Colombia

Ganadería amenaza hábitat de oso andino

Organizaciones y Ministerio de Ambiente llaman la atención por pérdida de su ecosistema.

Reportero. Creo, como Rainer Werner Fassbinder , que “ lo que no podemos cambiar, debemos al menos describirlo”.

05 de julio de 2016

La senadora Paloma Valencia se convirtió en tendencia en las redes sociales por una denuncia que hizo el domingo pasado en su cuenta de Twitter. Publicó dos fotos: una donde aparecía una vaca muerta y otra en la que se veía, al parecer en la misma zona, a lo lejos, un oso de anteojos. Las imágenes iban acompañadas por el siguiente mensaje: “Parques Nacionales debe pagar por daños a ganaderos”.

El hecho se habría presentado, según la senadora, en el municipio de Totoró, departamento del Cauca. Parques Nacionales Naturales de Colombia respondió a los comentarios de la senadora: “Paloma Valencia, rechazamos su mensaje, el oso es una especie en vía de extinción. Debemos generar acciones para conservarlo y no de muerte”.

El debate fue escalando hasta que se plantearon dos interrogantes: ¿Está la ganadería extensiva amenazando al oso de anteojos? ¿Quién está a cargo de la conservación de la especie y de los ecosistemas donde habitan? Al final de la discusión, Valencia precisó que su interés es que Parques Nacionales proteja al oso antes de que los campesinos lo asesinen, como ha sucedido antes.

Oso de anteojos, amenazado

Este animal está calificado desde 1982 como “especie vulnerable” y aparece en el apéndice I de la Convención Sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora silvestre.

Daniel Rodríguez, director de la Fundación para la Investigación, protección y conservación del oso andino, explicó que “cuando hay ganadería extensiva se pueden encontrar hasta 100 vacas que se dejan sueltan en los páramos para que engorden. El cuidado de los animales es casi nulo por parte de los campesinos. Los dejan libremente, pisoteando los nacimientos de agua y destruyendo el suelo del páramo, de donde se alimenta el oso”.

De acuerdo con estudios realizados por la fundación, el oso suele alimentarse en estas zonas de uvas caimaronas y bromelias. Sin embargo, agregó Rodríguez, “cuando queman el suelo, al oso no le queda otra opción que atacar al ganado para alimentarse. Como reducen su ecosistema y no vigilan el ganado, terminan pasando cosas así”.

Según un estudio publicado por la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional en febrero de este año, “la ganadería extensiva en Colombia les quita el terreno a los campesinos, pues el 80 % de la tierra está dedicada a los pastos, lo cual significa, en otras palabras, que las vacas tienen más hectáreas para pastar que un campesino para cultivar”.

El Ministerio de Ambiente ha encontrado que en Colombia el oso andino es principalmente herbívoro, aunque en su dieta “también se incluyen insectos como abejas y larvas de coleópteros, además de anélidos”. En zonas de ganadería extensiva, agrega el Ministerio, “suele depredar ovejas, cabras e incluso ganado vacuno. Sin embargo, el oso andino muchas veces no es quien da muerte a estos animales, sino que simplemente se alimenta de su carroña”.

Hoy el oso andino habita en 23 de los 59 Parques Nacionales Naturales de Colombia. En el parque de Chingaza (Cundinamarca) se han contabilizado 50. La amenaza de esta especie es de conocimiento público desde la década de los noventa. A finales de 2001 lo advertía el Ministerio de Ambiente: “el principal riesgo para la especie es el proceso de expansión de la frontera agrícola, la cual trae consigo proceso de fragmentación, degradación y pérdida de hábitat. Se estima que 7.300.000 hectáreas de hábitat apropiado para el oso andino están en proceso de colonización”.