse de que Angosta no será una editorial más en el mercado de los libros?
—En un pequeño estudio que realizamos antes de comenzar —responde Ana Katalina— nos dimos cuenta de que las editoriales independientes en nuestro medio se enfocan, más que todo, en el diseño de los volúmenes. Se dedican a producir el libro objeto. Respetamos esos intereses, pero nosotros nos enfocamos en el libro por el contenido.
—¿Y quién paga la edición. El autor del libro o la editorial?
—Queremos respetar a nuestros autores. Lo nuestro no son las autoediciones. Los autores de Angosta no ponen un peso.
Ana Katalina dice que no descartan la apertura de una línea comercial, en la que brinden ese servicio, el de publicar libros por dinero, pero “esos autores no entrarían en nuestro catálogo”.
—¿Cuáles serán los próximos títulos de Angosta?
—Haremos una convocatoria pública en la que muchos autores puedan enviarnos propuestas de libros. Hay un comité de publicación que se encarga de seleccionarlos.