¿Por qué el centro de Medellín será un reto para el próximo alcalde?
Urbanismo, cultura, seguridad y medio ambiente son retos para el próximo alcalde.
Amo el periodismo, y más si se hace a pie. Me encantan los perros, y me dejo envolver por una buena historia. Egresado de la Universidad de Antioquia.
“Nos vemos en el centro”. Esta es quizá una de las frases que durante décadas más han usado los habitantes de Medellín. Lo han hecho para cerrar negocios, para cumplir citas de amigos, para ir a teatro o a un concierto, o simplemente para irse una tarde de compras.
Desde que Medellín fue erigida como villa, en 1670, el centro comenzó a cobrar vital importancia y la población, disgregada por lo que al principio se denominó San Lorenzo de Aburrá, comenzó a aglutinarse alrededor de la iglesia Nuestra Señora de la Candelaria, que sigue en pie en el Parque Berrío.
“Al nuevo poblado se fueron recogiendo buen número de españoles importantes, que estaban diseminados por todo el valle, donde poseían sus hatos de ganado”, cuenta el libro “Medellín en 1932” de los editores Luis F. Pérez y Enrique Restrepo Jaramillo.
Muchos años después, el vertiginoso crecimiento del centro llevó a que este espacio creciera y su epicentro se trasladó a la Plaza de Cisneros (hoy Plaza de las Luces), por tratarse del espacio ideal para cerrar negocios y mercado en la capital antioqueña. Con la construcción del edificio Coltejer, el centro tomó más vida y hoy, 47 años después de terminada esa aguja de cemento, el centro sigue vibrando.
Aunque en esencia, la dinámica de este espacio de Medellín no ha cambiado y sigue siendo punto de encuentro, un sinfín de problemas quieren ahogarlo: la delincuencia, las drogas y la prostitución, la inseguridad, el desempleo, la invasión del espacio público, una movilidad agobiante para el peatón y una decadencia en lo social y habitacional, lo han llevado a quedarse sin un respiro.
No obstante, y conscientes de que el centro es un territorio agobiado, pero no moribundo, desde anteriores administraciones se ha tratado de revitalizarlo con diferentes proyectos: se han adecuado parques como los de San Antonio, Berrío y Plazuela Nutibara; se han creado corredores verdes que ayudan a mitigar la contaminación ambiental y se han modernizado espacios para que los ciudadanos puedan estar como la peatonalización de Carabobo.
Solo en la última administración, el presupuesto de inversión en proyectos urbanísticos y ambientales de la Alcaldía de Medellín para esa zona, fue de 270 mil millones de pesos según la Empresa de Desarrollo Urbano.
Aún así, los problemas en el centro de Medellín persisten y expertos y académicos hicieron un análisis y sugerencias para que el próximo mandatario las tenga en cuenta y en la ciudad pueda volverse a escuchar la frase: “nos vemos en el centro”.
El centro necesita de un pacto social inaplazable
Gisela Posada Mejía
Líder programa Cultura Centro de la Universidad de Antioquia
El centro es un corazón que expresa los males que nos aquejan. Es una geografía que como ninguna otra revela las contradicciones sociales. Sus problemas son estructurales: desplazamiento, migración, desempleo, inseguridad, violencia, prostitución, microtráfico, exclusión e inequidad; entre otros, lo que hace muy complejo restablecer su condición de centro urbano, cuando parece sucumbir ante males en ascenso. De él, grandes empresas y el gobierno huyeron como quien abandona un barco que naufraga. Es inaplazable un “pacto social” en esta geografía. Una articulación entre el Gobierno nacional, departamental y local con una intervención valerosa en consonancia con el proceso de paz y sus objetivos superiores. Voluntad política y acciones reales entre el Estado, el sector productivo, la academia y la sociedad, unidas para devolverle al centro su protagonismo mediante planes integrales de mediano y largo plazo, con visión de conjunto y no sectorial que armonice la relación centro-periferia. El Alcalde como el principal gerente del Centro debe dar muestras de gobernanza en el territorio, y podría acometer los siguientes paliativos: habitar el centro desde la cultura, escuchar y atender las necesidades y orientaciones de la sociedad civil organizada, emprender un plan integral de vivienda social y digna que permita reconstruir el tejido de vecindad y, finalmente, fomentar la creación de los guías culturales y cívicos del Centro que aviven la vocación por el cuidado y el respeto por un lugar de valor histórico, promoviendo su apropiación desde la cultura para que el Centro sea un corazón vivo, coexistente con otras centralidades, pero de las cuales se diferencia por la riqueza de su diversidad y posibilidades de encuentro democrático y ciudadano.
La cultura es la base para reapropiarse del centro de Medellín
Juan Sebastián Bustamante Fernández
Coordinador de proyectos del Centro de Estudios Urbanos y Ambientales, Urbam – Eafit
Mejorar las condiciones ambientales, sociales y urbanas del centro es una deuda urgente por resolver. Activar los actores culturales que resaltan en el centro para trabajar un proyecto de ciudad para volver a vivir en el centro es la clave. Incluir las ideas del Distrito Cultural y Patrimonial que busca conectar con programación cultural y paseos peatonales a todos los centros culturales del sector, donde prima el peatón, la arborización y la activación de espacios públicos. Una apuesta por la activación cultural durante el día y la noche reforzando iniciativas como Caminá pa´l Centro, Cultura Parque y Salas Abiertas. Debido a los altos niveles de desigualdad, conectar al centro histórico y administrativo con los barrios del norte es fundamental para generar mayor equidad. Para eso se debe dar continuidad al proyecto Carabobo Norte, seguir con la transformación urbana de la franja entre las carreras Carabobo y Cundinamarca desde Moravia hasta el Museo de Antioquia, buscando promover nuevas viviendas, nuevos espacios públicos y nuevos equipamientos, como el Centro Cultural de Moravia, el mejoramiento del Jardín Botánico, el Paseo Urbano Carabobo, el Parque Explora, entre otros. En este sentido, la transformación urbana sostenible de Moravia es un tema prioritario. Deben seguirse mejorando las condiciones de habitabilidad del barrio entendiendo la riqueza de los procesos comunitarios y no puede desarrollarse un proceso de renovación urbana como lo ha planteado la alcaldía actual, pues sería una catástrofe. Por último, pero no menos importante, es prioritaria una apuesta por un transporte público más limpio y la reorganización de rutas que llegan al centro, acompañado de una movilidad donde primen la bicicleta y el peatón.
Este espacio requiere políticas urbanas continuas
Alfredo Restrepo Ruiz
Docente de tiempo completo – Universidad de Medellín
En la historia urbana de la humanidad, el centro de las ciudades ha representado quizás la parte con mayor capacidad de congregación y representación. Allí se han concentrado bienes y servicios de diversas dimensiones y la posibilidad de acceder a ellos. El centro ha permitido la confluencia de las personas en franca expresión de sus condiciones sociales, políticas, económicas, culturales e incluso nacionales cuando en un territorio confluyen personas de diversas partes del mundo como lo era en el mundo clásico con las ciudades antiguas y como lo es hoy. Lo que ha hecho del centro para la humanidad un lugar de vital importancia a lo largo del tiempo. En la historia urbana de Medellín el centro ha sido uno de los lugares más importantes de la ciudad, pues ha permitido la confluencia de diversos elementos que han configurado lo que hoy es. Ha sido el punto de llegada y de salida de mercancías, personas, constumbres; punto de intercambio y de encuentro; prestación de servicios, adquisición de bienes; el lugar donde la ciudad ve su trasegar histórico desde su pasado más lejano hasta el presente más inmediato.
El centro de Medellín ha sido reflejo de la vitalidad de la ciudad y de su consolidación, pero ha sido muestra también de procesos de decadencia y abandono social y urbanístico donde los usos inadecuados lo han llevado a ser un lugar olvidado, infestado de expresiones criminales y de gran deterioro urbano. La ciudad requiere políticas urbanas continuas donde el centro juegue un papel estructural, siempre será un reto para el gobierno de turno generar intervenciones que revitalicen y conserven el centro como foco del desarrollo de la ciudad que permitan mejorar problemas urbanísticos y sociales y que lo proyecten permanentemente.
Potenciar las buenas experiencias y multiplicar sus ofertas
Cecilia Inés Moreno Jaramillo
Profesora escuela del Hábitat – Universidad Nacional
Un primer compromiso es devolverle al centro lo que es del centro: su sentido democrático expresado en su condición de plaza pública, que atrae y se abre para quien lo recorre, comercia, labora, ejerce tareas culturales, educativas, institucionales y especialmente para sus habitantes permanentes. Al consultar las estadísticas de la Comuna 10, La Candelaria, que alberga al centro, se encuentran problemáticas de orden social, económico, de movilidad, calidad del aire, habitabilidad, de ilegalidad, de seguridad y convivencia. Pero, lejos de esas estadísticas, se esconden algunas cualidades y valiosas ofertas difíciles de enumerar. Por ello, propongo potenciar las buenas experiencias, multiplicar las ofertas de ciudad que hace el centro en arte, cultura, educación, comercio, vivienda y otras que abracen a todos los que se asumen como sus habitantes naturales y que amplíen los motivos para acudir y así crecer en vitalidad, en el ejercicio democrático del uso de los espacios públicos y en su gran abanico de diversidades. El centro que hoy tiene Medellín, aún con las contradicciones que alberga, ha sido producto del ejercicio institucional público, privado y de la acción cívica. La grandeza de un alcalde también reside en recibir con respeto un territorio socialmente construido por años y leer sus signos en sus calles, plazas, teatros, edificios, escenarios, aulas, cafeterías, centros de comercio, pasajes, zonas arboladas escenarios de memoria y trozos de historia recuperados. Con los pequeños fragmentos inconexos que configuran el centro se va armando una magnífica colcha de retazos que habla de diversidades y multiplicidades. No puede el nuevo alcalde desatender los graves problemas que persisten o se profundizan en el centro y lograrlo es posible si se revitalizan sus dinámicas.
Continuar es el camino para volver a habitar este espacio urbano
Alejandro Restrepo
Docente de Arquitectura UPB
El próximo mandatario debe establecer un plan de continuidad en términos de urbanismo ambiental, de incremento y cualificación del espacio público a través de una movilidad sostenible, de temas de cultura y educación con urbanismos pedagógicos, que es lo que se está haciendo. Que encuentre las bondades que ha sido trabajar por el centro de Medellín y que siga apostándole a ese espacio que es diariamente visitado por más de 1.200.000 personas.
Fundamentalmente le pediría que trabajara en cinco aspectos esenciales. El primero, que continúe la agenda y la línea del urbanismo ambiental que se ha trabajado, el cual retoma las condiciones naturales de nuestra topografía y de las líneas de quebrada que reconoce, en la estructura natural, la posibilidad de llevarla a cualquier parte del espacio público. Segundo, que siga incrementado este espacio y encuentre un balance entre peatones y calzadas, ampliándolo para las personas y para las zonas urbanas, como se ha hecho en cerca de 400 mil metros cuadrados, donde la gente tenga oportunidad de reunirse, de encontrarse, de estar, de caminar bajo otras condiciones el centro. Que siga trabajando en pos de lograr una movilidad sostenible apostándole a la movilidad eléctrica que mejora las condiciones ambientales, la calidad del medio ambiente y, por lo tanto, la calidad del espacio que habitamos. Es una tarea que debe seguir. Los otros dos puntos es que siga entendiendo el centro como un proyecto de cultura ciudadana donde es vital para el encuentro de la ciudadanía y actividades culturales;_y hable de un centro como espacio educativo y pedagógico de un proyecto que nos permite encontrarnos desde otras condiciones, y que finalmente hagamos que este sea rehabitado en los próximos años.