El estrabismo, una mirada perdida que tiene solución
Lector. Sabinero. Adicto a Quino. Como dijo Cortázar: “Si te caes te levanto, y si no puedo, me tumbo a tu lado”.
Un ojo perdido y el otro buscándolo, le dicen. Los llaman bizcos, se burlan de ellos. Y los hay famosos, como Fernando Trueba, el director de cine español, responsable de películas como La niña de tus ojos o la ganadora del Premio, Óscar Belle Époque.
O la actriz Penélope Cruz o el también actor Ryan Gosling o el escritor inglés Marty Feldman. Incluso hay quien dice que Afrodita, la diosa griega del amor y la belleza también era bizca.
Hay mucho chance de conocer personas con estrabismo. Según la Asociación Americana de Oftalmología Pediátrica y Estrabismo, de Estados Unidos, cuatro de cada diez niños en ese país presentan este mal alineamiento de los ojos.
Puede ser endotropias (los ojos hacia adentro), exotropias (desviados hacia afuera), hipotropias (hacia abajo) e hipertropias (hacia arriba).
Suele deberse a problemas neuromusculares y está relacionado con visión pobre, pues el cerebro, al recibir dos imágenes diferentes, busca corregir la información y “bloquea” la imagen del ojo más débil.
Se puede corregir
Los niños también deben ir al oftalmólogo y el estrabismo es una de las razones para hacerlo. Los ojos desviados en un niño mayor de tres meses son una advertencia de que algo puede andar mal.
El éxito del tratamiento de esta condición aumenta cuanto más pronto empiece, puede ir desde ejercicios y gafas hasta el uso de parches.
Incluso, en sus orígenes, la toxina botulínica (más conocida como bótox) se utilizó para paliar este problema de los ojos. También, para casos complicados, hay una cirugía.
El consejo es prestar atención a los ojos de los menores, estar atento a si tienen problemas para ver, si cierran un ojo al mirarte o inclinan la cabeza, señales estas de estrabismo.