Antonio Bolívar, el hombre que le hablaba a la selva y a quien la covid-19 se llevó
Antonio Bolívar, fallecido ayer en Leticia, se dio a conocer por la película “El abrazo de la serpiente”.
Periodista. Estudiante de maestría en Estudios y Creación Audiovisual.
En la cinta de Ciro Guerra, la primera colombiana nominada a un Óscar, Antonio Bolívar interpretó a Karamakate, el último chamán de un pueblo amazónico y el encargado de guiar a través de la selva a dos científicos en busca de la yakruna, una planta sagrada. El personaje era espejo de su vida: era uno de los pocos integrantes del grupo étnico ocaina de la Amazonía, casi extinto –el censo del Dane de 2017 estima que hay aproximadamente 75 personas–.
Antonio falleció este viernes en el hospital San Rafael de Leticia, a los 76 años de edad debido a una neumonía, según familiares. En la noche de este viernes, la Secretaría de Salud del Amazonas, a través de su cuenta oficial en Facebook, confirmó que el reconocido indígena murió tras contraer la covid-19.
“Hace varios días se sentía con todos los síntomas y ayer lo llevaron de urgencia al hospital de Leticia. Lo que comentan los compañeros es que él decía que se sentía bien, y en eso falleció”, dijo a Efe la comisionada nacional de Comunicación de los Pueblos Indígenas de la Macroamazonia, Nelly Kuiro.
En el cine
Antonio no quería participar en la película. Años atrás, él fue convencido, junto a otras personas de Leticia, para grabar un cortometraje documental, que al final, fue mucho trabajo y no les pagaron lo prometido, por lo que había decidido no volver a hacerlo.
Tiempo después fue esa pieza documental la que Ciro Guerra vio en Bogotá y decidió buscar a Antonio para que actuara en “El abrazo de la serpiente”. Luego de su estreno en 2015, el líder indígena y actor natural hizo varias giras por galas de premios y festivales cinamatográficos como Cannes, San Sebastián y los Óscar.
El largometraje sigue dos historias que ocurren en 1909 y 1940, en las que el chamán Karamakate acompaña a dos científicos, el alemán Theodor Koch-Grünberg y el estadounidense Richard Evans Schultes, en busca del yakruna, “una planta sagrada para curar enfermedades”. La película muestra las consecuencias del colonialismo en América y el etnocidio indígena. Fue rodada en lenguas aborígenes, también un hito en la historia cinematográfica del país.
Hizo una segunda colaboración con Guerra para la miniserie de Netflix, “Frontera verde” (2019).
Una vida en la selva
También fue una figura emblemática dentro de las comunidades indígenas de la región amazónica.
“Era un chagrero, se dedicó toda su vida a la agricultura. Era noble, contaba historias y tenía un buen sentido del humor. Hablaba en ocaima porque yo se lo pedía”, recuerda el chef Juan Santiago Gallego, experto en gastronomía amazónica y amigo de Antonio.
Además de la lengua nativa de su etnia, hablaba español, portugués, uitoto y, como él mismo decía, ‘algunas cositas’ de los tikunas.
Nació en La Chorrera, Amazonas, pero buena parte de su vida la vivió en Leticia, donde cultivó toda su vida plátano, yuca, piña, ají, lulo, caña, guayaba y chontaduro, la comida que le proporcionó la tierra.
Como su personaje Karamakate, le tenía respeto a la selva, a quien le pedía permiso por todo y con quien se comunicaba a través de sueños.