Colombia

De militar colombiano a mercenario en Dubái

Editor Digital en EL COLOMBIANO.

04 de diciembre de 2015

Andrés* se retiró hace un año de la Armada, cansado de sufrir en el monte y de recibir malos pagos. “Le dije a un general que había perdido la fe en la causa. Mi retiro demoró tres meses desde que solicité la baja. No fue mucho”, afirma.

Este militar, de 30 años, hizo parte de las Fuerzas Especiales, de Contraguerrilla y del Gaula Militar Urbano. Aprendió, con cursos de la Armada Nacional a ser un hombre de guerra , todo lo que necesitó para cumplir su sueño: ser un “mercenario” en Dubái. Luchar en un conflicto ajeno solo por un beneficio económico y personal convierte a un combatiente en un mercenario, no comparte ideología, nacionalidad ni preferencias políticas.

Andrés pasará del Fuerte Militar Larandia, en Florencia, Caquetá, a uno de los batallones del Zayed Military City, donde son confinados los más de 1.000 militares colombianos que se estiman hacen parte de este proyecto.

En este lugar viven, comen y duermen por lo menos 10 meses cada año. Se comunican con su familia por WhatsApp, Facebook y Skype. Tienen 45 días de vacaciones en noviembre y diciembre para visitar a sus familias y en enero vuelven a su trabajo: cuidar la frontera, patrullar el desierto o cuidar pozos petroleros.

Andrés se va a comienzos de 2016, ya tiene todo listo. Dejará a su familia para perseguir su sueño. Antes en el monte de Colombia se perdía durante meses y regresaba sin un peso, ahora prefiere irse para Dubái y retornar con buen dinero. “A usted en Colombia estando en el monte le cobran la comida. Allá le pagan todo la vivienda y la alimentación. A usted solo le toca pagar si se va a pasear por ahí”, cuenta.

De la misma manera, explica que comenzó de infante de marina profesional con un sueldo de 670.000 pesos y se retiró ganando 1’800.000. “Allá voy con un sueldo de 3.500 dólares (11’000.000 de pesos colombianos). “Eso se ganan los políticos aquí”, afirma Andrés.

Para un militar colombiano no es fácil irse para Dubái pero si se tiene el entrenamiento, los cursos y un contacto que lo recomiende se puede llegar. “En este momento se necesita palanca porque allá está el cupo completo. Entonces hay gente que viene de vacaciones y no vuelve más y dejan el hueco”, explica.

Para llegar a ser parte de un batallón en Dubái o prestar la seguridad a un jeque o un millonario en Emiratos Árabes hay muchas vías para hacerlo. Una es por medio de Mi Futuro Global (razón social Global Qowa Al Bacheria S.A.S), una empresa de selección de personal que tiene sus oficinas en Bogotá, autorizada por el Ministerio de Trabajo y que tiene más de 2.300 personas trabajando en el exterior.

Por ejemplo, esta empresa en una oferta laboral publicada en julio necesita “mujeres menores de 35 años para trabajar en seguridad y apoyo a prestigiosas familias de los Emiratos Árabes Unidos”. Para aplicar deben cumplir con varios requisitos: ser colombianas, medir mínimo un metro 70 de estatura, hablar inglés básico, tener estado físico, entrenamiento en protección y disponibilidad para viajar fuera del país.

El contrato lo hacen por un año por 3.000 dólares y se renueva automáticamente. El proyecto cubre seguros médicos, de vida, bonos, vacaciones y tiquetes cada año para viajar a Colombia a visitar a la familia. Además, hospedaje y alimentación por 10 meses.

En el caso de los militares colombianos hay otros requisitos. El militar que quiera aplicar a un trabajo como este debe llenar una solicitud, demostrar todos los cursos como comando y presentar su hoja de vida. “Si cumple los requisitos lo llaman. Si no le dicen que no tiene cursos, o que tiene que tener especialidades como enfermero, comunicaciones, chef, que sepa hablar inglés. Eso omite que usted tenga que ser comando”, explica Andrés.

Un comando es aquel que pasa uno de los más difíciles entrenamientos tácticos, con capacidades para batallar en medio del agua, la tierra y el aire, empleando equipo especial para el “cumplimiento de misiones específicas en objetivos determinados y bajo condiciones adversas de tiempo y terreno”, dice la Armada en el comunicado del curso.

“Exigen que sea alguien de las Fuerzas Especiales. Son batallones que están siempre en el combate y adquieren experiencia”, afirma Andrés. Luego de presentar estos documentos, el militar vuelve a ser llamado. Sigue una prueba física (de reacción, carrera y repetición) que se realiza en el Parque Simón Bolívar en Bogotá. “Allá hay un instructor que le toma el examen. Y después unos exámenes médicos que son requisito de corazón, sangre, VIH. Luego viene la entrevista con los militares. La hacen puros árabes y hay un traductor que lo acompaña a uno que es el que le hace a uno las preguntas”, afirma Andrés.

Las entrevistas son aquí en Colombia por Skype. Uno va en la madrugada a las oficinas y allá le hacen la entrevista”, indica. Las entrevistas son el último paso luego se confirma la fecha del viaje y los exsoldados colombianos emigran a buscar su sueño a Dubái.

“El soldado colombiano tiene fama por haber estado en toda esta guerra interna. Colombia se ha destacado por ser uno de los primeros en diversos entrenamientos. Tengo varios compañeros allá y comunicación directa con uno que hace dos años está allá. Él está como instructor y le pagan muy bien: 3.700 dólares. Él dice que es muy bueno que vive como un general allá”, cuenta Andrés.

Y es que versiones indican que varios oficiales, reconocidos por haber participado en operaciones importantes en el país, han tomado la determinación de emigrar y buscar mejores propuestas en los Emiratos Árabes. Allá ganan mucho más dinero hasta más de 22.000 dólares y no tienen que enfrentar los peligros del conflicto interno en Colombia.

En Dubái a los militares colombianos les pagan bien. Un soldado regular gana 2.600 dólares, un capitán 6.000 y un mayor 12.000. Además tienen cubierta la vivienda y la comida y hasta aprovechan los fines de semana para conocer la ciudad. “Ellos salen el jueves, que es el viernes de ellos y el domingo comienzan a trabajar otra vez, que es como el lunes. Si se quiere quedar afuera puede correr el riesgo de gastarse la plata, porque allá es muy cara la vida. Así como se gana se gasta. La idea de los colombianos es ahorrar plata”, aunque hay algunos que salen de la base, duermen en hoteles y se van de fiesta a bares de música latina.

“Me gustaría que mi familia fuera a conocer a Dubái, pero vivir allá no creo, porque lo que uno se gana allá es como ganarse aquí un millón de pesos. La idea es poderme comprar mi casita en Colombia, carro y finca aquí”, comenta.

Andrés va para una compañía de francotiradores y dice que no le tiene miedo de trabajar allá. No ha escuchado del primer colombiano muerto y siempre que le pregunta a su amigo en Dubái este le cambia el tema, pues les tienen prohibido entregar información a otras personas o a la prensa. “Corre el riesgo el que quiera hablar y contar algo, porque puede perjudicarse”, dice.

Y agrega “cuando le pregunté por el peligro al amigo mío, me dijo que el único es que uno se engorde, por eso tiene que hacer un ejercicio a toda hora. Van a gimnasio y aprender inglés. En eso es que tienen que ocupar el tiempo libre”, afirma.

Por último, Andrés desmiente que los militares colombianos en Dubái hayan salido del país evadiendo a las autoridades por investigaciones por falsos positivos. “Allá van los soldados por plata no por cuestiones judiciales. A usted aquí para aplicar para ese trabajo le piden antecedentes de la Fiscalía, Policía, Contraloría, Procuraduría y tiene que ir personalmente a solicitar los documentos. De otra manera no le reciben los demás papeles. Además, usted no puede salir del país si tiene investigaciones, en el mismo aeropuerto le ven la cédula y le miran los antecedentes. Un pasaje vale 10 millones de pesos, usted cree que se arriesgarían con alguien que les toque devolverlo, son 20 millones de gasto”, concluye.

*El nombre fue cambiado por petición de la fuente.