Colombia

¿Petro se baja de la constituyente? Ahora habla de un referendo e insiste en su acuerdo nacional

Ante las dificultades para lograr mayorías en el Congreso y lograr respaldo para sus reformas, el jefe de Estado ahora ambienta su idea de un referendo con siete puntos. Sectores críticos reclamaron que es otro “cañazo” del mandatario.

14 de mayo de 2024

Casi dos meses han pasado desde que el presidente Gustavo Petro lanzó su idea de una Asamblea Nacional Constituyente para concretar sus ambiciosas reformas. Sin embargo, ante la falta de respaldo ciudadano y la negativa entre dirigentes, académicos y aliados, el jefe de Estado no ha tenido de otra que irle cerrando la puerta a su iniciativa.

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Una muestra de ello fueron sus declaraciones este fin de semana, cuando cambió el tono y habló ahora de un referendo, al tiempo que insistió en su gran acuerdo nacional. “El poder constituyente, que no necesariamente es una constituyente, es para llevar a canon constitucional el acuerdo nacional que no se contempló en 1991”, aseguró el primer mandatario a través de su cuenta en X.

Se trata de un mecanismo contemplado por la Constitución, bien sea para someter un proyecto a consideración del pueblo “para que este decida si lo aprueba o lo rechaza, total o parcialmente”, según la Registraduría. Además, puede convocarse para derogar una norma o ley aprobada por el Congreso, una asamblea o el concejo municipal.

A diferencia de una asamblea constituyente, en la que se requiere el visto bueno del Congreso, en el caso del referendo se necesitan los votos de al menos una cuarta parte del censo electoral, previo al cumplimiento de una serie de pasos, como la inscripción de un comité promotor y la recolección de firmas equivalentes al 5% del censo electoral.

De allí que Petro, en medio de su impopularidad y las dificultades para llevar a cabo la constituyente, apueste por el referendo para darle viabilidad a sus reformas e iniciativas. Según explicó el mandatario, eventualmente someterían a consideración del pueblo siete puntos.

En primer lugar, de acuerdo con el mandatario, sería concretar el Acuerdo de Paz al avanzar en la “reforma agraria, la transformación territorial y la verdad”. En segunda instancia, medidas para la “adaptación del país a la crisis climática” y, tercero, la búsqueda de un “nuevo ordenamiento territorial” que priorice “la inversión pública en el agua potable y el saneamiento ambiental”.

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Sumado a una reforma política y de la justicia, en quinto lugar, Petro buscaría “garantías inmediatas a los derechos universales, a la salud, la pensión y la educación pública gratuita”. Como sexto punto desarrollaría un estatuto del trabajo y, finalmente, avanzaría en el perdón social “después de la verdad, la reparación y las garantías de no repetición para obtener una paz duradera”.

Abriendo la puerta a otros temas “que la sociedad sugiera”, Petro defendió que el poder constituyente “es permitir que la sociedad se exprese y decida ella misma a través de asamblea constituyente, constitucional o referendo constituyente, etc.”

Además, aseguró que las fuerzas políticas y sociales del país “pueden y deben participar en las definiciones de estos puntos” que conformarían el eventual referendo.

Sin embargo, desde ya la medida levantó ampolla. El exsenador Jorge Robledo, dirigente del movimiento Dignidad, reclamó que la mentada constituyente de Petro resultó ser un “cañazo”, al igual que su nueva idea de un referendo.

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“Si no tuvo la fuerza política suficiente para sacar adelante la constituyente, tampoco la tiene para ganar un referendo, y menos en el desgaste del final de su gobierno. El truco es darle otra forma a su demagogia y mantener en tensión al petrismo mediante otro engaño electoral. Otro notorio irrespeto a sus seguidores y a todos los colombianos. Desesperación”, manifestó.

Por su parte, desde la bancada de gobierno, el senador Ariel Ávila (Alianza Verde), defendió que la propia Constitución contempla el referendo como mecanismo de participación ciudadana y que ya en los tiempos del expresidente Álvaro Uribe hubo un referendo en 2003 para someter a votación popular varias iniciativas.

“Si el presidente decide mandar eso por un mecanismo constitucional no entiendo cuál es la alharaca. Es normal. Que la ciudadanía salga y vote. Debe lograr un número mínimo de votos, que además es muy difícil lograrlo por el censo electoral. No entiendo cuál es el escándalo con eso”, manifestó Ávila.

El pasado viernes, Petro insistió en su idea de un acuerdo nacional con la “oligarquía colombiana, el establecimiento, la clase política tradicional o como quieran llamarlos”. Desde Cali, aseguró que si no se avanza en ese acuerdo, será necesario un “referendo popular para que el pueblo diga sí o no”.

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“El Acuerdo Nacional no es una reunión en el Palacio de Nariño entre unos cuantos notables, generalmente hombres blancos y ricos, sino un instrumento que se hace en la base popular, en el territorio, en el barrio, allá junto al mar, allá en el páramo, ahí en la selva, allá en el bosque, ahí en la gran ciudad, ahí en el territorio excluido, donde se sufre la violencia”, precisó.