“No dispararás”: el nuevo mandamiento del Gobierno y el Eln
Ambas partes acordaron el protocolo para el cese el fuego bilateral, nacional y temporal. ONU e Iglesia serán veedoras de su cumplimiento.
Soy periodista egresada de la Universidad de Antioquia. Mi primera entrevista se la hice a mi padre y, desde entonces, no he parado de preguntar.
A las 00:00 horas de mañana el Eln dejará de disparar, de secuestrar, de sembrar minas antipersonal, de atentar contra la infraestructura petrolera y de reclutar menores. Igualmente la Fuerza Pública dejará las acciones ofensivas contra esa insurgencia mientras esté en vigencia el cese el fuego bilateral temporal. Eso lo confirmaron ayer el presidente Juan Manuel Santos y “Gabino”, cuando cada uno ordenó a sus tropas acatar el acuerdo.
Santos celebró que esta fuera la primera vez que el Eln llega a un cese el fuego en su historia, y expresó su disposición para renovarlo, después del 9 de enero, día en el que termina, si se cumple a cabalidad. “Ojalá sea el primer paso para lograr la paz con este grupo guerrillero”, expresó el Jefe del Estado colombiano.
El jefe de la guerrilla apeló a la lealtad de los comandantes y mandos medios, y advirtió que está seguro de que todas las unidades cumplirían íntegramente lo acordado.
Para que esto se lleve a cabo sin mayores altercados, ambas partes se comprometieron con unos protocolos que no se hicieron públicos completamente. Carlos Velandia, quien era conocido en el Eln como “Felipe Torres” y hoy es gestor de paz para este proceso, explicó que son unas normas técnicas que no serán de dominio general, pero que sí conocidas por el mecanismo de verificación.
Aunque el comunicado del 4 septiembre no era muy claro en cuanto al alcance del cese de las hostilidades, a lo que en la mesa de negociaciones le llamaron alivios humanitarios, Velandia cree que es un asunto zanjado.
“En la declaración de Gabino, y en su orden para todas las comandancias, es muy claro cuál es el propósito y su mandato. Por cese de toda acción ofensiva debe entenderse: todas las acciones contra la Fuerza Pública, contra la infraestructura, las que tienen que ver contra la actividad económica, contra los civiles; no hay lugar a equívoco”, explicó el gestor de paz.
Así será la verificación
En la mesa de diálogos de Quito, el Eln y el Gobierno acordaron establecer un Mecanismo de Veeduría y Verificación que se encargará del cumplimiento del cese el fuego.
Este mecanismo contará con la participación del Gobierno -representado en la Fuerza Pública-, el Eln, la Misión de Naciones Unidas y la Iglesia Católica. “Sus integrantes no portarán armas y gozarán de las garantías de seguridad”, advirtieron las partes en un comunicado conjunto.
Esta comisión analizará de manera imparcial los hechos que se presuman como incumplimientos y operará en tres niveles: en el local estará la Iglesia a través de 20 diócesis, que en coordinación con la ONU observará, recolectará, registrará y analizará la información, si algún incidente lo amerita pasará al segundo nivel que es el regional, allí están la ONU y la Iglesia para emitir recomendaciones a las instancias locales y pasar al nivel nacional la información de los incidentes más graves; en el nivel nacional estará la ONU coordinando todo el mecanismo.
Para Jorge Restrepo, quien por años ha calculado el impacto del conflicto armado en Colombia a través del Centro de Recursos para Análisis del Conflicto, Cerac, “contar con la veeduría de las Naciones Unidas y de la Iglesia es esencial, porque hay una muy alta presencia de la Iglesia en las zonas donde el Eln todavía ejerce sus acciones violentas. Yo creo que esto expone al Eln a una muy seria veeduría”.
Además, la participación del clero mitiga un poco la ausencia “imperdonable” que tuvo en el proceso con las Farc. “Esto, sin duda, es un efecto de la visita del Papa”, anotó.
Aunque ambas partes, Gobierno y Eln, son optimistas con que este es un paso importante en el proceso de paz, Restrepo consideró que si bien “habrá un alivio humanitario, que en sí mismo hace que valga la pena el cese el fuego, el diálogo está tan pobremente conducido que no creo que avance, por el contrario puede ayudar a dilatarlo más”.