Hollman Morris, de reconocido periodista alternativo a señalado acosador
A este alfil del presidente Petro lo acusan de presunto abuso y acoso. Él dice que buscan desprestigiarlo.
El periodista, productor y director de televisión, Hollman Morris, gozaba de su momento de mayor reconocimiento en la política en 2019, pero su vida tuvo un giro abrupto. En ese entonces, Morris era la cara más visible del petrismo en el Concejo de Bogotá y el ungido por la izquierda –de la línea de Gustavo Petro– para aspirar a la alcaldía de esa ciudad, pero su proyecto se empezó a derrumbar luego de que su exesposa, Patricia Casas, lo denunció por violencia intrafamiliar y económica.
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Casas lo señaló públicamente de incumplir las obligaciones económicas que tenía con sus hijos, tras su separación en 2018, y reveló que tuvo que soportar infidelidades y problemas con el consumo de licor y drogas de parte de Morris. Esa denuncia que lapidó su candidatura resultó ser la punta del iceberg de una lista de delicadas acusaciones de presunto maltrato y abuso en contra de una de las personas más cercanas a Gustavo Petro.
Cinco años después de esa primera denuncia, Petro trató de ‘lavarle la cara’ defendiendo que lo habían declarado inocente –aunque no fue así– y lo reencauchó en su gobierno nombrándolo subdirector de RTVC. Y allí la historia se agravó, ya que la directora del Canal Institucional, Lina Moreno Zapata, y la de Señal Colombia, Silvana Orlandelli, denunciaron ser víctimas de acoso laboral de parte de Morris. Él lo negó y aseguró que es una estrategia para desprestigiar su trabajo y hoja de vida.
De las pantallas a la política
Luego de trabajar temas de paz en medios como El Espectador y RCN televisión, Morris logró hacerse un nombre en el periodismo alternativo tras lanzar, en 2003, el programa televisivo Contravía. Él mismo presentó los reportajes y documentales sobre violaciones de derechos humanos y hechos del conflicto armado en Colombia, con los que se ganó el premio Human Rights Annual Defender de la ONG Human Rights Watch.
En 2010, en medio de amenazas de muerte, Morris se fue a estudiar becado a Washington, Estados Unidos, pero dos años después, en 2012, Petro lo repatrió para nombrarlo gerente de Canal Capital, cargo que ocupó por dos años y en el que logró resultados como el aumento del rating de ese canal público, que subió 0,17% en 2012 al 0,85% en 2014.
Al renunciar a la dirección de Canal Capital, Morris dejó de contar historias y prefirió pasar a contar votos con su salto a la política, respaldado por Petro. En 2015, terminó lanzándose como cabeza de la lista del petrismo al Concejo de Bogotá y su llegada a esa corporación se dio gracias a los 25.000 votos que alcanzó y en los cuatro años siguientes sobresalió como un radical opositor a Enrique Peñalosa y su proyecto de metro elevado.
Tres años después, Morris se empoderó con las banderas del petrismo y se postuló como precandidato de la Colombia Humana a la alcaldía de la capital, pero ante la gravedad de la denuncia de su exesposa, tuvo que desistir por pedido directo de Petro. “Hollman debe pensar más en su familia en este momento, en sus hijos, que en la lucha política por el poder”, señaló el entonces senador Petro.
Morris desacredita denuncias
En las filas del petrismo hay quienes dicen que ese salto de Morris a la política cambió su forma de ser y se volvió más radical. Incluso sus colaboradores más cercanos en el Concejo lo señalaron de cometer abusos laborales, lo que terminó desdibujando ese papel de defensor de derechos y crítico frente al abuso de poder, que había ganado con Contravía.
Quien más expuso el mal comportamiento de este periodista fue Carolina Valencia, su exsecretaria en el Concejo de Bogotá. En 2021 Valencia denunció a Morris por acoso y maltrato laboral y psicológico ante el Comité de Convivencia Laboral de esa corporación pública y lo ha calificado como un personaje “siniestro, clasista y arrogante”, y aseguró que, mientras ocupaba su curul, él incluso se dedicó a perfilar a sus opositores en el petrismo.
Morris, por su parte, ha insistido en desacreditar estas denuncias tildándolas de “bajas y ruines” y ha tratado de defender que con ellas solo buscan desprestigiarlo. “Hasta el día de hoy, nunca un fiscal de la Nación ha encontrado méritos para abrir una sola investigación, nunca he estado frente a un juez (...) Estos ataques, no de ahora sino de siempre, tienen que ver con mis convicciones políticas”, expuso este viernes el ahora funcionario.
La defensa de este periodista y político le dijo a este diario que hasta 2023 no había ninguna acción judicial vigente en su contra y el propio Petro lo felicitó en sus redes porque, según él, lo declararon inocente. Sin embargo, técnicamente no se ha declarado su inocencia, solo que la Fiscalía decidió archivar la denuncia de Casas, porque ella desistió de la acusación, y la de la periodista María Antonia García, quien lo señaló de acto sexual violento, porque los hechos ocurrieron en España.
Las víctimas se niegan a callar
Aunque el actual subgerente de RTVC alega que se trata de “ataques” planeados y motivados por intereses políticos, lo cierto es que quienes lo señalan de acoso son personas que hacían parte de su entorno y que se mantienen firmes en sus acusaciones, como en el caso Valencia y García.
Esta última asegura que busca recursos legales para que se reabra su denuncia, insistiendo que Morris la habría acosado sexualmente en 2011 besándola a la fuerza en un hotel en Madrid, España, delante de varios testigos, mientras ella trabajaba para el diario El Mundo. En una entrevista para La Tele Letal, Morris aseguró que ambos estaban embriagados y que el beso fue consentido. “Ella me besó y yo la besé, punto. Ahora, si a eso le quieren poner otras cosas, detrás de todo esto hay una estrategia”, dijo el periodista.
Por su parte, Valencia dejó en firme su denuncia y apuntó en Caracol Radio que “se me cayó un ídolo, porque a Hollman (Morris) lo seguía desde hace tiempo cuando era periodista. Él como persona es un ser que trata mal a todo el mundo”, dijo la secretaria, que fue respaldada por la socióloga Juana Afanador, también exasesora de Morris, quien lo acusó de ser un “acosador, maltratador y hostigador”.
Lo cierto es que a pesar de la desatención de la justicia con quienes alegan ser víctimas, estas denuncias contra Morris han tenido repercusiones para su proyecto político. Esto quedó claro en 2022, cuando el periodista prefirió lanzarse –sin éxito– al Senado por la lista del partido Fuerza Ciudadana y no por la del Pacto Histórico, ante la resistencia que su inscripción generaría. Y pese a esa derrota en las urnas, un año después Petro le dio un aire llevándolo a RTVC.
A pesar de la gravedad de las acusaciones, Morris tiene de su lado a líderes del petrismo que lo defienden a capa y espada como Daniel Rojas Medellín, director de la Sociedad de Activos Especiales (SAE); Cielo Rusinque, exdirectora de Prosperidad Social; y el líder cristiano Alfredo Saade.
Lo que es un hecho es que después de casi cinco años de la primera denuncia, este periodista sigue siendo señalado de tener comportamientos abusivos con los funcionarios que tiene a cargo (ver Para saber más). La ventaja para Morris es que el presidente Petro ha preferido guardar silencio ante las dos nuevas denuncias, ahora por acoso laboral.
Para saber más: Puja de poder al interior de RTVC
Fuentes al interior de esta entidad le aseguraron a este diario que entre la directora Nórida Rodríguez y el subdirector Hollman Morris hay tensiones por la posición de poder que tiene cada uno. Al respecto, se habla de que Rodríguez le ha dejado claro a Morris que ella es quien toma las decisiones y quien define cómo es el ordenamiento del gasto en RTVC.
Lo llamativo del caso es que la directora fue quien le hizo eco y llevó a la Procuraduría las dos denuncias que surgieron contra Morris por acoso laboral. Sobre su comportamiento las dos denunciantes aseguran que se sienten perseguidas, inseguras y vulnerables por el trato presuntamente abusivo que ha tenido el subdirector.