El “hombre del overol” que deportaron fue un distractor, dice fuente de la Policía
Ser homónimo del fundador del Cartel del Norte del Valle le valió a Jose Orlando Sánchez que también se le nombrara así. Estos son sus perfiles.
Periodista con cinco años de experiencia en medios de comunicación.
Uno fue Jose Orlando Henao. El otro es Jose Orlando Sánchez. Ambos fueron parte de la historia de tráfico de drogas, guerra y sangre que aquejó a Colombia entre los años 80 y finales de los 90, pues hicieron parte de la nómina del Cartel del Norte del Valle y del Cartel de Cali, respectivamente.
El segundo, José Orlando Sánchez, fue el que llegó a Colombia deportado desde Estados Unidos después de purgar su segunda condena por lavado de dinero y fraude inmobiliario. Cargos que le endilgó la justicia de ese país por lavar cerca de 1,3 millones de dólares y por importar carros de lujo para los capos de la droga, como Gilberto Rodríguez Orejuela –jefe del Cartel de Cali–, quien fue su compadre.
En sus andanzas por el mundo del tráfico de estupefacientes, Sánchez contó en entrevista con El Tiempo que también trató con miembros del Cartel de Medellín, como Pablo Escobar, Gerardo Moncada y Fernando Galeano.
Así mismo, fue procesado por la justicia colombiana por el asesinato en 1996 de Elizabeth Montoya de Sarria –conocida como la “Monita Retrechera”–, quien estuvo involuicrada en el Proceso 8.000 como presunta intermediaria de los dineros del narcotráfico que terminaron en la campaña presidencial de 1994. Sin embargo, el Juzgado Segundo Penal de Bogotá lo absolvió en diciembre de 2001.
Entre tanto, José Orlando Henao fue un temible capo de la droga que se convirtió en el sucesor del mal tras la desarticulación de los carteles de Medellín en 1993 y de Cali en 1996 y de fundar el Cartel del Norte del Valle.
Además del tráfico de cocaína a Estados Unidos, Henao fue el responsable de varios delitos. Uno de ellos, el asesinato de Hélmer “Pacho” Herrera, socio de los hermanos Rodríguez Orejuela y quien ordenó el atentado al Edificio Mónaco en Medellín en 1988.
De hecho, ser tocayos le sirvió a los Rodríguez para zafar de una amenaza que les hizo Henao luego de que se filtrara el apodo el “Hombre del overol”. Por eso resolvieron ponerle así a Sánchez, quien era su socio y amigo. “Él (Gilberto) me manda a decir: ‘perdón, mi hermanito, pero me tocó tirarlo de cabeza porque me están matando la familia”, dijo al respecto Sánchez.
Una fuente de la Policía que participó en la lucha contra el narcotráfico en esos años aciagos, le dijo a EL COLOMBIANO que “el verdadero ‘Hombre del overol’ fue Jose Orlando Henao, a Sánchez le decían también así para desorientar”.
En fin, una maniobra distratora que incluso aún confunde a más de uno en medio de la deportación de Sánchez al país.