Colombia

Julián Conrado: así fue la gestión del único alcalde exFarc del país

Guillermo Torres, conocido como el cantante de las Farc, se desmovilizó en 2016 y ganó la Alcaldía de Turbaco (Bolívar) en 2019. Fue el único firmante de paz en lograr un cargo de elección popular. Esta es su historia y el balance de su gestión.

Comunicadora Social - Periodista de la UdeA. Amo leer historias y me formé para contarlas.

23 de octubre de 2023

De Guillermo Enrique Torres Cueter, más conocido como Julián Conrado, podrán decir que es un compositor famoso, un exguerrillero al que todos conocían por ser el cantante de las Farc, un hombre de pueblo y mochila pero, sobre todo, un firmante de paz que logró convertirse en el primer y único exFarc en ser electo por voto popular.

Con 21.466 votos, Torres no solo logró más apoyos que sus cuatro competidores juntos, sino que obtuvo una votación sin precedentes para su municipio que dejó claro el apoyo colectivo a un hombre que prometía llevar paz, equidad y justicia social a Turbaco, en Bolívar, de la mano de un adjetivo inusual en las campañas políticas: el amor.

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Con el eslogan “amando venceremos”, ese hombre que en la guerra conocían con el alias de Julián Conrado se recorrió casa a casa su municipio “hasta que casi no le faltó ninguna”, como reconoce una de sus máximas opositoras, la entonces concejal de Turbaco Luz Elena Tatis, una política del Partido Conservador que le hizo oposición a Torres desde el día uno hasta el mes en que se retiró para volverse a lanzar en las próximas elecciones regionales.

“Por el alcalde salió la gente a votar en canoa, a pie. De todos lados. Vivimos una votación histórica que nunca se había visto acá. Él logró sacar a la gente a votar convencida de un cambio y de más ayuda para los pobres”, admite Luz Elena. Aunque remata con “pero no les cumplió y ahora los tiene descontentos a todos”.

Pero, ¿qué fue lo que realmente logró o no el único alcalde exFarc del país?

El cantante de las Farc

Para entender sus modos y sus promesas basta con remitirse a los inicios de su “carrera”: la música y la insurgencia.

Como cantante y compositor, Conrado se codeó nada más y nada menos que con artistas de la talla de Alfredo Gutiérrez, Mariano Pérez y Rafael Ricardo, a todos ellos Julián les escribió, les cantó y les grabó canciones que quedaron para la posteridad. “Esas canciones acá en Turbaco son himnos”, cuenta.

Fruto de esa carrera musical que lo vanaglorió muy joven, Conrado conoció las montañas antioqueñas y hasta grabó en la afamada casa musical Codiscos. Todo iba viento en popa, pero al “gillo”, como le dicen su esposa y sus conocidos, le picó la rebeldía.

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Cuenta él mismo, en tono orgulloso, que su primer grupo se hacía llamar la Unión Patriótica, una guerrilla de la que fue cofundador junto a otro puñado de combatientes cuando apenas tenía 20 años.

“Yo soy un sobreviviente de la UP”, dice. Pero ese fue solo el comienzo. Escasos años después, él ya no recuerda bien cuándo entró a la extinta guerrilla de las Farc y ahí permaneció varias décadas.

Con guitarra en mano y un don de la palabra que le reconocen los exmiembros del Secretariado, Conrado escaló en la jerarquía de las Farc y se volvió comandante. “Un comandante de nombre porque lo mío siempre fue cantar”, dice Conrado en una frase que suena a excusa, como si quisiera desligarse un poco de ese grupo que también generó mucho dolor y que dejó más de 96.952 víctimas en todo el país, según cifras del Informe Final de la Comisión de la Verdad.

Aunque es difícil saber si él mismo empuñó armas y asesinó a otros, lo cierto es que Julián Conrado jugó un papel clave en la “culturización de las Farc” y en la incursión de la música como arma de guerra para convencer a otros. Así lo mencionan proyectos de investigación y hasta tesis de posgrado en las que él ha sido protagonista.

Tras años de investigación, el magíster Julián Jair Reinoso concluyó que “Julián Conrado, uno de los principales artistas de la exguerrilla, desempeñó un papel de intelectual local de la organización insurgente FARC-EP, lo cual se puede apreciar a través de su trayectoria biográfica y su obra musical”, tal como reza su trabajo de grado de la Universidad de los Andes.

Y así, con discos en la legalidad y en la insurgencia, Conrado se hizo famoso entre tiplistas y compositores, un reconocimiento que terminó en el apodo de “el cantante de las Farc”.

Pero, cansado de esa guerra que él dice que “nunca debió existir”, el “grillo” se sumó a todas las mesas de paz que intentó la guerrilla y llegó a ser negociador de las extintas Farc en el proceso de paz con el expresidente Juan Manuel Santos que finalmente logró desmovilizarlas.

“Julián firmó la paz y sabía que quería dedicarse a su familia, al campo, a la música. A descansar del monte y de la guerra que es tan duro”, cuenta Lola Pérez, la esposa que lo acompaña desde los años 80, cuando se casaron en un campamento guerrillero “totalmente enamorados”.

Pero ese impulso le duró poco y pronto empezó su proyecto político. Apenas dos años después del Acuerdo de Paz –firmado en 2016– Conrado empezó campaña y empezó a estudiar para terminar el bachillerato.

Fue así como se convirtió en alcalde en 2019 y en bachiller en septiembre de 2020. “Porque él llegó hasta sin estudiar”, como le critica la exconcejal Tatis.

Subir de categoría

Lo cierto es que, aún sin muchos estudios, Conrado logró lo que muy pocos en su mismo cargo. Durante su administración, Turbaco subió de quinta a tercera categoría, un logro que le da muchos más recursos al municipio y más independencia para la ejecución de dineros.

“Faltaba la gestión y la voluntad política. Ahora estamos a pasitos de entregarlo en segunda categoría”, asegura Torres.

Ese fue uno de sus mayores logros, pasar de un municipio con un presupuesto modesto y reducido, a uno con un poco más de $150.000 millones.

Aunque su gestión más aplaudida fue haber llevado agua potable a barrios enteros que siempre se habían abastecido con mecanismos empíricos y baldes de corrientes cercanas.

“También le aposté a la cultura con $80 millones en instrumentos, al deporte con polideportivos completamente nuevos y a la erradicación de la corrupción sin robarnos un solo peso”, explica Conrado.

Aunque en esos logros también hay muchas críticas. En la inauguración del Estadio Municipal de Turbaco, Torres bautizó ese complejo deportivo como “Jaime Bateman Cayón”, el nombre del máximo comandante del M-19, la guerrilla de la que hizo parte el hoy presidente Gustavo Petro.

“Fue como imponernos un nombre de un guerrillero con el que no todos acá están de acuerdo. Se le criticó, se le marchó y no lo cambiaron. Él, que se subió diciendo que escucharía al pueblo, se hace el sordo cuando no le conviene”, dice una habitante de Turbaco, Bolívar.

Otro de sus lunares fue la imposición de un impuesto predial con el que el Concejo Municipal no estuvo de acuerdo “y aun así lo impuso por decreto”, asegura Tatis.

Por ese y otro par de proyectos, a tres secretarios de Conrado les hicieron moción de censura en el Concejo de Turbaco, un escenario inédito para un municipio pequeño en todo el país.

Y a eso se sumó una indagación de la Procuraduría por supuestos descuidos con “mercados” y “enseres” donados a Turbaco para la atención de la pandemia.

Pero, más allá de eso, la percepción ciudadana parece alabar la gestión del alcalde. Las redes sociales de la Alcaldía, por ejemplo, están llenas de halagos y felicitaciones.

Con todo eso, Julián Conrado sigue mostrando un espíritu rebelde que lo acompañó durante estos cuatro años de Gobierno. En vez de presentar una rendición de cuentas como cualquier otro mandatario local, Torres se las ingenió para componer una canción contagiosa en la que narra sus obras importantes y sus respuestas a quienes lo critican.

“Porque no faltó quién me hiciera oposición”, dice, “de los 15 concejales que hay en Turbaco yo tenía 16 en contra”, dice a modo de broma en la entrevista que le ofreció a EL COLOMBIANO para este perfil.

“Goberné con mucho amor, honradez y honestidad. Esa es mi felicidad, es mi legado y mi honor (...) El cambio apenas comienza, quedan cosas por hacer. Las haremos si al poder no vuelven los sinvergüenzas”, concluye el tema musical que se estrenará esta semana.

Por ahora, Conrado y Lola aseguran que no habrá más política por un tiempo, que siguen años de campo y guitarra “me dedicaré a la música y espero un futuro en eso”, concluyó Torres, quien dice que nunca más volvería a empuñar un arma y que el camino es la paz.