Reducir el consumo de alimentos ultraprocesados podría ayudar al medio ambiente, según estudio
La investigación afirma que reducir el consumo de alimentos ultraprocesados no solo es beneficioso para la salud, sino que también ayudaría a reducir los gases de efecto invernadero y tendría un impacto positivo en la sostenibilidad medioambiental.
Un nuevo estudio titulado “El consumo de alimentos ultraprocesados como factor promotor de gases de efecto invernadero, uso del agua, energía y de la tierra: una evaluación longitudinal”, confirma que reducir el consumo de alimentos ultraprocesados puede tener un impacto positivo en la sostenibilidad medioambiental. El estudio fue desarrollado por varios grupos del Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER), y señala que cuanto menor sea el contenido de alimentos ultraprocesados en la dieta, menor será la huella medioambiental asociada a la alimentación.
El estudio, que fue publicado en Science of The Total Environment, revista internacional de investigación científica sobre el medio ambiente y su relación con la humanidad, se desarrolló durante dos años en una población del sur de Europa y ha contado con la participación de 5.879 personas de entre 55 y 75 años con síndrome metabólico.
Asimismo, la investigación afirma que los patrones dietéticos pueden producir un impacto ambiental. Los cambios en la dieta de las personas, como el aumento del consumo de alimentos ultraprocesados (UPF), no solo pueden influir de manera negativa en la salud de las personas, sino también en la sostenibilidad del medio ambiente.
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La investigación se basó en el sistema NOVA, un sistema que agrupa los alimentos según la naturaleza, la finalidad y el grado de procesamiento. NOVA comprende cuatro grupos de alimentos que son: A: 1. Alimentos sin procesar o mínimamente procesados; 2. Ingredientes culinarios procesados; 3. Alimentos procesados, y 4. Productos ultraprocesados. Los alimentos ultraprocesados son los productos que contienen aditivos y conservantes, suelen ser bajos en nutrientes y altos en grasas, azúcares y sodio. Estos alimentos incluyen productos envasados, bebidas azucaradas, snacks y comidas rápidas.
Cristina Bouzas, investigadora de la Fundación Instituto de Investigación Sanitaria Islas Baleares (IdISBa) y del área CIBEROBN, ha liderado la investigación y afirma que “los alimentos ultraprocesados afectan o aumentan el consumo de varios recursos, como son el uso de tierra, de agua y de energía, así como aumentan las emisiones de gas invernadero”.
De este modo, la producción de alimentos ultraprocesados y su posterior transporte desde su lugar de origen hasta las fábricas de procesamiento y, finalmente, hasta el consumidor final, tienen un impacto significativo en el medio ambiente.
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En el estudio actual, se encontró que una mayor adherencia a la Dieta Mediterránea (o MetDiet) es una estrategia para reducir el consumo de ultraprocesados y por consiguiente, reducir los gases de efecto invernadero. Esta dieta se compone principalmente de productos frescos, con un bajo nivel de procesamiento, como los alimentos de origen vegetal y las grasas saludables (verduras, frutas y cereales integrales).
Además, las investigaciones demuestran que la MetDiet puede reducir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y muchas otras afecciones crónicas.
El estudio demuestra que entre mayor sea el porcentaje de consumo de ultraprocesados, supondría un aumento de los gases de efecto invernadero y aumento del uso de energía, pero se esperaría un menor uso de cantidad de agua. Así que, el bajo consumo de alimentos ultraprocesados puede contribuir tanto al cuidado de la salud como a la sostenibilidad ambiental.