“No nos suelten de la mano”: canciller Sarabia pidió respaldo a las políticas de paz ante Consejo de Seguridad de la ONU
La canciller Sarabia reconoció que el país tiene un rezago en cuanto al cumplimiento de los Acuerdos de 2016, pero insistió en la necesidad del apoyo de la comunidad internacional para cumplirle a las víctimas, los territorios y los excombatientes.
El Consejo de Seguridad de la ONU recibió un nuevo informe de la Misión de Verificación sobre la implementación del Acuerdo de Paz de 2016. Durante la sesión, la canciller Laura Sarabia entregó un balance de la implementación durante el Gobierno Petro y presentó los que, para ella, son pasos importantes en la política de la paz total.
“Cumplir el acuerdo no ha sido ni será fácil. De hecho, la implementación del acuerdo fue ignorada durante cuatro años por decisiones políticas egoístas. Las consecuencias las estamos viviendo ahora. Una reforma rural que fue ignorada y que va a pasos lentos”, dijo Sarabia durante su intervención.
La funcionaria hizo énfasis en que el Estado colombiano ha fallado en entregar la totalidad de la verdad sobre el conflicto armado y en que todavía no se alcanzan todas las transformaciones territoriales que prometió el Acuerdo del 2016.
“Hoy les pedimos que no nos suelten de la mano. Su ayuda continua puede hacer posible lo que muchos creían imposible, afianzar a Colombia en un verdadero laboratorio de paz para el mundo entero. Aún tenemos deudas pendientes y desafíos que muchos de ustedes han expuesto esta mañana”, puntualizó la canciller.
Carlos Ruiz Massieu, jefe de la Misión de Verificación de la ONU, aseguró que la situación de Colombia dista a las alteraciones de orden público que ocurrían en décadas pasadas. Sin embargo, alertó por la situación de seguridad que enfrentan los firmantes de paz.
“A partir de ahora, la prioridad tiene que ser abordar las dificultades persistentes que encaran, como el acceso a la tierra, la vivienda y la asistencia, para garantizar que los proyectos para conseguir medios de vida sean sostenibles a largo plazo. Nos preocupa especialmente la falta de seguridad. Fueron asesinados otros cuatro excombatientes desde que se publicara el informe, lo que hace que el número alcance los 23 este año. Condeno estos asesinatos y pido una protección reforzada para ellos”, dijo el representante de la ONU en Colombia.
El representante de la ONU alertó por la llegada y consolidación de acotres armados en algunas zonas del país, afirmó que esos ilegales se valen de la presencia limitada del Estado para controlar las economías ilícitas en los territorios.
El informe también mostró apoyó a la política de paz total del Gobierno –en la que adelanta 9 tableros de negociación o sometimiento con grupos y bandas criminales– pero afirmó que los resultados de esas iniciativas, hasta ahora, han sido “limitados”.
“El respeto al derecho internacional humanitario es una obligación ineludible para todos. No se demuestra voluntad real de paz si se reclutan menores y asesinan liderazgos. No se demuestra voluntad real de paz si se extorsiona comunidades. No se demuestra voluntad real de paz si se priva de la libertad a la población”, dijo Ruiz Massieu sobre los grupos que intentan dialogar mientras cometen crímenes.
El representante de Estados Unidos ante el Consejo, por su parte, se refirió a la producción de coca y a las economías ilícitas en Colombia.
“Los grupos armados se están dividiendo y están utilizando las conversaciones y oportunidades para ampliar su control y aumentar la producción de coca. La limitada presencia del Estado en las zonas del norte sigue obstaculizando su capacidad de reducir la violencia y el comercio ilícito de drogas. La economía ilícita sigue alimentando la producción de la coca, está acervando los patrones delictivos”, dijo.
El representante de Francia también apoyó los esfuerzos de paz, pero insistió en que estos “contactos” tienen que avanzar para “permitir en los próximos meses una aceleración de los avances en beneficio de la población colombiana”.