Música

Quién salva a quién: ¿el reguetón al pop o viceversa?

Cada día son más los baladistas o “poperos” que buscan colaboraciones con los urbanos. Este es el por qué.

Periodista, apasionado por el cine, la televisión y el fútbol. Egresado de la U. de A, y envigadeño de nacimiento y residencia.

21 de agosto de 2019

Bailando fue que Enrique Iglesias puso a muchos a hablar del término pop urbano, esa fusión que hoy domina los principales listados de las canciones más escuchadas, en especial en América Latina.

El sencillo, que Iglesias interpretó junto a Descemer Bueno y Gente de Zona, logró ventas de ocho millones de copias, siendo la décima canción más vendida de 2014.

Tras ese impacto apareció en 2017 Despacito, en la que el “popero” Luis Fonsi unió su voz al reguetonero Daddy Yankee. El éxito fue inmediato: número 1 en más de 40 países y el sencillo con más reproducciones en YouTube (al 31 de julio ya sumaba 6.390.305.047).

Aunque los casos de Iglesias y Fonsi son los más mediáticos, desde antes en Colombia Piso 21 y Pasabordo, que tuvieron su origen en el pop, le apostaron no solo a estas fusiones, sino a colaboraciones con reguetoneros.

Pasabordo grabó con J Balvin el remix de Quisiera, mientras que los músicos de Piso 21 presentaron Suele suceder, con Nicky Jam, y Me llamas, con Maluma.

Popular

Artistas que han estado asociados al movimiento pop, como Reik o Jesse y Joy, sorprendieron recientemente con canciones al lado de otros dedicados a lo urbano.

Los mexicanos Jesús Alberto Navarro Rosas, Julio Ramírez Eguía y Gilberto “Bibi” Marín, de Reik, estrenaron Aleluya al lado de los hermanos Turizo (Manuel y Julián), mientras que Jesse y Joy se asociaron con J Balvin para cantar Mañana es too late, canciones que se enmarcan hoy bajo el concepto de pop urbano.

“En Colombia el género urbano cambió porque le apostó más a las melodías y hasta cierto punto a letras románticas. Al final, el pop siempre ha aparecido en diferentes etapas de la música, desde Frank Sinatra y Nirvana”, anota Jesse al hablar de que las actuales generaciones asocian al pop con las baladas, pero que al final el término (pop) hace referencia a lo popular.

En ese sentido, el músico cubano Tommy Torres, uno de lo pocos “románticos” que no le ha apostado al reguetón, aclara que a él no le gusta clasificar la música por géneros, no le gustan las etiquetas de pop, salsa, rock o reguetón.

Torres tiene su denominación: “Para sentir, escuchar y bailar”, y en ese sentido precisa que pareciera que ahora la gente solo quisiera danzar y divertirse, a la vez que compara el reguetón, o la música para bailar, con una píldora para subir el ánimo. Con el boom urbano, anota Torres, las más afectadas han sido las alternativas para bailar (salsa y merengue), y no tanto el pop, que encontró otras puertas. Ahora prefieren el primero y no los segundos. No tanto.

Tabla de salvación

Por su parte, el productor y músico Daniel Escobar opina que el reguetón ha sido la tabla de salvación de los que hacen pop en los últimos años.

“El único que puede decir hoy que es exitoso con baladas es Sebastián Yatra. Aunque si lo ves, su ingreso al mercado fue con reguetón”, anota Escobar, para quien Juan Luis Guerra es uno de los únicos que no ha cedido ante las presiones comerciales. “Firme hasta la muerte”.

Cita el caso de Fonsi, que antes de Despacito no había tenido suerte con sus temas y que después de la canción le siguió apostando a lo urbano.

La banda bogotana Morat es un claro ejemplo de una apuesta por el pop, en medio de un mercado dominado por el género urbano.

Juan Pablo Isaza, guitarrista de esa agrupación, comenta que parte de la magia de hacer música es que la gente no se aburra. “Si uno se encasilla en un género manda el mensaje que todo suena parecido, la magia que tiene el pop es que está asociado a lo que esté pegando en cierto momento”.

Resalta que una de las características del pop, que va en la misma vía del reguetón, es que las letras son “cantables”, que no se necesita diccionario para saber qué significan, y que la gente las recuerda.

El mexicano Jesse apunta a que hay momentos para cada género, los tuvo el bolero, la bachata y la balada, el turno ahora es para los urbanos que se han apalancado en los featuring (colaboraciones). “Se ayudan entre ellos, son un ejemplo a seguir y aprender”.

No es exclusivo

No solo los artistas del pop han encontrado en el reguetón una plataforma para la difusión, sino que cantantes de otros géneros (popular y vallenato) han hecho “juntes” con reguetoneros.

Los casos más sonados son los de Pipe Bueno con Maluma, Silvestre Dangond con Natti Natasha, Carlos Vives con Wisin, Hebert Vargas con J Álvarez y Pipe Peláez con Maluma.

Hasta las baladistas de los 80 y los 90, caso Yuri, Alejandra Guzmán y Gloria Trevi han incursionado en el reguetón. Precisamente esta última, recordada por éxitos como Pelo suelto, grabó al lado de la reguetonera paisa Karol G la canción Hijoepu*#, con toda la esencia, fuerza y doble sentido de la música urbana.

A estos intérpretes hay que sumarles nombres como los de Beyoncé, Justin Bieber, Jason Derulo, Shakira, Cardi B, Becky G y la mismísima Madonna que se han sumado al reguetón.

Mutua conveniencia

Felipe Agudelo, mánager de un grupo artístico que representa a músicos como Pasabordo, Marbelle o Pipe Bueno, anota que en la relación entre el pop y el reguetón ganan todos. Recalca que algunos artistas urbanos lograron llegar a otros públicos, que muchas ocasiones tenía prevenciones con el género que nació en Puerto Rico, gracias a que se unieron a baladistas o “poperos”. Igual, anota, que esa comunión permitió el posicionamiento del llamado pop urbano, con canciones más románticas y un mejor manejo del lenguaje, punto clave para llegar a otros mercados.

Eso sí, fenómenos como Bailando y Despacito aún no se repiten en el mercado.