Cultura

Homenaje a las letras de Santa Teresa de Jesús

La Universidad Pontificia Bolivariana fue el espacio de encuentro para recordar la obra literaria de la poetisa “andariega e inquieta”.

Periodista de educación y fanático de los videojuegos, los cómics, el rock y el cine.

28 de abril de 2015

V ivo sin vivir en mí/ y tan alta vida espero/ que muero porque no muero.

El primer verso de uno de los poemas de Santa Teresa de Jesús, hizo parte de la intervención que el expresidente Belisario Betancur realizó en el evento: Santa Teresa de Jesús, 500 años de poesía mística española.

El Aula magna de la Universidad Pontificia Bolivariana fue la sede del programa ¡Vive el español en la UPB! que en esta ocasión les dio la palabra a varios expertos sobre la literatura de la que es considerada la santa de los escritores.

En la primera sesión del coloquio, el expresidente estuvo acompañado por el presbítero Hernando Uribe y el periodista Juan José García quien como moderador inició la conversación.

“Una fémina inquieta y andariega, así llamaban a Santa Teresa ”, dijo García, apelativos que le otorgaron por sus textos y manera de ser, temas por los que le pusieron trabas en un principio pero que no impidieron que ella y su discípulo San Juan de la Cruz expresaran su misticismo.

Una santa escritora

El primero de los invitados que tuvo la palabra fue el expresidente, quien leyó un texto que resumía la vida y obra de Teresa de Cepeda y Ahumada.

“Siempre estuvo habitada por la espiritualidad (...) No le gustaba pero quería ser monja (una de sus contradicciones) y además tenía un temple de soldado”, explicó Betancur.

Sus éxtasis, como el expresidente llamó durante su intervención a los poemas y demás escritos de la Santa, nacida el 28 de marzo de 1515 en Ávila, España, salieron de su diálogo con Dios, de ese diálogo con uno solo.

“Una golosa de Dios”, que hizo parte del siglo de oro español: entre la segunda mitad del siglo XVI y la primera mitad del XVII.

Otra mirada

Luego de la intervención de Betancur y para conocer otro punto de vista de la obra de la Santa Teresa, el sacerdote Hernando Uribe dio marcha a su exposición.

Como primera idea, el presbítero manifestó la importancia que tenía el libro para la poetisa.

“Ella misma era un libro, Dios era su libro. La escritura fue esencial en su vida”, aseguró el presbítero en sus primeras palabras para el auditorio.

Cuenta Uribe que la monja era muy rápida para escribir, además, aprovechaba las noches para hacerlo, robándole un poco de horas al sueño para darle rienda suelta a disfrutar su golosina.

“Cuando tenía 43 años, la inquisición prohibió la lectura de libros en español, algo que la desoló. Sin embargo, escuchó una voz que le decía: ‘no temas, yo te daré libro vivo’”, indicó Hernando Uribe en su participación.

Agregó el padre que para ella la mística era la vocación universal del ser humano. Era la manera de percibir a Dios.

“Su poesía tiene un acento rítmico y una cadencia maravillosa. Si no saben cómo arrullar un niño, aprovechen la poesía de la Santa Teresa”, declaró el presbítero, lo que produjo una sonrisa entre los estudiantes, docentes y visitantes que lo escuchaban.

Ella todavía nos muestra el camino para interesarnos por la lectura, para encontrar esa lectura que nos muestre la estatura de nuestra alma.