Los cinco ‘chicharrones’ que recibe Laura Sarabia en la Cancillería, ¿está preparada?
Laura Sarabia pasó de ser la mano derecha del Presidente a convertirse en la canciller más joven en la historia del país, con 30 años. ¿Qué tanto se alejará de Palacio?
Una joven politóloga de 30 años, cristiana-evangélica, hija de un exoficial de la Fuerza Aérea, con solo una experiencia laboral previa al Gobierno: ser la mano derecha del polémico exsenador Armando Benedetti. Ella es la mujer más poderosa del gabinete de Gustavo Petro: Laura Camila Sarabia Torres. Un nombre que la opinión pública no conocía antes de 2022 pero que ahora ocupa los principales titulares de los medios.
Sus valores de vida, a simple vista, irían en contravía del primer presidente de izquierda en la historia moderna de Colombia. Pero es todo lo contrario. Sarabia logró, con mérito, ser indispensable para Petro. Ya no solo en la conducción del país sino en la conducción de sí mismo: Sarabia organiza su agenda y desplazamientos, llama a los ministros a transmitirles (y darles) órdenes e interviene hasta en asuntos de la familia presidencial.
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Su cercanía va más allá de ocupar una oficina a pocos metros del despacho presidencial en el tercer piso de la Casa de Nariño. Ha demostrado que puede juntar en una misma foto a Petro con los “cacaos” del país e intentar llevar el agua hasta La Guajira con el apoyo del sector privado que ve en ella un puente con el Gobierno.
Pero la eficiente funcionaria también carga con escándalos. Por ejemplo, el episodio de las chuzadas a Marelbys Meza, su niñera, acusada de haber robado un dinero en efectivo de su apartamento. Por ese hecho, fueron condenados dos policías que dijeron “recibir órdenes de alguien muy poderoso de Presidencia” y un coronel, Óscar Dávila, se suicidó en extrañas circunstancias. También hay versiones de que su hermano, Andrés Sarabia, se estaría beneficiando de su cercanía para hacer lobby con contratos en varias entidades públicas.
Nada de eso ha servido para que Petro pierda su confianza en ella. La joven politóloga encarna el nombre de la ganadora a mejor película en los Premios Óscar en 2023: “Todo, en todas partes, al mismo tiempo”.
Su “omnipresencia” y “omnipotencia” son las cualidades que más resaltan sus colaboradores: “Es muy organizada. Pone el trabajo por encima de todo. No conoce horarios de trabajo. El Presidente cuenta con ella las 24 horas del día y siete días a la semana. Pero es mucho más que eso: siempre logra resolver situaciones difíciles haciendo las llamadas que hay que hacer”, le dijo a este diario un funcionario de Presidencia que prefiere no revelar su identidad.
Esa última característica quedó evidenciada en la crisis reciente desatada por Petro contra Donald Trump por el regreso de migrantes colombianos desde Estados Unidos. Sin posesionarse aún como canciller, Sarabia junto al exministro Luis Gilberto Murillo, hicieron las gestiones necesarias para resolver en menos de 18 horas un conflicto diplomático sin antecedentes. A Sarabia le explotó esa crisis casi como una premonición de lo que podría ser su paso por esa cartera.
Es la canciller más joven que haya tenido Colombia en su historia: a principios del próximo mes de marzo cumplirá 31 años. Además de ser politóloga, estudió una especialización en marketing político y una maestría en comunicación política. Pero está lejos de tener los pergaminos y recorrido político de los últimos cancilleres del país, empezando por el más reciente, Luis Gilberto Murillo, que antes de ocupar la Cancillería fue embajador de Colombia en EE. UU., excandidato vicepresidencial, exministro de Ambiente, exgobernador del Chocó. Y políglota, que no es poco.
Eso no le importa al presidente Petro y así lo dijo al momento de su posesión (este 29 de enero): “Dicen que no tiene experiencia, ¿pero quién tiene experiencia en asuntos tan complejos?”, refiriéndose a una serie de retos de la coyuntura mundial.
En Presidencia se preguntan si al estar en el Palacio de San Carlos seguirá siendo la mano derecha (e izquierda) de Petro. “Dudo que ella suelte esa cercanía con el Presidente, aunque no será lo mismo”, agrega el funcionario.
En EL COLOMBIANO, junto expertos, revisamos cinco grandes “chicharrones” que recibe Sarabia como ministra. En cada uno, el denominador común es que son temas tan complejos que la canciller necesitará mucho más que su disciplina y ambición. Pero ella misma ha demostrado que de tormentas más difíciles ha salido adelante. De todos modos, entre el Palacio de San Carlos y la Casa de Nariño hay pocos metros de distancia.
La política migratoria de Donald Trump
El problema más reciente de política exterior que aún tiene consecuencias para Colombia es la disputa entre Petro y Trump a raíz de la llegada de migrantes indocumentados de Estados Unidos que iban a llegar esposados de pies y manos. Sarabia fue clave en resolver lo urgente respecto a las consecuencias económicas que habían anunciado los republicanos y que hubieran afectado a miles de empleos colombianos en ambos países.
La relación entre EE. UU. y Colombia ha sido históricamente buena. Pero la llegada de Trump lo cambia todo y no solo en nuestro país sino en todo el mundo. Los mandatarios que no estén alineados con los intereses del republicano –Petro, claramente, no es uno de ellos– serán castigados, como ya está sucediendo, con la reducción o eliminación de recursos económicos y la imposición de aranceles (del 25%), como empezó a suceder hace pocas horas con México y Canadá.
Para el profesor Andrés Sampayo, doctor en Relaciones Internacionales, Sarabia “representa un retroceso para la diplomacia del país. Su falta de experiencia en el cargo le dificultará enfrentar los retos de un mundo multipolar y altamente polarizado, donde las grandes potencias buscan imponerse sobre el sur global. El desafío principal será enfrentar la relación con EE. UU. tras el regreso de Trump al poder, procurando evitar su deterioro”.
En la práctica, todavía hay coletazos de la crisis reciente como la suspensión del servicio de visas en la embajada en Bogotá. Pero a nivel general, Sarabia recibe la Cancillería en el peor momento de las relaciones diplomáticas entre ambos países.
Venezuela: la relación de Petro con el dictador Maduro
Como directora del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre), a principios de enero, trascendió que Sarabia le expresó su postura crítica al presidente Petro frente a la posesión ilegítima del poder de Nicolás Maduro. Venezuela, desde que llegó chavismo al poder hace 25 años, ha sido una papa caliente para Colombia. Pero recientemente, tras el robo de las elecciones por parte del régimen, es aún más complejo mantener las relaciones entre ambos países como hizo en su momento el expresidente Iván Duque a través de un “cerco diplomático” que fracasó. Hoy el contexto es diferente porque Maduro está cada vez más solo, pero aún así Petro ha repetido que no romperá relaciones “con quien ocupa la presidencia de Venezuela”. Hay distancia, según los mensajes recientes, pero en la práctica el plan conjunto en la frontera por la crisis humanitaria en el Catatumbo, demuestra que no están tan alejados.
“La presencia de Diosdado Cabello en la frontera ejemplifica perfectamente el dilema de política exterior de este Gobierno (...). Para Venezuela el ELN es un seguro y un factor de poder. Un seguro ante cualquier intento de Colombia por incrementar la presión internacional sobre el régimen o ante una eventual intervención militar extranjera desde Colombia. Y es un factor de poder para incidir en la agenda pública colombiana”, explica a EL COLOMBIANO Jorge Mantilla, doctor en crimen y seguridad, quien ha investigado la crisis en la frontera.
La política de drogas más allá de la incautación
La política de drogas atraviesa también la política exterior colombiana. Estados Unidos juega un papel clave porque más allá de certificar o no la lucha de drogas y medir el número de hectáreas de cultivos de uso ilícito (lo dejó de hacer en 2022), es un aliado en la financiación de esa guerra.
Colombia lidera el ranking de mayores incautaciones de cocaína en América Latina, según el portal InSight Crime, pero sigue siendo el mayor productor de esta sustancia a nivel mundial. Por eso, concentrarse en la interdicción como lo ha hecho el Gobierno Petro –entendido como la acción de detener los grandes cargamentos que salen por mar, tierra o por aire– es omitir el resto de instrumentos y mediciones para entender la complejidad de un fenómeno como el narcotráfico.
Así lo explica a este diario el profesor Pablo Zuleta, coordinador temático de psicoactivos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Los Andes: “No hay razón para sacar pecho (...) En la medida en que se identifique pérdida de la gobernanza en esos territorios, los decomisos reflejan a la vez aumento en la producción. Se ha insistido desde hace más de ocho años que existe una sobreproducción y por lo tanto dificultades para encontrar mercado a las drogas ilícitas. Esto conlleva a mayor necesidad de almacenamiento y a mayor probabilidad de detectar la carga de la droga”.
Visado perdido en Reino Unido, ¿vienen más?
Desde noviembre de 2022, los colombianos no necesitaban visa si querían viajar como turistas a los territorios que conforman Reino Unido, como Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte. Pero eso cambió a finales de noviembre del año pasado. Según las autoridades británicas, la principal razón es el aumento de las solicitudes de asilo de ciudadanos colombianos desde que se aplicó la exención del visado.
Este hecho se interpretó como una derrota del Gobierno, en particular para el embajador Roy Barreras –cercano a Sarabia– quien renunciaría en las próximas semanas para no inhabilitarse como candidato en el 2026. Por eso, la recién nombrada canciller tendrá como tarea hacer esfuerzos diplomáticos suficientes para que a mediano plazo Reino Unido decida volver a quitar el requisito de la visa. Aún más: Sarabia tendrá que evitar que bajo su gestión a los colombianos le exijan visado en Alemania, otro país en donde la solicitud de asilo de colombianos ha crecido exponencialmente.
El papel del Gobierno Petro en la CELAC
En pocos días, el presidente Petro asumirá la presidencia de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Pero va a recibir esa responsabilidad con la cancelación de una reunión convocada cancelada esta semana.
“Honduras en ejercicio de la Presidencia Pro Témpore de la CELAC cancela la Reunión Extraordinaria de jefas y jefes de Estado y de Gobierno convocada para el 30 de enero”, anunció la cancillería hondureña en un comunicado. La cancelación obedece a que “Colombia anunció públicamente (...) que el ‘impasse’ había sido superado”, añadió. a izquierdista presidenta hondureña, Xiomara Castro, había convocado el domingo a una reunión “urgente” de la CELAC para abordar los temas de “migración”, “unidad latinoamericana y caribeña” y “medio ambiente”.
Eso significa que Petro tendrá que demostrar, a través de su canciller Sarabia, que Colombia puede liderar una agenda conjunta con mandatarios de América Latina. Algunos de ellos son ideológicamente cercanos, pero sus prioridades no necesariamente son las mismas que las del Gobierno Petro. De hecho, Lula Da Silva, presidente de Brasil, representa un liderazgo más representativo a nivel latinoamericano que el mandatario colombiano.
En conclusión, Laura Sarabia tiene estos cinco “chicharrones” urgentes para resolver, de los cuales se desprenden otros problemas. En cada mes que queda del Gobierno, es decir, poco más de año y medio, cada acción que emprenda la Cancillería será fundamental para mejorar o empeorar el papel de Colombia en el mundo. O, al menos, para cumplir la promesa de Petro en campaña: “Nos proponemos que nuestro equipo diplomático sea mucho más profesional y capaz (...) esa incapacidad se puede llenar por unos equipos más profesionales, quienes hayan estudiado, quienes estén en la diplomacia y hayan acumulado saberes específicos sobre las relaciones internacionales”. ¿Aplica en este caso?
¿Quién será la mano derecha de la Canciller?
La canciller Sarabia escogió como su mano derecha en la Cancillería a un funcionario de carrera con larga experiencia en la diplomacia. Ha cumplido roles en el consulado de Atlanta y en la embajada de Jamaica. Además, trabajó en la Misión Permanente de Colombia ante las Naciones Unidas en Suiza. Actualmente labora en la embajada en Washington D.C., pero vendrá a Bogotá en los próximos días para tomar posesión como vicecanciller.
Sin embargo, una parte del petrismo ha criticado ese nombramiento en redes sociales: “Ávila es duquista pura sangre, mejor amigo y exfuncionario de Iván Duque (...) con la excusa de ser de carrera, la señora Sarabia lo nombrará vicecanciller”, dijo el activista Beto Coral.