Cultura

Xavi Ayén y su obsesión con el ‘Boom’ del siglo XX en el Hay en Medellín

El escritor y periodista español ha estudiado a fondo a los escritores que revolucionaron la literatura en el siglo XX. Estará en el Hay Festival.

Periodista que entiende mejor el mundo gracias a la música, que atrapa cada momento que puede a través de su lente fotográfico y a la que le fascina contar historias usando su voz.

30 de enero de 2019

La onomatopeya más famosa de la literatura hispanoamericana terminó justo donde el libro de Xavi Ayén empieza: con un puñetazo en la cara. Los protagonistas de la acción fueron dos de los escritores más celebrados del siglo XX, el peruano Mario Vargas Llosa, quien lanzó el golpe, y Gabriel García Márquez, quien lo recibió.

Es allí, en una sala de cine en México, donde Gabo cayó tendido en el piso y se cree que en ese lugar también se dio el fin de una larga y cercana amistad entre las dos destacadas plumas de Latinoamérica, dos de las precursoras de ese movimiento literario y editorial al que por años se le ha llamado Boom.

El fenómeno explotó como una bomba con Cien Años de Soledad, al vender más de 42.000 ejemplares con sus primeras cuatro ediciones, todas ellas impresas en 1967. En ese momento no era algo común ver esos números en las ventas, así que ese impulso le abrió las puertas a tantos otros escritores talentosos, entre ellos los que se codeaban con García Márquez.

Así lo documenta el periodista y escritor Xavi Ayén, quien durante una década se ha dedicado a pulir este trabajo llamado Aquellos Años del Boom, que explica de manera muy detallada cómo fue que América Latina mandó la parada literaria en la segunda década del siglo XX.

Ayén fue la última persona en entrevistar a García Márquez, lo hizo en 2005, pero su mérito no es solo ese, ha hablado también con Vargas Llosa y con otra veintena de ilustres ganadores del más prestigioso galardón de la literatura.

El lugar para que se diera esta explosión de letras fue Barcelona, la ciudad donde se respiraba rebeldía en una España dominada por Franco. Allí fueron a parar personajes como Gabo, por supuesto, Vargas Llosa, José Donoso, Carlos Fuentes, entre otros. Varios de ellos ya habían estado viviendo en otras ciudades europeas, pero Barcelona parecía ser el punto donde todo podía funcionar.

Allí se encontraba otro miembro clave del Boom, Carmen Balcells, la agente literaria y amiga que soportó las duras y las maduras por sus escritores. Ponía sus manos en el fuego por ellos y su trabajo rindió fruto, porque seis de los que representó resultaron siendo merecedores del Nobel. Que no es cualquier cosa.

A pesar de que Ayén publicó este libro por primera vez en 2014, la nueva edición que divulgó fue recortada casi a la mitad. Sin embargo, un 15 por ciento del material incluido en el libro es nuevo. Las historias inéditas son “fruto de nuevos viajes, entrevistas y de personajes que me permitieron publicar ciertas cosas”, cuenta.

EL COLOMBIANO habló con el periodista español que está visitando el país para asistir a las tres ediciones del Hay en Colombia: Jericó, Medellín y Cartagena.

Este es un trabajo de investigación muy detallado, ¿cuánto tiempo le tomó desarrollarlo?

“Diez años, compaginándolo con mi labor como redactor en el periódico La Vanguardia de Barcelona. He viajado a Colombia, EE.UU., Reino Unido, Argentina, Perú, Francia y México para mis investigaciones y he consultado todos los archivos públicos y privados que estaban disponibles”.

El boom fue muchas cosas, es muy amplio para ser definido, pero para usted, ¿qué fue lo que explotó allí?

“El boom es el big bang de la literatura escrita en español: expande el universo de lectores, que se multiplican a unos niveles jamás vistos antes. Por primera vez, el canon internacional de los autores vivos es latinoamericano. Antes del boom, los considerados mejores escritores del mundo siempre eran europeos o norteamericanos, es como ganar el Mundial de las letras. Y crea las normas de juego en las que hoy vivimos: los contratos se firman con caducidad temporal, límite geográfico y al autor lo representa un agente. Rompe las fronteras nacionales creando, mucho antes de internet y la globalización, un mercado único de la literatura en español”.

¿Y qué se volvió cenizas tras esa explosión?

“El boom no solo se rompe por ese golpe, hay varios factores. Los escritores del grupo dejaron de actuar como una piña o un colectivo y se consagraron a sus actividades de un modo más individual. Hoy vuelve a estar en crisis la intercomunicación de los libros entre los diversos países hispanoamericanos pero, por muy mal que estemos, siempre mejor que antes del boom”.

Fue acercándose a través de los años a estos escritores, ¿cuál fue el encuentro más ameno y quizá el más complejo?

“Conseguir la entrevista con García Márquez no fue nada fácil, llevaba casi 15 años sin conceder ninguna a un periodista. Tuve que llegar a él camuflado como mensajero de su agente Carmen Balcells: en las navidades de 2005 le traje una maleta (que pesaba 45 kilogramos) con los regalos de Balcells, hice un viaje de Barcelona a México solo para eso, y la vaga promesa de conseguir entrevistarlo. Con la complicidad de su esposa, Mercedes Barcha, al final conversamos durante más de tres horas y estuvo muy cordial y comunicativo en todo momento”.

También en la época de la llegada de los autores del boom se dio una explosión de editoriales en Barcelona, ¿por qué sucedió eso?

“Eran los últimos años del franquismo, su agonía. Y en Barcelona, ciudad alejada del Madrid de los ministerios, el mundo de la cultura era unánimemente contrario a la dictadura. Florecieron las nuevas editoriales progresistas (Anagrama, Tusquets, entre otras) y un sistema de valores que congeniaba con las ideas de este grupo de escritores, muchos de los cuales vinieron a vivir a Barcelona. Además de las grandes estrellas (García Márquez, Vargas Llosa y Donoso...), el mundo de los trabajos editoriales estaba copado por latinoamericanos, que venían a Barcelona como los musulmanes acuden a La Meca, con una novela a medio escribir en la maleta y el sueño de triunfar”.

Los escritores migraban a Europa, entre otras, por motivos económicos, pero ¿por qué escoger a Barcelona en medio de la dictadura?

“Porque Barcelona es la capital editorial de España, allí están aún los dos grupos más importantes: Planeta y Penguin Random House. Era la ciudad editorialmente más importante de las que hablaban español, la sede central de las editoriales y de la agente literaria Carmen Balcells. Había un microclima de contestación al franquismo, y la esperanza en el poder liberador de la cultura”.

¿Cómo ha mutado la Barcelona de ese entonces?

“El negocio editorial se ha hecho mucho más grande. Sigue siendo el centro de la industria editorial pero, en cambio, los autores se han dispersado por todo el mundo”.

¿Cuál considera que fue el logro más importante de Carmen Balcells?

“Apostó por estos autores cuando aún no eran nadie. Consiguió hacer de ellos la primera generación de escritores capaz de vivir únicamente de su trabajo literario, y cambió las normas de juego en la relación entre editores y escritores. Ella lo dijo así, a lo bruto: ‘le quité al editor el derecho de pernada’”.

¿Qué pudo descubrir de lo que pensaban estos autores sobre cómo se desenvolvió el socialismo tantos años después de la Revolución cubana?

“Todos apoyaron a Cuba en los primeros años de la Revolución, pero la deriva totalitaria del régimen hizo que algunos, encabezados por Vargas Llosa, rompieran con Fidel Castro, sobre todo a raíz del caso Padilla de 1971. García Márquez y Cortázar se mantuvieron fieles a Castro aunque manifestaban serias críticas en privado”.

¿Cuál fue el autor del que más le sorprendió su trayectoria de vida? ¿Sus costumbres, sus obsesiones, sus formas de enfrentarse a la vida y a la literatura?

“El chileno José Donoso arrastró toda su vida unos tormentos interiores que fueron devastadores para él y su familia. Sus contradicciones y resentimientos van parejos a la construcción de una gran obra literaria, pero en lo cotidiano trató mal a sus seres queridos. Es estremecedor cómo su hija Pilar llega a quitarse la vida tras haber sido incapaz de sacudirse esa sombra”.