Purga en la Policía tendría efectos en el mediano plazo
En 80 días fueron desvinculados 1.427 miembros de Institución. El general Nieto dijo que “redoblarán” los esfuerzos para seguir con la depuración.
Politólogo de la Universidad Nacional, Periodista de la Universidad de Antioquia y maestrando en Gobierno de la Universidad de Medellín. Tratar de entender e interpretar el poder, un reto.
La Policía Nacional se toma hoy el trago más amargo de desfavorabilidad ante la opinión pública desde el gobierno de César Gaviria (1990-1994). Durante ese periodo alcanzó niveles de desconfianza del 50 por ciento por la falta de resultados y la vinculación de muchos uniformados a la criminalidad.
En la última encuesta de Gallup, publicada por EL COLOMBIANO la semana pasada, el 59 por ciento de los entrevistados tiene una imagen desfavorable de los agentes y solo 38 por ciento tiene una posición a favor.
Entre 2002 y 2010 la desfavorabilidad de esa institución osciló entre el 20 y el 31 por ciento, y entre 2012 y 2015 la mala imagen empezó a fluctuar entre el 30 y el 45 por ciento. En la medición de diciembre de 2015 se ubicó en 46 por ciento. Lo que significa que en los últimos cinco meses creció 16 puntos.
“La desfavoravilidad se debe a los escándalos de inicio de año. En la medición de febrero es cuando cae, y en esta última mantiene los niveles, es decir, no logra aún recuperarse”, explicó Martín Orozco, gerente de Gallup Colombia.
Ante este panorama y luego de “sentir el clamor ciudadano”, el general Jorge Nieto, director de la Policía, presentó el primer balance Integral de Transparencia, que representa “la capacidad para autodepurarse y recorrer el camino de la innovación”.
En 80 días fueron retirados del servicio 1.427 uniformados, entre ellos 89 oficiales, 13 suboficiales y 1.078 del nivel ejecutivo. Según Nieto, entre las causas están la voluntad justificada del Gobierno, dirección general o de comandantes de departamento, inhabilidades, el llamamiento a calificación de servicios y, en otros casos, la solicitud propia de retiro.
La ‘purga’ se hizo a través de 373 destituciones, en las que, según la Institución, se respetó el debido proceso. Hubo 1.454 fallos y 1.261 audiencias verbales acompañadas por la Procuraduría. Se dictaron 485 suspensiones, se impusieron 492 multas y 169 amonestaciones. En total se realizaron 5.015 audiencias conciliatorias.
De igual manera, fueron capturados 248 policías y las investigaciones internas aportaron pruebas para que la Justicia Penal Militar emitiera 41 sentencias condenatorias.
En su intervención en la clausura de la Segunda Cumbre de Generales de la Policía, el martes pasado, Nieto dijo que redoblarán esfuerzos para continuar la depuración bajo cinco principios: humanismo, integridad, disciplina, innovación y gestión.
Agregó que es una minoría la que “afecta la credibilidad y el trabajo honesto de miles de hombres y mujeres que a diario hacen patria”.
El general también destacó que en lo que va de 2016 se logró una disminución del 5 por ciento en la tasa de homicidios, lo que se traduce en la protección de 197 vidas. En 602 municipios no se registraron muertes violentas y hubo una reducción del 32 por ciento en secuestros, 26 menos.
Del mismo modo, fueron frustrados 6.162 hurtos, pues disminuyeron en un 12 por ciento. En más de 150 municipios se desmantelaron bandas dedicadas al microtráfico y la extorsión. Nieto recordó que esta ofensiva fue puesta en marcha el pasado 22 de febrero, por orden del presidente Juan Manuel Santos.
¿Mejorará la confianza?
Carlos Emilio Barrios Polo, del Laboratorio de Investigación en Pedagogía Social (Universidad Nacional), afirmó que todas las instituciones públicas requieren legitimidad, pero que el accionar de la Policía depende mucho de esta, porque tiene un grado mayor de relacionamiento con la ciudadanía, en un tema sensible como la seguridad.
“Un ciudadano no se encuentra en la calle fácil con senadores o magistrados, pero sí con policías (...) La purga puede verse en un sentido benéfico, como la toma de decisiones luego del autoexamen, pero también refleja que hay ‘manzanas podridas’. La buena imagen ha sido diezmada por casos de soborno, escándalos sexuales y hasta por mandos medios involucrados en delitos”, explicó Barrios.
Este politólogo trajo a colación autores como Noam Chomsky, quien habla de la “despersonalización de las instituciones” y a Murray Edelman, el cual, en el texto ‘La construcción del Espectáculo Político”, describe de la construcción del liderazgo político, como producto de una construcción social y de imagen.
“Cuando la gente ve a un policía observa el uniforme, no la persona. La desconfianza no es con el policía ‘fulano’, sino con la institución, que representa una visión fragmentada ante la sociedad. Con los cuadrantes se busca personalizar, que la gente identifique al policía, pero el deterioro de la imagen no ayuda”, precisó Barrios.
Por su parte Jorge Restrepo, director del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac), dijo que el retiro de uniformados no sirve para recuperar la confianza en la institución en el corto plazo, pero sí para reducir el crimen de algunos miembros.
“Es una estrategia correcta porque ataca la causa del problema, pero tomará un tiempo para recuperar la confianza ciudadana, que se perdió no por los escándalos de Palomino sino por su falta de liderazgo y gestión, además de la ineficiencia de la contrainteligencia”, concluyó Restrepo.