Colombia

Casos de desnutrición en primera infancia son los más altos de los últimos años, ¿qué pasa?

Las autoridades dicen que las cifras se incrementaron porque se están recolectando más datos y las familias están sufriendo los efectos de la pospandemia.

Iba a ser médico, pero me volví periodista. Me gusta debatir y hablar mucho y de todo. Creo que la información es un patrimonio inmaterial y público.

01 de agosto de 2022

Al municipio de Uribia se le conoce como la capital indígena de Colombia, tiene el territorio más extenso del departamento de La Guajira, unos imponentes paisajes desérticos y un grave problema de desnutrición entre sus niños.

Según el Instituto Nacional de Salud (INS), este año La Guajira fue el tercer departamento con más prevalencia de la desnutrición en Colombia. Solo este año se han reportado 780 niños con desnutrición aguda.

María Victoria Núñez, oficial de nutrición de Save The Children, contó que la semana pasada visitó Uribia. Dijo que aunque a veces las familias, indígenas en su mayoría, tienen la voluntad de contrarrestar la desnutrición, la falta de acceso a servicios públicos está obstaculizando los esfuerzos que hacen para que sus niños estén bien alimentados.

“¿Qué nos decían las comunidades? Que ante la ausencia de agua potable estaban consumiendo agua de jagüey. ¿Qué hay en un jagüey? Agua que también es consumida por los animales, en ocasiones allí hacen sus deposiciones”, explicó María Victoria. El agua de mala calidad puede provocar enfermedades, que a la larga debilitan el estado de salud de los niños y de sus cuidadores.

Pero más allá de los servicios públicos, los cuidadores de niños también deben sortear otros percances que torpedean su bienestar y el de sus niños.

La oficial de nutrición comentó que hay madres que hacen recorridos de varias horas e incluso días para llevar a sus hijos a citas médicas de crecimiento y desarrollo, y a veces se encuentran con trabas administrativas: no las atienden si no tienen el registro civil de sus niños o si no cumplen con el horario de agendamiento de las citas.

Casos disparados

El caso de Uribia es apenas una fotografía de una problemática enorme. A nivel nacional, el número de casos de desnutrición en primera infancia registrados hasta junio de 2022 es el más alto en los últimos seis años, de acuerdo con cifras del INS.

Según su último boletín, en los primeros seis meses de este año un niño menor de cinco años estaba siendo diagnosticado con desnutrición aguda cada media hora. En total, el INS tiene reportes de al menos 10.500 niños que están en su primera infancia y viven con desnutrición aguda.

El incremento de los casos es evidente en comparación con los dos años pasados (2020 y 2021). Y aunque la pandemia afectó la recolección de información durante esos períodos, las cifras están incluso más altas en comparación a años prepandemia, como 2019 (ver gráfica).

El alza no solo se palpa en cifras brutas, sino también en datos proporcionales. La tasa de casos de desnutrición en primera infancia por cada 100 niños marcó 0,27 hasta junio de este año. El año en el que este flagelo más había afectado a los menores de edad hasta ahora era 2019, cuando se reportaron 0,20 casos por cada 100 niños.

¿Qué está pasando?

Estos casos que documenta el INS son los que reportan las Entidades Territoriales al Sivigila, el sistema oficial de vigilancia de eventos de salud pública en Colombia.

Fuentes del INS señalaron que estos datos aún requieren de depuración, pues en ocasiones se pueden confundir con otros eventos en salud pública, como cuadros de enfermedad diarreica aguda.

No obstante, el incremento es evidente y la pregunta que hay que hacerse es por qué este año hay más niños en situación de desnutrición que en el último sexenio. Elisa Cadena, subdirectora de Salud Nutricional del Ministerio de Salud, aseguró que el fenómeno corresponde, sobre todo, a dos causas.

Por un lado, se está fortaleciendo el proceso de vigilancia en las entidades de salud. “En alguna medida, el hecho de que haya un incremento en esos casos tiene que ver con que somos muy insistentes en que se identifiquen estos niños”, dijo Cadena.

No obstante, la funcionaria reconoció que, además de una recolección juiciosa de los datos, la seguridad alimentaria de Colombia sí quedó golpeada por la pandemia. “No podemos desconocer que aquí estamos viendo efectos de la pospandemia”, dijo Cadena.

Según explicó, el incremento en el desempleo afectó la economía de los hogares, más aún para las mujeres que sostienen a sus familias.

A esto se suma el incremento del precio de los alimentos, que se está reportando a nivel mundial.

Los efectos de estos fenómenos se ven en los datos que ha recolectado el Dane con su encuesta Pulso Social.

Si bien antes de la primera cuarentena de 2020 el 92 % de las familias decían que podían comer tres veces al día, para junio de este año esa cifra está en 76,3 %. Los colombianos están comiendo mejor en comparación a los últimos meses, pero aún falta mucho para que queden con el estómago tan lleno como antes de la pandemia.

¿Cómo están los niños?

Los datos que entrega el INS dejan ver que el 75,3 % de los casos en primera infancia son cuadros de desnutrición aguda moderada y el otro 24,7 % corresponde a desnutrición aguda severa.

Los casos de desnutrición aguda moderada se refieren a niños que registran una perdida de peso reciente. Este peso, además, no corresponde con su altura.

Mientras tanto, los niños que presentan cuadros de desnutrición aguda severa pueden presentar otros síntomas además del bhajo peso. Les falta el apetito, tienen el cabello gris y reseco y se les atrofia la masa muscular y parece como si tuvieran los huesos forrados en la piel.

Lo preocupante es que los niños que padecen estas condiciones en ocasiones están atrapados en círculos de pobreza, languidez estatal y falta de educación. Daniela Sarmiento es oficial de nutrición de Save The Children en Arauca y contó que en ocasiones ha tenido que atender a los mismos niños varias veces.

“Se vuelven niños reincidentes que se recuperan, vuelven a casa a vivir todo el tema de inseguridad alimentaria y entonces a los dos o tres meses vuelven a ser captados por el sistema como un caso de desnutrición”, señaló Sarmiento.

Se trata de un panorama complejo, pues la OMS calcula que la desnutrición es la causante de casi la mitad –el 46 %– de las muertes de niños y niñas entre los cero y los cinco años a nivel mundial. En Colombia, ya van 135 fallecimientos en esa población este año.

Afecta más a indígenas

El INS, además, recoge algunos datos que permiten desmenuzar algunos factores claves del problema. Por ejemplo, documentó que el 14,9 % de los casos recopilados este año corresponden a niños de comunidades indígenas.

Según el último censo hecho en Colombia, los indígenas representan solo el 4,4 % de la población. En otras palabras, sus bebés están mucho más expuestos a sufrir de desnutrición que el resto de la población colombiana.

La situación se nota aún más, cuando se revisan algunos departamentos donde los indígenas representan una parte más significativa de la población. Por ejemplo, en Vichada aportaron 100 de los 125 casos de desnutrición en primera infancia. En Guainía el 74,4 % de los casos fueron en comunidades indígenas y en La Guajira el 74,4 %.

Un trabajo urgente

Para mitigar el deterioro de la seguridad alimentaria en niños, en Save The Children señalaron que hay que aplicar políticas públicas integrales: no basta con asegurar el empleo si faltan servicios públicos, no es suficiente con llevar brigadas de salud si comprar alimentos es demasiado costoso.

Por su parte, Elisa Cadena aseguró que en el Ministerio de Salud han emitido “lineamientos para atender la desnutrición”. Allí, el Ministerio da indicaciones para manejo hospitalario y ambulatorio.

Cadena destacó que hay otras carteras del Estado que tienen la responsabilidad de garantizar la seguridad alimentaria. Por ejemplo, junto a la Consejería Presidencial para la Niñez y el Icbf se diseñó un Plan Decenal de Lactancia Materna.

Es una estrategia que busca que las mamás puedan amamantar en todos los espacios y con absoluta confianza. Este plan inició su curso en 2021 y gran parte de su implementación estará en manos del próximo gobierno.