Colombia

En el conflicto, “los perpetradores decían, ‘esto te pasa por ser mujer’”

La magistrada Julieta Lemaitre le contó a EL COLOMBIANO cómo funcionará en la JEP el macrocaso sobre violencia sexual y cuáles serán las limitaciones.

Comunicadora Social - Periodista de la UdeA. Amo leer historias y me formé para contarlas.

05 de octubre de 2023

Aunque quisiera, la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP, no podrá investigar más del 60% de los casos que hasta hoy ha registrado la justicia colombiana sobre violencia sexual y de género en el marco del conflicto armado.

En entrevista con EL COLOMBIANO, la magistrada Julieta Lemaitre –vicepresidenta de la Sala de Reconocimiento de Verdad– confirmó que de las 35.178 víctimas de las que hay registro entre 1957 y 2016, el 33% de ellas corresponde a paramilitares –un grupo sobre el que la Jurisdicción no puede tomar decisiones porque para eso ya existe Justicia y Paz– y que un de un 30% adicional no hay nombres de victimarios o de sus grupos.

Así las cosas, la JEP solo podrá investigar y juzgar 2.000 hechos metidos por la extinta guerrilla de las Farc y 1.000 por la Fuerza Pública.

Todo eso dentro del macro caso 11 que acabó de abrir la JEP y que Lemaitre explica detalladamente en esta conversación.

¿Este fue un caso muy pedido por la comunidad, ¿cuál fue el panorama que se encontraron?

“Cuando nos trajeron inicialmente los informes, no había muchos hechos de violencia sexual, pero había una demanda de la sociedad civil organizada. Entonces necesitábamos información, hechos concretos.

Pero entonces muchas organizaciones feministas y de derechos LGTBI empezaron a traer más hechos, los suficientes como para que empezáramos a ver una lógica de la guerra, es decir, unos patrones que no correspondían a lo que ya estaba investigando la JEP.

Lo que encontramos en los relatos es una lógica de los crímenes, que es por la calidad de la víctima, cuando la víctima es mujer. Incluso, en muchos relatos los mismos perpetradores le dicen, ‘esto te pasa por ser mujer’.

Ahí la mayor parte de los crímenes sí son violencia sexual, pero también hay otros que no necesariamente son violencia sexual, como otros castigos, pongamos, ‘porque las mujeres no deben ser respondonas’.

¿Y eso ocurrió con todos los actores armados?

“Con todos, pero empezamos a ver también diferencias. No es lo mismo la guerrilla como funciona en un territorio a cómo funcionaba el Ejército cuando cometía crímenes. Vimos que también había otra lógica en la guerra, que es que cometían crímenes contra personas que tienen orientaciones sexuales diversas, y le decían que ‘eso le pasa por ser así’. Pero pasó en todos los grupos.

Por eso lo diferenciamos en los tres subcasos: cuando los comete la guerrilla, cuando los comete la fuerza pública y cuando son intrafilas. Y ahí ya teníamos suficiente para abrir el caso”.

Pero la mayoría de estos casos fueron cometidos por paramilitares o por actores armados sin identificar. Entonces ustedes no tendrían competencia...

“Las bases de datos grandes que hay aquí son las de la Fiscalía y el Centro Nacional de Memoria Histórica. Ambas coinciden en que el mayor perpetrador de violencia sexual fueron los paramilitares, de lejos.

Entonces, las bases de datos tienen 35.000 y pico hechos de violencia sexual por cualquier actor. Y ahí están las cifras: el 33% de paramilitares, el 30% no se sabe, es decir, la víctima no le dijo al Estado o alguien no lo registró, pero generalmente es que la víctima le dio miedo decir.

Y luego vienen, creo que son otras guerrillas, o sea, finalmente los actores de competencia nuestra, que son las FARC y la Fuerza Pública, terminan las FARC con 2.000 hechos y la Fuerza Pública con 1.000.

Por eso también el auto es muy claro de hablar de las limitaciones de ese tipo de datos.

Entonces ese 33% de paramilitares, que son la mayoría, no serán investigados por la JEP porque no son de su competencia...

“Pues acuérdate que uno de los casos que abrimos son los crímenes que cometió la Fuerza Pública en complicidad con los paramilitares, entonces ahí va a tocar que los colegas que tienen ese caso examinen, pero casi que hecho a hecho”.

Claro, pero en principio esos casos no son de su competencia...

“Sí, es cierto. En principio no, a menos que se trate de un hecho en el cual participó la Fuerza Pública, porque no te puedo decir de entrada que no hubo hechos de los paramilitares en los que haya participado la Fuerza Pública porque eso puede suceder. Pero no, en principio no”.

Para este caso ustedes habían pedido contratar a otro magistrado porque decían que había un riesgo de colapso ¿Qué pasó con eso?

“Nos dijeron que no”.

¿Que no había presupuesto?

“No, no. Es que nosotros nos administra un órgano que decide cómo se distribuye el presupuesto y la decisión de este órgano de gobierno fue que no.

Es decir que esa decisión no dependió del Gobierno Nacional o de falta de dinero...

“No. Fue una decisión de un órgano de la JEP. Ellos dicen que no se puede por alguna decisión que tomó en algún momento el Consejo de Estado. Es una cuestión de interpretación jurídica también.

Entonces la decisión fue que no”.

¿Y por eso es que este caso terminan por tomarlo varios magistrados que ya tienen sus propios casos tan complejos como el suyo, por ejemplo...

“Imagínate, este es el tercero mío”.

Hubo casos de fusilamientos por identidad sexual, porque un combatiente era gay, por ejemplo, ¿ustedes han recibido testimonios de eso?

“Hay informes que hablan de eso, pero yo no tengo ese subcaso en el que se leyó todo porque nos dividimos los relatos. Los relatos que yo me leí fueron los relatos contra civiles. A mí me tocaron 300 de las Farc contra civiles y a mis colegas, a Óscar Parra, le tocó los que son de la Fuerza Pública contra los civiles y a Lili Rueda los que son intrafilas”.

Pero eso me da pie a preguntarle, de todo lo que usted leyó sobre violencia contra civiles, ¿qué fue lo que más le sorprendió?

“Pues mira, sorprenderme tristemente ya pocas cosas me sorprenden. Pero sí te diré que me sorprendió la frecuencia con la que el perpetrador le dice a la víctima por qué lo estaba haciendo. Eso no me había pasado en otros crímenes.

Es decir, que el perpetrador le diga ‘le estoy haciendo esto porque es mujer’. O sea, no el hecho en sí mismo, sino como que la persona lo anunciara. Eso sí no lo había visto.

Era muy enfático que lo está haciendo porque era mujer o porque era homosexual, etc.

“Pues ahí hay de eso, sí. O sea, no todos, obviamente. Otros uno lo infiere del contexto, pero sí es muy frecuente que le digan a las personas que son, que tienen orientaciones sexuales diversas, que sobre todo lesbianas y hombres gays, les dicen que con la violencia lo van a corregir o lo que hace la FARC más es que los echa, les dicen que los desplazan, es el crimen que más se comete contra esa población, el desplazamiento forzado.

Les decían que no podían vivir ahí, que tenían sida, que eran enfermos”.

Y, ¿antes de que se abriera este caso oficialmente, ustedes hacían preguntas específicas en los demás casos para verificar si los comparecientes ejercieron violencias basadas en género?

“Las preguntas que yo sí he hecho en secuestro es si hubo violencia sexual, pero también tratamos de entender cómo vivieron la victimización de manera diferenciada hombres y mujeres, porque no tenemos suficientes hechos de víctimas con orientación sexual diversa.

Pero sí relatamos una afectación particular a las mujeres cuando son víctimas de secuestro por el tema de la intimidad y el miedo constante a la agresión sexual, así no se materializara, era vivir en un miedo constante, y también por el acoso.

También quería preguntarle por el caso específico de Carlos Antonio Lozada, a quienes algunos dicen que llamaban “tornillo” por abusar de menores...

“Yo no sé de dónde sacan eso. (...) En los informes que yo leí no lo mencionan a él. Yo no sé de mi colega que tiene intrafilas, pero contra civiles yo sí puedo dar fe de eso, me parece apenas claro.

¿Hay señalamientos contra miembros del secretariado? y ¿cómo será esa tarea de buscar a los responsables?

“No, nada. En los que es contra civiles no sale nadie del secretariado, parte del reto que tenemos ahora es que muchos de los que salen son personas que no ubicamos porque están nombrados con los alias, entonces nos toca ahora buscarlos, buscar la estructura y ver quién los conocía y así”.

¿Y en esa búsqueda de responsables, empezarán por los altos o bajos mandos?

“Aquí nos toca empezar por los bajos, incluso hay bastantes hechos que son de milicianos, o sea, los milicianos son parte de la organización, pero viven entre la población civil”.