¿Cuál sería la reforma a la justicia ideal? Expertos opinan
Cuatro expertos señalaron los puntos fundamentales para renovar la justicia en Colombia.
Tan deseado como imposible ha sido para Colombia el proyecto de transformar la manera en que funciona su sistema judicial. Prueba de ello es que en la pasada legislatura terminaron por hundirse no una, sino dos reformas: la del Gobierno, que proponía, entre otros puntos aumentar el presupuesto para la Rama y eliminar el Consejo Superior de la Judicatura, pero que de la mano de la exministra Gloria María Borrero no logró surtir trámite completo en el Congreso; y la propuesta por Cambio Radical, que buscaba regular el alcance de la acción de tutela y otorgar funciones de descongestión a notarios y abogados, que también terminó engavetada.
Con el inicio de una nueva legislatura y la llegada a la cartera de Justicia de Margarita Cabello, la estrategia del Gobierno dio un viraje y, ahora, buscando una mayor efectividad en el debate que debe dar el Legislativo, desistió de presentar un gran proyecto de reforma para, en su lugar, presentar paulatinamente proyectos de ley que propongan pequeños cambios que se consideren necesarios desde la perspectiva del ciudadano.
Y en la primera ola de propuestas ya fueron radicadas la semana pasada tres iniciativas: una sobre el funcionamiento de los consultorios jurídicos, otra que ajustaría los procesos de arbitraje y una última que busca establecer un estatuto de conciliación. Pero ¿qué puntos no debe dejar por fuera el Gobierno? EL COLOMBIANO lo consultó con cuatro expertos en la materia .
DIFERENTES VISIONES SOBRE LA REFORMA IDEAL
José Alejandro Bonivento
Expresidente de la Corte Suprema
“Yo creo que a la reforma a la Justicia hay que incluirle un sentido pedagógico. No es suficiente con proponer un aumento en la edad de los magistrados, o con modificar los códigos, o con decir que no hay acceso de los ciudadanos a la administración de justicia. Claro que hay acceso, ¿cuántas tutelas en este momento ocupan la atención de las altas corporaciones? Ahí hay un acceso, pero malentendido. Creo que es fundamental lograr una gran reorganización del mismo órgano de decisión de la Rama Judicial, así como modificar la composición de las altas cortes y suprimir las relaciones político judiciales que hoy tienen. Pero, además, quiero insistir, la gente vive pensando que con una reforma cambiamos el sistema; sin embargo, lo que creo que hay que hacer es un gran pacto ciudadano alrededor de la Justicia para que la gente aprenda a servirse de ella”.
Juan Carlos Esguerra
Exministro de Justicia
“No pueden faltar las reformas para subir la edad mínima para llegar a ser magistrado de las altas cortes y el término de la duración de esa magistratura para evitar que se trate de un paso intermedio en la carrera de alguien, cuando debe ser la culminación. Además, la eliminación del Consejo Superior de la Judicatura en sus distintas instancias y reemplazar los temas de administración de la justicia por una fórmula gerencial de ‘alto turmequé’. Muy importante también introducir algunas reformas en materias procesales, por ejemplo, que se descuente de los tiempos de prescripción de las acciones judiciales el tiempo que el sindicado destine a interponer recursos cuyo propósito dilatar el proceso. Cortar los vasos comunicantes entre las cortes y el Congreso y eso tiene que ver con algo que también es clave: la eliminación de la Comisión de Acusaciones de la Cámara”.
Hernando Herrera
Director Excelencia en la Justicia
“Nosotros pensamos que la reforma a la Justicia tiene que verse desde dos elementos: una reforma a la estructura propiamente de la Rama Judicial, que tenga que ver con presupuesto, con gobierno judicial y con el régimen de competencias de las cortes. Ese punto en particular tiene que ver con las competencias de cada tribunal en la resolución de tutelas, para evitar los choques y tiene que ver también sobre el beneficio que las facultades electorales de las cortes desprenden, en la medida en que a veces compromete su función y termina politizando el buen ejercicio y la buena marcha de esas corporaciones. También tendría que pensarse en una reforma complementaria a ésta y es lograr una reingeniería procesal a los códigos, porque hoy en día las instancias judiciales son supremamente demoradas, lo que hace que la justicia para el ciudadano sea tardía”.
Santiago Virgüez
Investigador Dejusticia
“El punto principal que no puede quedar por fuera es la reforma al régimen de gobierno y administración de la Justicia, que viene siendo asumido por el Consejo Superior de la Judicatura. Lo que se requiere es la creación de dos órganos distintos: uno de gobierno y otro de administración. Es necesario que el órgano de gobierno no esté compuesto en su mayoría por representantes de las altas cortes, sino que esa representación sea proporcional a la de otras entidades de la Rama Judicial; mientras que el órgano de administración no debe estar compuesto por abogados. Otro punto es el fortalecimiento de la primera instancia y la modificación de las competencias: ampliar la primera instancia, haciendo que los jueces reciban más tipos de casos, para mejorar el acceso a la justicia y que las altas cortes se conviertan solo en órganos de cierre y unificación de jurisprudencia”.