Colombia

La UBPD ha encontrado 929 cuerpos de desaparecidos

La Unidad de Búsqueda de Personas Dadas por Desaparecidas, avanza en la entrega de restos a las familias de las personas desaparecidas durante el conflicto.

26 de mayo de 2024

Orlinda de las Misericordias Mesa es la madre de Andrés Felipe Ramírez Mesa, quien desapareció el 15 de mayo de 2007. Andrés tenía 19 años en ese momento, no había logrado entrar a la universidad y llevaba meses desempleado, por lo que salió a buscar trabajo en el Centro de la ciudad de Medellín.

Después de esa mañana, Andrés Felipe nunca volvió. Pasaron semanas y meses sin que él, siendo un hijo cercano y atento a las necesidades del hogar, diera señales de lo que había ocurrido durante ese tiempo.

Ocho meses transcurrieron sin que Orlinda obtuviera respuesta de su hijo, dejándola sin más herramientas que denunciar la desaparición del menor de sus tres hijos. Orlinda llegó a pensar que Andrés podría estar involucrado en algún “mal negocio”, como ya había estado antes; sin embargo, le resultaba extraño que no la hubiera llamado, ni siquiera para pedir que llevaran comida.

El tiempo pasaba y la angustia de la madre aumentaba, hasta que, ocho meses después de la partida de Andrés Felipe, la jueza a cargo del caso de desaparición la llamó para confirmarle que habían encontrado a su hijo en el municipio de Segovia, que este había muerto el 17 de mayo de 2007, dos días después de haber salido de su casa, y que su muerte había ocurrido en un enfrentamiento militar.

La madre no entendía lo que la jueza le decía, pero sabía que debía viajar a Segovia por el cuerpo de su hijo, que había sido enterrado como NN el 18 de mayo.

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Tras días de dolor y confusión por la pérdida de su hijo, Orlinda decidió comenzar a investigar lo sucedido durante esos días y entender ¿cómo su hijo había terminado en Segovia?, un municipio lejano a la ciudad donde vivían.

En medio del proceso de búsqueda de información, Orlinda descubrió que su hijo era supuestamente un guerrillero que había sido dado de baja en combate. Con rabia, dolor y resistencia logró demostrar, gracias a la jueza a cargo y a la Fiscalía, que su hijo nunca había sido parte de ningún grupo armado y que, en realidad, los hechos formaban parte de una ejecución ilegal por parte de miembros del Ejército Nacional.

Después de los trágicos hechos, Orlinda tiene la tranquilidad de haber logrado llevar los restos de su hijo a descansar cerca en el cementerio San Pedro, en Medellín. Donde puede sentirlo cerca y ratificar que su angustiante búsqueda ya finalizó. Como Orlinda, son cada vez más los casos de ‘entrega digna’ que se realizan en el país, como lo fue el reciente caso de Luz Marina Castañeda, quien dio santa sepultura a los restos de su hija el pasado 20 de mayo.

La Unidad de Víctimas informó que aproximadamente, de todos los desaparecidos de los que se tiene registro hasta el 2023, 929 cuerpos han sido reencontrados y 16 personas han sido halladas con vida.

Un drama que se cuenta por miles

En Colombia, al menos 100.000 personas han sido víctimas de desaparición forzada, un crimen cometido por todos los actores armados del país, que ha desgarrado los lazos familiares y sociales de comunidades en gran parte del territorio colombiano. Hace más de 10 años, las cifras sobre desaparición forzada en el país estaban dispersas en diversas instituciones y organizaciones sociales. Por ello, el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) y la Unidad de Víctimas se dieron a la tarea de reunirlas y consolidarlas.

En el informe “Hasta encontrarlos: El drama de la desaparición forzada en Colombia” se reveló que entre 1970 y 2015 se registraron 60.630 personas desaparecidas forzosamente en el país; sin embargo, en agosto de 2018, se reportó un total de 80.000 víctimas de este flagelo.

En 2017, tras el inicio de las labores de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas (UBPD), se obtuvo un nuevo, más de 111.000. La UBPD y la Unidad de Víctimas trabajan para que las familias que perdieron a un ser querido puedan reencontrarse y poner fin a ese doloroso proceso de incertidumbre.

Algunos de los desaparecidos son encontrados con vida, pero en la mayoría de los casos se hallan los restos de las víctimas. Es entonces cuando se inicia el proceso de entrega del cuerpo, conocido como “entrega digna de cadáveres”. Estas entregas tienen como objetivo central restablecer la dignidad de las víctimas y la de sus familiares, según describe la Unidad.