Zonas de ubicación, foco a realidad del conflicto armado
EL COLOMBIANO conoció de forma extraoficial las posibles zonas de concentración de las Farc en el país.
Amo el periodismo, y más si se hace a pie. Me encantan los perros, y me dejo envolver por una buena historia. Egresado de la Universidad de Antioquia.
Al entrar en la recta final de los diálogos entre el Gobierno y las Farc, mucho se ha hablado de las zonas de concentración. La noción de ubicar a los guerrilleros en zonas de influencia de estos, ha generado rechazo y aceptación, pero ninguna de las partes se ha pronunciado sobre dónde estarían o cuáles serían estas áreas.
No obstante, EL COLOMBIANO pudo establecer, de manera extraoficial, los posibles territorios en los que se asentarían los guerrilleros y sobre los cuáles los observadores de la misión política de la ONU, y la Celac (Comunidad de Estados latinoamericanos y del Caribe), realizarán su papel de verificación.
Sin precisar la extensión, las zonas de concentración para las Farc serían: Caquetá, un área que conecta Putumayo y Nariño, otro espacio que une el Nudo del Paramillo con el Urabá antioqueño, el Catatumbo, el sur del Tolima, y en el norte del Chocó. Además, expresó la fuente, se está discutiendo en la mesa una gran zona para la región de los Llanos Orientales-Orinoquia.
“Uno de los temas es que en estas zonas de ubicación no hay certeza de cómo y quién prestará la seguridad. a miembros de las Farc, si van a ser personas que pueden pasar por un indulto exprés, porque no tienen ningún tipo de crímenes de lesa humanidad, para que integren empresas de vigilancia privada y presten la misma seguridad a sus comandantes; cuántos anillos de seguridad van a tener”, dijo la fuente quien pidió reserva de su identidad.
Adicionalmente, las discusiones de la subcomisión técnica, en La Habana, se han centrado en los últimos días en definir la ubicación del Ejército, la distancia de la Policía, quién prestará la seguridad en cordones de vigilancia, a qué distancia estarán de la población civil o si se repetirá la experiencia del Epl, en que la ubicación estaría en los mismos caseríos.
Hay incertidumbre
La falta de información ha llevado a la incertidumbre, incluso en sitios que comenzaron a mencionarse como posibles zona de concentración. Es así como el gobernador del Casanare, Josué Alirio Barrera Rodríguez consultó al Gobierno y mediante un comunicado expresó que la respuesta recibida del Ejecutivo, es que se trata de una de las propuestas hechas en la mesa de negociación.
“No somos enemigos de la paz. Pero es mi deber garantizar la seguridad de los casanareños”, dijo Barrera y enfatizó en que solicitará al gobierno Santos que Casanare no sea tenido en cuenta para ubicar zonas de concentración, sin antes consultar con la población de ese departamento.
Así mismo, el gobernador de Antioquia, Luis Pérez, dijo en entrevista con Colprensa que su despacho no ha recibido una solicitud del Gobierno para concentrar un grupo de guerrilleros.
“Si eso llega a ocurrir, hay que firmar acuerdos precisos con el Gobierno, porque el proceso de paz debe generar mas seguridad que incertidumbre y nos tiene que garantizar soberanía sobre todos los territorios de Antioquia”, agregó Pérez.
Ante la escasa información y los cuestionamientos a las zonas de ubicación, el jefe de la delegación negociadora del Gobierno, Humberto De la Calle, precisó el pasado martes que estos territorios se están discutiendo: “cuando se habla de ocho zonas nos referimos es a las zonas de presencia en cabeceras de la delegación tripartita liderada por Naciones Unidas”, argumentó.
Acto seguido, el presidente Juan Manuel Santos fue más allá de las declaraciones de su mano derecha en la mesa de diálogos. Enfatizó que los sitios a los que hace referencia De la Calle son los que la ONU ve como estratégicos para controlar el territorio.
Con estas zonas, según el especialista en Ciencia Política y general (r) de la Policía, Jairo Delgado, buscarán la facilidad de concentrar los frentes que coincidan en
los territorios.
Delgado dice que la idea con la concentración es que se convierta en un mecanismo facilitador “para evitar desplazamientos y asegurar corredores más amplios que generen dificultad. A las zonas históricas donde ellos han estado se ha hecho una evaluación que permite un mejor conocimiento de las autoridades y una mejor coordinación”.
Fenómenos en las zonas
Más allá de territorios para la concentración de los subversivos, las zonas de ubicación tienen fenómenos que hacen de estas, lugares polémicos y para algunos de difícil aceptación: cultivos de uso ilícito, alto riesgo de victimización (registrado por la Unidad para las Víctimas), hostilidades, territorios minados y reclutamiento infantil.
Pese a estas situaciones, las zonas de ubicación son vitales para el desarme, el cese el fuego bilateral, y la consolidación del proceso de paz después de la firma del Acuerdo Final.
Al comparar el estudio del 2014 de la Unidad de Víctimas sobre las zonas más vulnerables para la victimización por la violación de los derechos humanos, con las áreas escogidas como posibles zonas de concentración, se puede establecer que coinciden con un alto riesgo de afectación a la población civil (Ver infografía).
“Los municipios que se encuentran en riesgo alto corresponden, en gran medida, a la región del sur oriente colombiano, en particular en los departamentos de Putumayo, Caquetá y Guaviare, alcanzando influencia en los municipios del sur del Meta y del departamento de Vichada. Otras zonas en las cuáles se focaliza el riesgo alto se encuentran en la costa pacífica nariñense, en el centro del departamento de Cauca, el límite entre Antioquia y Córdoba y municipios de la zona de El Catatumbo y Arauca”, registra la Unidad de Víctimas en su informe.
En ese contexto, el politólogo y profesor de la Universidad del Rosario, Vicente Torrijos, analiza que en las zonas de ubicación “la población quedará absolutamente bajo el control de las Farc y aunque la Fuerza Pública esté allí garantizando el orden, lo cierto es que sin haber entregado las armas, pues esta fuerza ilegal, que ya para entonces sería legal, se convertirá en un factor absolutamente controlador de la sociedad y ese potencial de revictimización será una realidad”.