Política

El plebiscito de la paz explicado en 6 pasos

El Gobierno logró que se aprobara en primer debate, la reducción del umbral de votos para la paz.

Egresado de la U.P.B. Periodista del Área de Investigaciones, especializado en temas de seguridad, crimen organizado y delincuencia local y transnacional.

20 de noviembre de 2015

El proyecto de ley sobre el Plebiscito para la Paz pasó su primer examen en el debate de las comisiones primeras del Senado y la Cámara. La iniciativa, que pretende convertirse en el mecanismo de refrendación para el Acuerdo Final con las Farc, se impuso gracias a una votación avasallante de la bancada del Gobierno, ayudada por los opositores del Centro Democrático, que se retiraron del recinto sin votar. A continuación, el análisis de lo que está en juego con esta propuesta.

la Finalidad del proyecto de ley

El plebiscito es un mecanismo de consulta popular (artículo 103), mediante el cual el Presidente convoca a la ciudadanía para que opine sobre sus políticas. En Colombia nunca se había empleado tras la Constitución de 1991, y el Gobierno pretende usarlo para refrendar el Acuerdo Final con las Farc. El proyecto fue diseñado por la bancada oficialista del Congreso, y al ser de carácter estatutario, le permite acelerar su discusión y votación.

las Características del texto debatido

El proyecto votado este miércoles consta de cinco artículos, en los que se estipula que el Presidente deberá informar al Congreso su plan con el plebiscito, con un mes de anticipación; que los acuerdos con la guerrilla tendrán que ser difundidos por todos los canales de comunicación; que la decisión tomada en el plebiscito “tendrá carácter vinculante para efectos del desarrollo constitucional y legal del Acuerdo”. Esto significa que si los colombianos votan “sí”, lo pactado con las Farc podrá seguir adelante en el desarrollo de leyes para aplicar los acuerdos; pero si votan “no”, los diálogos de La Habana se quedarán sin piso legal y el Gobierno recibirá el mensaje de que el pueblo no apoya su proceso de paz; así que o lo replantea, o lo acaba.

El plebiscito solo incluye una pregunta. El Gobierno no la ha definido, pero según ponentes de la medida, sería: “¿está de acuerdo o no con firmar la paz con las Farc?”; implica que la gente votará por el bloque de los acuerdos y no por cada punto (reforma agraria, participación política, drogas ilícitas, víctimas y fin del conflicto).

La polémica del umbral de votación

Por ley, cada mecanismo de consulta cuenta con dos tipos de umbral: el de aceptación, que es la votación mínima para que tenga validez jurídica; y el de decisión, que es el porcentaje mínimo de sufragios para que lo votado sea de obligatorio cumplimiento. Para el plebiscito, el umbral de aceptación es el 50% del censo electoral vigente (hoy 16’873.531 votos), y el de decisión es la mitad más uno de sufragantes. Los ponentes temían que una campaña abstencionista de la oposición impidiera lograr los votos necesarios para alcanzar el umbral de aceptación, por lo que propusieron que en este plebiscito se modifique ese elemento, “para que la abstención no dificulte la eficacia del mecanismo”, según el texto.

En consecuencia, el inciso 3° del artículo 2° señala: “se entenderá que la ciudadanía aprueba el plebiscito en caso de que la votación por el ‘sí’ obtenga una cantidad de votos mayor al 13% del censo electoral y supere los votos depositados por el ‘no’”.

Así, de un umbral de aceptación inicial de 16’873.531 votos, se pasó a uno de 4’387.118 (13% del censo electoral). En las elecciones presidenciales de 2014, Juan M. Santos logró 7’816.986 votos, lo que genera expectativas favorables para sus planes.

Medidas descartadas del plan original

Del proyecto original, radicado en septiembre, se suprimieron dos cosas en el reciente debate: votar el plebiscito ya no será obligatorio, y quienes no lo hagan tampoco tendrán que pagar un salario mínimo de multa. También se acordó que la votación se realizaría en jornada única, como las elecciones convencionales, en vez de hacerlo en tres días hábiles y un fin de semana, como se sugirió antes.

Voces a favor y en contra del mecanismo

Santiago Valencia, representante a la Cámara del Centro Democrático (CD), opina que “el plebiscito que quiere el Gobierno limita al pueblo a decidir con un sí o un no la aprobación de los acuerdos, desconociendo el contenido e impidiendo la discusión de los mismos. ¿Por qué con una escueta pregunta nos quieren hacer tragar cualquier cantidad de sapos?”. Añade que “es una trampa para llevarnos con los ojos cerrados a aprobar lo que al Presidente y a la guerrilla les venga en gana”.

El ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, cuestiona la idea del CD, de hacer una consulta con más preguntas. “¿Que nos impongan las minorías un cuestionario que ellos quieren, para garantizarles que la oposición que han hecho en tres años lleve atrás este esfuerzo de paz? ¡Están equivocados!”.

Otras propuestas que santos no quiere

El CD sugirió referendo con preguntas por cada punto acordado en Cuba. Su líder, el expresidente Álvaro Uribe, fue más allá y planteó una asamblea constituyente, “de carácter popular y solo para temas del conflicto”.

Las Farc también proponen constituyente, aunque distinta: “no es a partir de un plebiscito no consensuado que se va a alcanzar la refrendación de los acuerdos. No hay otro camino que el de una Asamblea Nacional Constituyente, que sea el pueblo quien otorgue seguridad jurídica al tratado y no ocurra que gobiernos sucesivos se aventuren a borrar con el codo lo que se construya”.

Santos ha dicho “no” a la idea de una asamblea y calificó el referendo como “un suicidio” para el proceso de paz.