El Presidente Santos tuvo 65 ministros en 8 años
Las carteras en las que hubo mayor inestabilidad en el gobierno fueron Interior, Ambiente, Minas y Justicia.
Politólogo de la Universidad Nacional, Periodista de la Universidad de Antioquia y maestrando en Gobierno de la Universidad de Medellín. Tratar de entender e interpretar el poder, un reto.
A la gran mayoría de los exministros del presidente Juan Manuel Santos poco se les menciona, excepto los que pasaron a otros cargos, como Fernando Carrillo, Frank Pearl y Rafael Pardo, o quienes salieron a la arena electoral, caso Germán Vargas, Juan Carlos Pinzón, Clara López y Juan Fernando Cristo, o aquellos que se vieron inmersos en escándalos, como Cecilia Álvarez y Gina Parody.
En total, el saliente mandatario nombró a 65 ministros en las 16 carteras en sus dos periodos, aunque inició con 13 ministerios, luego de la fusión que hizo su antecesor, Álvaro Uribe, bajo el argumento de disminuir la carga burocrática.
Durante el siglo XX no hubo ejercicios reeleccionistas inmediatos, por lo que el único punto de comparación de Santos es con el anterior gobierno, que también duró ocho años. Uribe tuvo 37 ministros, 28 menos que Santos.
Según Juan Carlos Escobar, docente del Instituto de Estudios Políticos de la U. de Antioquia, esto se explica porque el primero generó cierta idea de lealtad mutua, mientras el segundo, aunque se rodeó de gente de su círculo, hizo un cambio de objetivos: quiso centrarse en las locomotoras, y luego terminó en la paz.
¿Menos es más calidad?
En esta administración el récord lo tuvieron Minas (siete) y Justicia, Interior y Transporte (seis). Tan solo dos miembros del gabinete lo acompañaron los ocho años: María Á. Holguín (Cancillería) y Mariana Garcés (Cultura).
Angélica Bernal, directora del Departamento de Ciencia Política de la U. Jorge Tadeo Lozano, afirmó que en periodos largos los ministros son numerosos y obedecen a cambios en prioridades temáticas, a alianzas políticas o al simple desgaste. “La estabilidad en los gabinetes no es sinónimo de buen gobierno. Las variables son múltiples; no se puede generalizar”.
En contraposición, Fabio Sánchez, director de investigación de la Escuela de Política y Relaciones Internacionales de la U. Sergio Arboleda, dijo que es importante la estabilidad en el equipo de trabajo, pues muchos cambios reflejan una mala elección inicial, que repercute en la planeación y ejecución de políticas públicas.
“Cuando los funcionarios no sirven, hay que cambiarlos, y eso conllevó grandes críticas de la opinión pública. En Colombia se cambian ministros, en otros países, los presidentes (...) Es una lección para que el presidente electo, Iván Duque, quien solo estará 4 años, consolide sus propuestas”.
Las implicaciones
Sin aludir a Santos, en la pasada campaña Duque dijo que él no iba a tener ministros “chispita mariposa” y que, por el contrario, quería conformar un gabinete para cuatro años. Por eso, quizá, designó a más técnicos que políticos.
Juan Carlos Ruiz, doctor en Ciencia Política de la U. de Oxford, dice que el problema es que se deje en el cargo a un ministro que no es eficiente. “La estabilidad de los ministros era muy precaria antes de Uribe. Entre la década del 70 y del 90 duraban entre seis meses y un año.
Para Catherine Pereira, directora del Programa de Comercio Exterior de la U. de la Sabana, un número excesivo de cambios desestimula algunos proyectos que tienen importancia y que deben concretarse en el mediano plazo.
Pueden sugerir que los cargos han sido asignados a personas con menos nivel técnico y que ha primado más los apoyos políticos que los proyectos, que son los que tienen valor para el país. “En Vivienda hay mayor concreción de proyectos, porque aunque tuvo cinco ministros, se mantuvieron los énfasis”.
Por el contrario, según Yann Basset, director del Observatorio de Procesos Electorales de la U. del Rosario, en justicia el balance del gobierno no es brillante. “Hubo varias tentativas de reformas del sector que no prosperaron mientras estallaron escándalos como el cartel de la toga”.
Si bien no hay como probar que la variación afectó la gestión de Santos, sí afectó su imagen y la de su gobierno.