Invima: alta contratación y con 18.913 trámites colgados
En un año y medio esa entidad, encargada de la política sanitaria del país, ha tenido cuatro directores en calidad de encargados. Sin embargo, la contratación ha sido alta.
Periodista con cinco años de experiencia en medios de comunicación.
Sin rumbo claro y sin líder fijo a la cabeza sigue el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) en el Gobierno nacional. Lleva un año y cuatro meses a punta de directores interinos, con varias alertas por desabastecimiento de medicamentos a cuestas y, además, pidiendo más presupuesto.
Le puede interesar: Jaramillo: de concejal a ministro que tiene en jaque al sector salud.
El Invima es la entidad del sector salud del Gobierno responsable de que en el país fluyan desde medicamentos y dispositivos médicos hasta alimentos, bebidas, cosméticos, productos de aseo y plaguicidas. No porque los fabrique, sino porque se encarga de revisar que esos productos sean seguros, efectivos y de calidad.
Es una tarea titánica que requiere de recursos humanos y técnicos para que la circulación de esos artículos sea eficiente y que cada vez que alguien los necesite pueda encontrarlos sin voltear tanto.
Pero, el Invima no tiene una cabeza que guíe esa misión desde el 19 de septiembre de 2022 cuando le aceptaron la renuncia a Julio César Aldana, quien fue el titular en el gobierno del expresidente Iván Duque. Y aunque en octubre de 2023, Petro designó al exdirector de medicamentos de la Organización Mundial de la Salud, Germán Velásquez, este último rechazó su nombramiento, en parte, porque nunca se formalizó más allá del anuncio del mandatario en X (antes Twitter).
Desde entonces, ha habido cuatro directores interinos: Francisco Rossi, quien salió en marzo de 2023 tras decir que la exministra de Salud Carolina Corcho, rechazó contenedores de empresas extranjeras para atender el desabastecimiento de medicamentos; Mariela Pardo, quien era secretaria general del Instituto; el economista Juan Carlos Arias Escobar, cuya foto y perfil aún están en la página del Invima; y ahora está Yenny Pereira Oviedo, quien era asesora de la Superintendencia de Salud y del MinSalud.
El consultor en políticas de Salud en el Banco Mundial, Leonardo Arregocés, anota, sobre este panorama, que la entidad venía con un “incremento enorme en trámites pendientes y con mil problemas, pero llegó este gobierno y encontramos que todo podía ser peor, porque el Invima necesita dinámica ante la cantidad de productos queriendo entrar al mercado, y para eso se necesita plata, gente técnica y un liderazgo”.
A pesar de esa falta de direccción en firme, en lo que va del Gobierno Petro el Invima ha firmado 1.658 contratos que suman $123.544 millones. Un número que casi triplica los que se firmaron en el mismo periodo del gobierno anterior, con 568 que sumaron $63.210 millones (195 % menos que los de la actual administración). De hecho, la plata en contratos en este año y medio es la mitad de lo que se gastó ($243.021 millones) el cuatrienio pasado.
Y para meter más vinagre a la sopa, 2024 pinta complejo con las autoridades judiciales y disciplinarias siguiéndole la pista a la crisis de escasez de medicamentos y con un represamiento en los trámites. Según el último listado de abastecimiento y desabastecimiento del Invima, hay 25 medicamentos escasos (incluidos para la disfunción erectil, el cáncer y la esclerosis múltiple) y 17 en riesgo de estarlo.
Así mismo, hay 18.913 trámites represados a corte de 2023. Y en lo que va de este año, llegaron 111 solicitudes de registros sanitarios nuevos al Invima.
“Hay un riesgo latente. No tener un director que conozca cómo se está llevando esta crisis y que no sepa para dónde van, significa que no hay una dirección clara para saber de dónde van a salir los recursos que hacen falta y que lleva a que la moral de la gente que trabaja allá esté por el piso”, añade Arregocés.
Precisamente sobre esos —recursos se refirió la directora (e), Yenny Pereira, esta semana en el Congreso: “El Invima debería pasar de $157.000 millones a $407.000 millones. Ese es nuestro estimado para poder generar capacidades”.
Para eso, anota Arregocés, es pertinente un director en firme para que “se reúna con los ministerios de Hacienda y de Salud para ver cómo se recogen esos recursos que faltan para que puedan operar de mejor forma”.
El Invima sigue huérfano y es un reflejo de la manera en que el Gobierno está manejando ese sector, el cual impacta directamente en la vida de los ciudadanos. Bien dice el dicho que “con la salud no se juega”.
Para leer más noticias sobre política, paz, salud, judicial y actualidad, visite la sección Colombia de EL COLOMBIANO.