Cultura

Desde la selva, una oportunidad para la paz

El Festival Selva Adentro cumple cinco años y esta edición irá hasta el 10 de octubre en la cuenca del río Curvaradó, Chocó

Periodista y magíster en Escrituras Creativas. Buzo de corazón, amante de los viajes, el arte y las buenas historias. También escribo cuentos.

08 de octubre de 2021

Fue en 2016, mientras se desarrollaban los diálogos de Paz en la Habana Cuba, cuando la red Cepela, junto a los grupos Bailes Afroantillanos y el Teatro Matacandelas realizaban una gira por el río Atrato en Chocó, presentando su adaptación al teatro de La Casa Grande, la novela homónima del escritor Álvaro Cepeda Samudio sobre la matanza de las bananeras.

Pasaron por comunidades que se ubicaban en La Loma, en Bojayá, y también en Murindó y en Riosucio, cuenta Andrea Trujillo, quien hace parte del equipo organizador. En esa ocasión algunos guerrilleros que se encontraban en la zona de preagrupamiento se acercaron para pedir permiso de grabar la obra y poderla compartir con sus compañeros. En ese momento se dieron cuenta de que era una oportunidad de apoyar el Proceso de Paz y la reincorporación de los excombatientes en la sociedad.

El festival

Todo el evento surgió de una conversación entre quien se convertiría en el director del festival, Camilo Durango, y el director del Teatro Matacandelas, Cristóbal Peláez, mientras discutían la dificultad para viajar allí de forma frecuente, llevando todo tipo de obras de teatro y demás expresiones artísticas.

La solución fue crear el Festival Selva Adentro. Primero querían usar una carpa de circo, pero era costosa, y una arquitecta llamada Carolina Saldarriaga les propuso construir un teatro con guaduas que podría ser más económico y adaptarse mejor al espacio.

A la comunidad le gustó la idea y no solo aportaron mano de obra, sino que también donaron parte de los materiales, incluyendo las guaduas, cuenta Trujillo. El primer festival, en 2017, fue un éxito, tuvieron más de 1.000 asistentes. El primer cartel estaba integrado por obras de teatro que abordaron desde diferentes perspectivas sobre el conflicto.

¿Por qué el teatro?

“Nos enfocamos mucho en artes escénicas, y también en las escuelas de arte y paz. Desarrollamos procesos con artistas plásticos, músicos, bailarines de teatro, títeres, fotógrafos, porque creemos que hay un asunto desde los simbólico y lo cultural en el que el arte genera unos impactos profundos en la forma de ver el mundo”, cuenta Trujillo, y luego explica que la intención es generar transformación social mediante las reflexiones que genera la producción y contemplación artística.

¿Qué ha cambiado?

Después de cinco años, Trujillo explica que el mayor cambio ha sido la población, ahora en su mayoría los asistentes son niños. “En estos años la mayoría de las personas que habitan el territorio han tenido hijos, o se han traído a vivir con ellos los hijos que tenían, y también a sus mamás, sus hermanos, primos y sobrinos. Este territorio ya no está habitado solo por excombatientes sino por sus familias”.

Sin embargo, algunas problemas prevalecen. “Se mantiene la incertidumbre en relación a la tenencia de la tierra por parte de los excombatientes y esto desencadena que haya un compromiso ambiguo con relación a los proyectos productivos porque esa falta de garantías en la sostenibilidad de los mismos genera falta de compromiso”, comenta Trujillo.

En esta ocasión, el festival busca crear espacios de formación y reflexión en sus asistentes. Además de las muestras culturales presenta una agenda académica con temas como comunicación, agroeconomía y encuentros gastronómicos. Este año tuvo algunas actividades en Medellín.

Selva Adentro se sostiene a través de donaciones que se hacen en armatuvaca.com.
Toda la información del festival puede consultarse en su página web selvaadentro.com