Cultura

Memorial de las Ausencias, un espacio de duelo colectivo para visitar en Medellín

El Memorial de las Ausencias está ubicado al lado del Cementerio Parroquial de La América. Por ahora se han reunido 500 fotografías, pero se siguen recibiendo.

28 de noviembre de 2023

Al lado del Cementerio Parroquial La América está el Memorial de las Ausencias, un espacio donde los ausentes se hacen presentes a través de fotografías y los duelos íntimos se vuelven colectivos.

La iniciativa es liderada por AgroArte, un proceso organizativo conformado en el 2002 por habitantes de la Comuna 13, que promueve acciones de memoria y resistencia en alianza con procesos organizativos de base comunitaria como víctimas, vecinos, colectivos del mismo territorio y población vulnerable.

El memorial es el resultado de un proceso de años que nunca se agota.

“La idea de la instalación surge a partir de una necesidad que identificamos hace rato y es de tender puentes entre personas distintas con pensamientos, expectativas y experiencias distintas para intentar cerrar esos círculos de violencia”, dice Katerin Franco, integrante de AgroArte.

Pero antes del memorial hubo otras iniciativas. El partido de las doñas, un espacio de encuentro para mujeres mayores con perspectivas políticas diversas y experiencias de vida distinta a través del tejido, la siembra y la conversación. Desde la Otra Orilla del Recuerdo, que consistía en un intercambio de cartas entre personas con perspectivas opuestas. Y un ejercicio de siembra y memoria con familiares de víctimas.

De lo aprendido y lo avanzando entre un ejercicio y otro salió la idea del memorial, que fue tomando forma a partir de un proceso de investigación liderado por Katerin que se preguntaba sobre cómo se configuran las imágenes.

“La propuesta de esta instalación es poner en diálogo los duelos íntimos con el espacio público para hacer esa ritualización colectiva. En el memorial hay víctimas y demás actores del conflicto, hay abuelas, madres y padres, pero son solo rostros, no hay historia detrás ni juicios de valor”, dice Katerin.

Hay, además de rostros, paisajes, animales y otras ausencias que también son importantes, que también desaparecen y se olvidan. Hay ausentes de los que no quedó ni una foto para el recuerdo, hay ausentes sin dolientes. Hay espacio para todos.

El propósito va más allá de la memoria, se trata, sobre todo, de tender puentes y generar encuentros, conversaciones y reflexiones que permitan ir cerrando esos círculos de la violencia. Se trata, también, de cambiar la configuración de las categorías que dividen todo entre buenos y malos, y que finalmente terminan normalizando la violencia. Y sobre todo de hacer colectivo el duelo individual, de darle un lugar a cada ausente, de no dejar que ese dolor se lo queden solo los seres queridos, sino que se asuma socialmente.

En el memorial hay rostros que han sido noticia: Mauricio Ospina, asesinado el 27 de diciembre en un bar de Laureles, sin razón, porque fueron a matar a alguien y lo mataron a él, Miguel Ángel Castellanos, que fue desaparecido forzadamente y apareció días después en el río Medellín, y Miguel Ángel Marín, asesinado a pocas cuadras de su casa, porque sí, porque pasaba por ahí.

“Cuando lo vi en el memorial me dio mucho orgullo de que lo tuvieran en cuenta. Es muy importante tener ahí el recuerdo y poderlo revivir al menos un instante en fotos. Siempre que paso por ahí lo miro y lo recuerdo mucho”, dice Beatriz, la mamá de Miguel Ángel Marín.

La foto de Miguel Ángel la escogieron y la pusieron en el memorial sus amigos. La foto, dice Beatriz, revela el espíritu de Miguel, un niño súper activo, que estaba en todo, que era poeta, rapero, reportero popular, skate, gran amigo de sus amigos, buen consejero, preocupado y querido por todos.

Por eso Beatriz no se explica lo que le pasó. Lo de Miguel era inimaginable. Aún así pasó y a Beatriz la vida le cambió para siempre el 17 de febrero de 2020.

“A uno se le encierra el mundo. La vida no es la misma, uno no se relaciona igual uno se encierra y siempre busca explicaciones, pero esto no tiene una explicación de ningún tipo. Es una incertidumbre, algo inexplicable”, dice Beatriz.

De lo íntimo a lo colectivo

En una charla que tuvo lugar el día del evento de entrega del memorial, Victoria Díaz, de la Escuela del Duelo de la Universidad de Antioquia, explicó que el duelo es un proceso dónde se trata de reubicar al ser amado ausente en otro ámbito.

“Lo que sigue después de la pérdida es tratar de reordenar, de reconstruirnos contando con la ausencia pero también poniendo esa presencia en otro lugar que nos permita continuar un vínculo distinto con el que ya no está”, dijo Díaz.

El Memorial de las Ausencias pone a los ausentes en el espacio público y les da un lugar en la memoria social, los devuelve a la ciudad para que nunca sean olvidados, para que no le duelan solo a sus familias.

Beatriz quiere que recuerden a Miguel Ángel como el niño de la sonrisa eterna.

Si quiere hacer llegar fotografías para el Memorial de las Ausencias, quiere donar para apoyar el proyecto o puede escribir a estos corrreos: agroarte@agroartecolombia.co y colectivoagroarte@gmail.com

Si lo que quiere es participar con su carta para el proyecto Desde la otra orilla del recuerdo la puede mandar a esos correos, o si prefiere no escribir también puede mandar por mensaje de voz al WhatsApp 3147113031.

Para saber más de AgroArte y sus proyectos, entre aquí.