Cultura

El teatro El Trueque se queda sin casa

Periodista. Estudiante de maestría en Estudios y Creación Audiovisual.

10 de mayo de 2019

Hay conmoción en el sector escénico de Medellín. El teatro El Trueque, que ya tenía un peso y un nombre entre los espacios culturales del Centro, tendrá que abandonar su sede, cerca al Teatro Pablo Tobón Uribe, en la que estuvieron durante 10 años.

La dueña le indicó al director del colectivo, Félix Londoño, que tuvo que venderla por una urgencia personal. El inmueble pasará a manos del parqueadero contiguo y posiblemente se use con fines comerciales, como parqueaderos de carros y motos, y locales comerciales.

La casona, ubicada en el centro de Medellín, era un emblema de las artes dramáticas: había sido sede para las artes escénicas durante 39 años. Allí tuvo su primera estancia el Pequeño Teatro, antes de que se trasladara a la carrera Córdoba. Durante cinco años la cedió a Exfanfarria Teatro, fundado por José Manuel Freidel, quien la habitaron durante 24 años. Estos últimos le permitieron al Trueque continuar el legado escénico durante diez años más; hasta ahora, que la función termina.

La Corporación El Trueque le había propuesto a la propietaria comprarle la casa. Ya estaba en trámites para adquirir el inmueble a través de los recursos que destina la Ley de Espectáculo Público (LEP) del Ministerio de Cultura, para colectivos sin sede o en arriendo. Los recursos pueden alcanzar hasta un 80% del valor total.

“Nos toca ahora comenzar de cero, como si estuviéramos recién conformados, para habitar una nueva casa durante dos años y tratar de hacer los trámites por los recursos de la LEP”.

Dignidad

“El colectivo El Trueque, de alguna manera, es parte de las entrañas de Medellín. Es como si hubiéramos perdido un gran bosque de la ciudad, y eso que se quema es irreparable” señala Iván Zapata, director del Teatro Popular de Medellín, un tradicional del Centro.

El dramaturgo indica que no solo se le hace daño al sector y la cultura, también al “enorme al ecosistema de la ciudad”. La labor de estas entidades culturales es vital para volver estas calles como escenarios vivos y dignos. “Son espacios que no son protegidos sino protectores del Centro. Eso nos entristece mucho”, apunta.

A pesar de que la Ley de Espectáculo Público le ofrece a las artes escénicas mecanismos para la adquisición de bienes, si no hay voluntad de las partes para la compra venta, es imposible llevarla a acabo.