Draco Rosa sigue siendo un vagabundo, ahora en Medellín
El neoyorquino, ahora sano del cáncer, se prepara para presentar tres noches musicales distintas en Colombia.
Periodista que entiende mejor el mundo gracias a la música, que atrapa cada momento que puede a través de su lente fotográfico y a la que le fascina contar historias usando su voz.
Draco Rosa alguna vez fue un vagabundo, no en el estricto sentido de la palabra, pero cree que en cierto punto de su vida sí fue ese hombre “nómada, loco, noctámbulo y soñador” que describe en la canción que le dio nombre a uno de los discos más exitosos de su carrera.
También ha conocido lo sagrado y lo maldito. Creyó que todo se acabaría tras haber sido diagnosticado con cáncer hace siete años y ahora, libre de la enfermedad, canta con la fuerza vital que lo habita de nuevo.
Un recorrido de 22 años
En 1996, cuando publicó Vagabundo, seguía siendo un joven: no había cumplido 27 años. Se había desmarcado de Menudo hacía un tiempo y se dedicaba a explorar el mundo como artista.
Vivió por temporadas en Brasil, Argentina y Estados Unidos, lanzó su primera producción discográfica, Frío, pero aún no había llegado ese álbum que le daría una envestidura como un solista respetado.
En ese recorrido sintió que las canciones de ese trabajo llegaron de sopetón como un regalo de lo alto. “Fue como si de repente el universo me dijera ‘hey, toma y vete’. Llegó la oportunidad y me apunté. Es algo que solo pasó, no sabía cómo iba a resultar”, contó en conversación con EL COLOMBIANO.
Y resultó bien, muy bien. Tanto que 22 años después, el músico publicó una reedición en vinilo y lo rebautizó Vagabundo 22. Se lo mostrará al público antioqueño el 2 de septiembre en el Teatro Metropolitano de Medellín.
“Vagabundo en un principio fue rechazado por la industria, pero de repente se convirtió en una pieza que ha quedado para la historia como un disco de culto”, dijo.
Lo sagrado y lo maldito
Siempre le ha huido a quedarse en lo mismo, por eso prefiere crear nuevas versiones de sus temas más conocidos. Sabe que el público no le perdona omitir ciertas canciones.
“You know (sabes), eso siempre ha sido difícil porque la repetición es un peligro en la música. Tengo un deseo enorme de hacer cosas nuevas y a veces es complicado tratar de ser puro dentro de una narrativa que ya fue, que ya dejaste de vivir”, confesó.
Por eso decidió hacer una división de su repertorio en otra serie de conciertos que llama lo Sagrado y lo Maldito: uno es un concierto romántico y tranquilo, el Sagrado. Mientras que el más roquero y alocado es el Maldito. Ese par de espectáculos se presentarán en Bogotá el 31 de agosto y el 1 de septiembre.
Celebró aliviarse del cáncer de estómago y del linfoma Non-Hodgkin’s la semana pasada, y en octubre presentará otro álbum: Monte Sagrado. El artista había decidido componer un disco completamente distinto, pero se topó con una vitalidad tan fuerte en su cuerpo y su mente, que el resultado se inclinó en otra dirección.
“Estoy contento de que el universo me h aya dado esta oportunidad de seguir haciendo música, porque pensé que Vida (2013) iba a ser el final. Me siento privilegiado de poder ofrecerle al público esta producción”.