Aspirantes a conducir siguen intentando saltarse la formación
Según la Agencia Nacional de Seguridad Vial, el 40 % de los accidentes en Colombia está relacionado con conductores novatos, aun así, algunos buscan omitir las clases.
En 2020, la Superintendencia de Transporte abrió un total de 70 investigaciones entre los 530 Centros de Enseñanza Automovilística (CEA) -habilitados por el Ministerio de Transporte en Colombia- a raíz de la entrega de licencias de conducción a estudiantes inasistentes, quienes no cumplen con las horas de instrucción exigidas legalmente para manejar un vehículo o una motocicleta.
De acuerdo con Camilo Pabón, superintendente de Transporte, esas aperturas derivaron en 12 sanciones, cifra idéntica a la obtenida en 2019 por la misma conducta irregular, aunque ese año, solo se abrió una investigación.
Lo anterior indica que los intentos por saltarse el tiempo de formación continúan presentándose en el territorio nacional, a pesar de que uno de los propósitos al habilitar el Sistema de Control y Vigilancia en Línea (Sicov), en 2017, era precisamente combatir la tasa de accidentalidad asociada a la falta de pericia y conocimiento.
Los hallazgos
De acuerdo con el superintendente, “en un comparativo entre 2019 y 2020, los operadores homologados del Sicov identificaron de forma más recurrente este tipo de inconsistencias y además, más variedades de la misma”.
Tal como se había establecido en 2017, con la entrada en vigencia del Sicov, las escuelas de conducción debieron reemplazar -con lectores biométricos de huellas- las planillas físicas en las que firmaban sus alumnos al tomar cada clase.
Así, la idea era evitar las irregularidades en los procesos formativos cuando los aspirantes buscaban saltarse las horas de instrucción y adelantaban firmas en planillas futuras.
Conforme a las recientes investigaciones de la Superintendencia de Transporte, para burlar los dispositivos biométricos, se estaban estampando las huellas dactilares en parafina y de esa forma se certificaban los aspirantes inasistentes.
Ante ello, conforme expuso el titular de la superintendencia, esas personas “están poniéndose en riesgo por haber entregado sus huellas, que pueden ser usadas para otras conductas fraudulentas”, sin mencionar el peligro latente en las vías por causa de un novato sin verdaderas bases de conducción
Los riesgos
La Agencia Nacional de Seguridad Vial le confirmó a EL COLOMBIANO que el 40 % de los accidentes en las vías del país involucra a conductores 'novel', cuyas licencias de conducción cuentan con menos de tres años de antigüedad.
“Por tanto, nuestra tarea es que las personas que accedan a una licencia deben tener el desarrollo de las competencias necesarias para que sean corresponsables en su comportamiento en las vías, al igual que con las destrezas y habilidades para conducir un vehículo motorizado”, añadió la entidad.
En ese orden de ideas, Darío Hidalgo, especialista en temas de movilidad y seguridad vial, expuso que “en Colombia hemos delegado la capacitación y la expedición de certificados en los CEA”. Por ello -a su juicio- esas escuelas deben garantizar la correcta formación de los aspirantes a conducir en cualquiera de las categorías existentes.
“Cuando esto no sucede -agregó Hidalgo- estamos en riesgo todos, tanto las personas que conducen como quienes estamos afuera. Por eso, es necesario que las escuelas cuenten con mecanismos de control por parte del Ministerio de Transporte, la Superintendencia de Transporte y las autoridades locales”.
De otro lado, insistió en qué debería pensarse en un examen estatal orientado a corroborar las verdaderas capacidades de un aspirante antes de obtener el pase.
Al preguntarle a la Agencia Nacional de Seguridad Vial si coincidía con esta apreciación, respondió que “definitivamente es necesario que el Estado implemente la prueba teórica y práctica para quienes quieren acceder a una licencia de conducción”.
Voz del gremio
“Cómo se dice en Colombia: hecha la ley, hecha la trampa”, comentó Andrés Medina, coordinador del CEA Condubello, al recordar que, desde 2017, a todas la escuelas se les exigió formar a los aspirantes a conductor a través de clases teóricas y prácticas, algo que, según resaltó, no pasaba antes de ese año.
“Tristemente, no todo el mundo está a favor de las normas y los mismos estudiantes llegan con ese apego al viejo sistema, cuando la licencia se expedía solo al entregar el dinero”, enfatizó.
Sin embargo, desde su óptica, los alumnos que incurren en estas irregularidades “pueden perder su dinero porque, aunque les ofrezcan el cielo y la tierra, al final solo les entregan una lámina que no se ve reflejada ante el Ministerio de Transporte ni en el Registro Único Nacional de Tránsito (Runt), en donde se tiene la validez completa sobre la licencia de conducción”.
Adicionalmente, el conocimiento compartido durante el proceso de formación es vital para evitar los “conductores de papel”, aquellos con una certificación, pero que incurren en imprudencias por desconocer las señales y el Código Nacional de Tránsito.
Sobre el control de esos CEA que certifican irregularmente, la Superintendencia de Transporte aseveró que “está desplegando como estrategia el fortalecimiento del Sicov, de acuerdo con la ley 2050 de 2020”. Así mismo, sostuvo que está potenciando el trabajo con la Policía Nacional, “que también ha detectado una gran cantidad de conductas en las que se cometen este tipo de falsedades”.