Juan Luis Mejía, el estudiante de los estudiantes
Juan Luis Mejía anunció que dejará la rectoría de la Universidad Eafit en diciembre. Una conversación sobre estos más de 16 años.
Es periodista porque le gusta la cultura y escribir. A veces intenta con la ficción, y con los poemas, y es Camila Avril. Editora de la revista Generación. Estudió Hermenéutica Literaria.
Cuando Juan Luis Mejía llegó a la Universidad Eafit como rector, la única promesa que le hizo al Consejo Superior fueron unas palabras que le escuchó a Germán Arciniégas esa vez que cumplió 50 años de ser profesor en la Universidad de los Andes: “De lo único que me jacto –recuerda Juan Luis que dijo Arciniégas– es que he sido el mejor estudiante de mis estudiantes”.
Promesa cumplida: fueron años de mucho aprendizaje. Porque para él ese cargo está en un ámbito de inteligencia, es para enriquecerse intelectualmente: se pasa, cuenta, de una reunión con los físicos a una con los de ciencia política, a otra con los de administración.
–Eso es impagable –dice al otro lado del teléfono–. Tener la oportunidad de estar permanentemente enriqueciéndose con distintas visiones del universo. Mi suegro que era muy sabio decía que cuando uno es joven debe tener amigos mayores que le den experiencia, pero cuando es mayor debe tener cercanía con la juventud porque le inspiran sueños, ilusiones, alegría, vitalidad.
De ese 24 de marzo pasaron 16 años, cinco meses y 2 días hasta el 26 de agosto, cuando Juan Luis anunció al Consejo Superior que se iba. En una carta escribió: “No quiero conjugar el verbo renunciar. Me retiro de la Rectoría, pero a Eafit la llevaré en el alma agradecida hasta el último día de mi vida”. A esos 16 años hay que sumarle, precisa él, uno que estuvo en el Consejo Superior, así que son 17, y unos 45 años trabajando en otras cosas. En una entrevista con EL COLOMBIANO en mayo dijo que a veces mira para atrás y piensa que todo lo que hizo antes fue prepararse para llegar a Eafit.
–Uno tiene que saber en qué momento se retira. Creo que todos los proyectos que me había trazado se están cumpliendo y queda marcado el rumbo de la universidad, hay un grupo humano maravilloso. Esas decisiones son difíciles de tomar, pero hay que tomarlas. Yo le entregué todo mi esfuerzo a Eafit, eran jornadas de 12 horas diarias. Creo que ya es tiempo, primero como persona de reposar un poco, y lo otro es que es conveniente que en las instituciones no nos perpetuemos sino que haya relevos, que tenemos que tener conciencia de que las instituciones quedan y los funcionarios somos aves de paso.
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De buenas memorias
En redes sociales se fueron sumando recuerdos y agradecimientos. Algunas fotos de él sonriendo en ceremonias de grados, de él caminando en esa universidad-parque en la que se convirtió Eafit en estos años, y también mensajes sobre su carisma, su amabilidad, sus conocimientos, la importancia de sus conceptos en tantas áreas en las que puede aportar su sabiduría, las muchas conversaciones. Porque para Juan Luis Mejía la universidad es, sobre todo, un espacio para habitar, no para pasar. Un parque, lo describe él, es un lugar donde se socializa, se conversa, se enamora, y eso era lo que quería hacer en Eafit: un lugar, explica, para la larga conversación.
–¿Qué universidad entrega?
–Aunque parezca redundante, una con una idea de universidad, es decir, con una concepción que no es solamente un centro de formación, sino un centro que contribuye de manera decisiva a la sociedad. A mí me preocupa mucho que se esté empobreciendo el concepto de universidad, juzgándola solamente por producción científica o por papers, dejando de lado otras dimensiones como el papel de la cultura, la interacción con la sociedad, con todo el sistema educativo. Lo otro es esa concepción que nos planteamos de que sea una universidad para todas las generaciones, en donde caben desde los niños y jóvenes que están en la Universidad de los Niños, hasta las personas que ya han cumplido su vida laboral, pero no intelectual. Construimos entre todos una vida de universidad que es muy importante para una ciudad.
–Y es una universidad que ha cambiado mucho, física e internamente...
–Logramos entre todos, pero eso ya venía. Yo simplemente me monté en un barco que estaba funcionando, y eso es muy importante. Yo tuve el privilegio de reemplazar al doctor Juan Felipe Gaviria, que ya le había dado en sus ocho años de mandato un impulso humanístico. A propósito, hoy hace un año se nos fue. Logramos construir varios conceptos, entre ellos que es un campus universitario. El campus es un campo donde se cultiva la inteligencia, acordémonos que cultura viene de cultivar. Por eso esa concepción de universidad-parque, poder uno convivir de manera armónica con esta naturaleza que nos dio Dios, vivir en el trópico. Darles oportunidad a arquitectos de que la transformaran con obras contemporáneas, que sea una universidad abierta, transparente, no solamente en su concepción y arquitectura, que la ciencia esté a la vista, que todo esté a la vista, que sea como un concepto que no solamente se aplique en el actuar.
–Fue muy feliz...
–Sí, porque mirá, y eso lo tengo que agradecer al Consejo Superior que me dejó actuar con plena libertad, cuando uno no se siente atado, sino que tiene las alas desplegadas y puede volar. No solo les agradezco que me hayan tenido la confianza, y ayer se los decía, lo que más tengo que agradecer es un Consejo Superior que supo respetarme siempre, que nunca tuve presiones. Lo otro es agradecer que uno pueda terminar su vida laboral en un ámbito de la inteligencia donde siempre te enriqueces intelectualmente de una manera impresionante. Entonces, pues poder estar en una universidad con plena libertad de acción y en contacto con la inteligencia, qué más puede pedir.
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Seguir el vuelo
Juan Luis Mejía nació en Medellín el 3 de octubre de 1951. Llegó a Eafit con 52 años, y lo que hizo en estos 16 fue enriquecerse desde muchas áreas del conocimiento. Lamenta, confiesa, no haber sabido más de matemáticas y ciencia, porque él viene de las humanidades, para haber hablado con más profundidad con los científicos y los ingenieros.
–Y este año tan raro, qué le deja, incluso como consejo para quien lo reemplace...
–Ha sido un año muy extraño, pero quedan cosas positivas. A mí por ejemplo me entregó un montón de herramientas tecnológicas que yo no tenía. Yo escuchaba que estábamos comprando licencias de Teams, que íbamos a conectarnos por Zoom, pero para mí eso era ajeno hasta el 13 de marzo. Hoy afortunadamente me ha entregado unas herramientas tecnológicas. Yo obviamente no soy nadie para dar consejos, pero sí creo que las tecnologías llegaron como complemento, pero no como sustituto. La universidad seguirá siendo ese gran espacio de conversación, de socialización. A mí me preocupa mucho que esto que nos ha tocado vivir refuerce el individualismo, porque creo que al contrario el conocimiento se construye colectivamente, y por eso esa idea de universidad hay que preservarla. Será un complemento fundamental, tendremos otros públicos, otras formas, pero la idea de universidad creo que sigue existiendo, y no la podemos sustituir. La universidad es una experiencia plena de vida, no es una clase, es un despertar de las potencialidades de un ser humano. Por eso no solo se puede pensar en la relación profesor-estudiante, sino que es despertar todo potencial que tenemos en la cultura, en el deporte, en la ciencia, en la socialización, etcétera. De manera que me preocupa esta tendencia de que esto llegó para quedarse y a sustituir la universidad. Por el contrario, la universidad hoy es más necesaria que nunca.
–¿Qué sueña para Eafit?
– Eafit va a jugar un papel muy importante en los próximos años. No solamente Eafit, la universidad. Yo vi en un periódico español una caricatura en la que estaban en un laboratorio y una chica tenía tapada la bocina y le decía a sus compañeros, el señor que nos quitó el presupuesto el año pasado nos está llamando urgente. Si algo quedó evidente en esta pandemia es toda la potencialidad que tiene la universidad en la sociedad. Yo no solo sueño con Eafit, sino que estoy convencido de que la universidad colombiana es el motor fundamental de la transformación de la sociedad. Yo sí sueño que la alta sociedad valore mucho más el papel de esta, que a veces esas distancias que se generan con la sociedad se acorten y que la sociedad entera entienda que si nosotros no generamos conocimiento propios en las universidades tenemos un país para siempre dependiente del conocimiento de otras latitudes. Ese casi es un tema de soberanía nacional.
–¿Seguirá conectado con la ciudad, con la cultura?
–Claro, la cultura es algo que uno lleva profundamente en el alma, que si uno es un ciudadano le tiene que preocupar el desarrollo de la sociedad entera. Desde otros ámbitos, ya más de pensar que de hacer, pero eso lo lleva uno incrustado en el alma. Eso no es algo que se quita y se pone como la ropa.
–¿Qué va a extrañar de Eafit?
–Las conversaciones con tanta gente. Yo a veces llegaba a la casa y decía, ‘uy, yo cuántas conversaciones enriquecedoras tuve en el día de hoy’, y no solamente con los internos, con la gente que visita la universidad. Me van a hacer mucha falta esas conversaciones creativas
Mensajes de acompañamiento
“La tranquilidad que nos da el retiro del rector Juan Luis Mejía de Eafit es que sabemos que contamos con él. En cualquier posición en que se encuentre solo está pensando en el beneficio para la universidad y para Medellín. El actuar del rector Juan Luis Mejía dejó huella, no solo para Eafit, sus estudiantes y profesores sino para la región. Gracias Juan Luis, te admiro mucho”.
Lina Vélez de Nicholls, presidenta ejecutiva de la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia.
“Con el rector Juan Luis Mejía hemos tenido la oportunidad de trabajar en el grupo del G8 de una manera mancomunada por todo lo que significa la educación, la formación, la cultura y la investigación. Mi reconocimiento a Juan Luis por que fue una persona muy cercana también como egresado de nuestra Universidad Pontificia Bolivariana y que adelantó una gestión muy encomiable en la rectoría de Eafit. Una persona muy culta, que brinda amistad y que acompañó todos los procesos de nuestras universidades en todo momento”.
Julio Jairo Ceballos. Rector UPB
“Fue un honor haber trabajado como directora del Centro Cultural Biblioteca de Eafit bajo el liderazgo de su rector Juan Luis Mejía que ademas es un líder en la región antioqueña y desde allí en todo el país. Recordemos que fue un excelente director de Colcultura y Ministro de Cultura, con quien también tuve la feliz ocasión de trabajar como artista lírica. La claridad de sus políticas académicas, pedagógicas y de investigación, de construcción democrática y muy participativa, han llevado a Eafit a ser una de las mejores universidades del país. La comunidad académica y administrativa lo extrañará”.
Martha Senn. Artista lírica
“Como universidad CES hoy nos queremos unir en agradecimiento al doctor Juan Luis Mejía, como gran rector y compañero. Consideramos que no es su renuncia sino un retiro temporal. De él aprendimos su ecuanimidad, su profunda sabiduría y compañerismo, su gran humanismo, se que lo vamos a extrañar. De sus enseñanzas como rector, personalmente, tuve muchos aprendizajes”.
Jorge Julián Osorio Gómez. Rector Universidad CES
Cronología
En 16 años al frente de Eafit
2004
Ese año llegó. Creó el doctorado en Administración, el primero de su género en Colombia. Surgió la universidad-parque, un concepto del campus principal en el que se integra naturaleza, arquitectura y arte.
2005
Empezó el segundo doctorado, el de Ingenierías. Se obtuvo la primera patente modelo de utilidad para el tornillo de troncos giratorios. Ese año nació la Universidad de los Niños.
2006 - 2007
Se creó el Centro para la innovación, consultoría y empresarismo, hoy Innovación Eafit, y se fortaleció el Núcleo de Formación Institucional, para desarrollar conciencia lingüística y discursiva.
2010 - 2011
Se inaugura el edificio de Ingenierías y se consigue la renovación de la Acreditación Institucional por 8 años. Nacieron los pregrados de Mercadeo y Psicología y se creó la Escuela de Economía y Finanzas.
2015
Inauguración del Centro Argos para la Innovación, un edificio sostenible y funcional. Se creó la Escuela de Ciencias y se acreditó el primer posgrado: la maestría en Ciencias de la Administración.
2019 - 2020
Nació Ingeniería Agronómica. Ya se cuenta con 45 especializaciones, 40 maestrías y 6 doctorados en las seis Escuelas. El itinerario Eafit 2030 plantea una universidad para todas las generaciones.