Colombia

Disidencias rodean de terror a Cúcuta: 100 millones por responsables de atentados

Explosivos dejan tres muertos, incluyendo dos policías. Ofrecen $100 millones de recompensa.

Comunicador y periodista de la Universidad del Valle, apasionado por las narrativas digitales, la innovación social y los enfoques de género.

15 de diciembre de 2021

Como si estuviera conmemorando una fecha especial, alias “Jhon Mechas” protagonizó su tercer atentado en Cúcuta, seis meses después de ordenar detonar un carro bomba en la Brigada 30 del Ejército - ocurrido el 15 de junio de 2021 –, mes en el que también intentó acabar con la vida del presidente Iván Duque – el 25 de junio– disparando contra el helicóptero en el que el mandatario aterrizaba en el mismo aeropuerto del ataque del martes.

Javier Alonso Veloza García, jefe de las disidencias del frente 33 y conocido como “John Mechas”, es el principal sospechoso de la detonación de dos artefactos explosivos que dejaron tres muertos, dos de ellos policías expertos en el manejo de explosivos, y el tercero un el civil señalado de lanzar los explosivos contra la zona verde del aeropuerto Camilo Daza de Cúcuta.

El ministro de Defensa, Diego Molano, no descarta la responsabilidad del Eln en el atentado, pero resaltó la similitud del mismo con otros hechos registrados en el área metropolitana de Cúcuta. Por eso ofreció una recompensa de $100 millones por información sobre los responsables.

Aunque las dos explosiones ocurrieron en la zona que colinda con la Calle 1 con Avenida 4, a varios metros de la pista de aterrizaje, en una de las salas de espera se encontraba el alcalde de la ciudad, Jairo Yáñez, quien planeaba viajar a Bogotá.

Las autoridades no han especificado si Yáñez era el blanco del ataque, pero las hipótesis se concentran en la participación de Veloza, por la similitud que tuvo el atentado con los dos episodios de junio.

“Jhon Mechas”, quien desde el 30 de julio de 2021 tiene circular roja de Interpol, permanece escondido en Venezuela, al parecer cerca de la frontera, para comandar esta estructura ilegal que opera en Norte de Santander, especialmente para apropiarse del Catatumbo, enclave de cultivos de hoja de coca.

Desde el vecino país habría planeado también este ataque que empezó con una primera explosión escuchada a las 5:20 a.m. por los vecinos del barrio Aeropuerto, que están separados a una cuadra de la malla del terminal internacional.

Mientras llegaban las autoridades, los vecinos salieron de sus casas y se toparon con las partes del cuerpo de la persona que es señalada de lanzar el explosivo. Este hombre no ha sido identificado por Medicina Legal, y se presume que habría una segunda persona involucrada, aunque la Policía no confirmó esa aseveración.

El bullicio de la multitud, alterada por la explosión, fue interrumpido a las 6:40 a.m. cuando detonó el segundo artefacto en el interior del aeropuerto, a pocos metros del primer estallido. Allí murieron los intendentes David Reyes y Willian Bareño, quienes el mes pasado estuvieron nominados a los premios de la Excelencia Policial en la categoría Heroismo, ya que el 2 de septiembre lograron desactivar un carro bomba dejado frente a la estación de Policía del municipio de El Tarra, el cual estaba cargado con 300 kilos de explosivos y cinco cilindros con 200 kilos de gas propano.

Para el presidente Iván Duque el atentado fue una “reacción de los cobardes del terrorismo” a los operativos de la Fuerza Pública contra los grupos ilegales vinculados al narcotráfico, porque de acuerdo a lo dicho por el general Jorge Luis Vargas, director nacional de la Policía, “Jhon Mechas” se concentra en traficar coca, “reuniéndose con mexicanos en Venezuela.

Pero el panorama de orden público en Norte de Santander es mucho más complejo: las disidencias de “Jhon Mechas” se disputan el departamento con Los Pelusos, Los Rastrojos y hasta con el Clan del Golfo, aunque es una región con histórica presencia del Eln.

Cúcuta, es el área metropolitana que esa guerrilla se ha peleado, pero el Catatumbo es esa “joya de la corona” por el que en ocasiones se enfrentan, y en otras se alían, los ilegales, pues tiene 40.116 hectáreas con cultivos de coca, la segunda más grande del país según datos la ONU