Colombia

Benedetti, casi entre lágrimas, acepta ser adicto a las drogas: quedan preguntas para el Gobierno

Dijo que el año pasado hizo un tratamiento de 34 días y que lleva siete meses sin consumir. La revelación plantea otras preguntas sobre los tomadores de decisiones en el Gobierno.

hace 10 horas

La semana pasada en toda la prensa se titulaba que nunca en la historia de un gobierno colombiano un exministro había acusado a un presidente en ejercicio de ser un drogadicto, como lo hizo el excanciller Álvaro Leyva en una carta que podría tener segunda parte. Ahora el ministro del Interior, Armando Benedetti, se convirtió en otro funcionario en romper un récord.

Nunca un político de ese nivel había aceptado ser un adicto a las drogas. Benedetti lo hizo en dos entrevistas el fin de semana; una a la revista Cambio y otra a El Tiempo, en las que contó detalles de cómo fue su tratamiento de rehabilitación en México el año pasado y cómo ha sido mantenerse sobrio y sin consumir durante los últimos siete meses. “Las puertas de la adicción te abren puertas de infidelidad.

He sido bastante infiel y me arrepiento de eso”, dijo además sobre su relación con Adelina Guerrero, con quien está actualmente después de varios problemas en España cuando Benedetti era el embajador ante la FAO. Guerrero había presentado una queja a las autoridades españolas por una supuesta agresión en un restaurante. ”A veces me da duro aceptar eso. Yo no quisiera ser drogadicto. Y lo soy, es una enfermedad y pues no hubiera querido ser. Uno pudiera pensar que todo habría sido diferente porque eso te lleva mucho a la prepotencia. El 90 % de los problemas que yo tengo son por la prepotencia”, agregó. Luego se sentó con el embajador encargado de Estados Unidos para discutir, justamente, la política contra las drogas.

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Algunos críticos consideraron que la confesión de Benedetti fue valiente y le aporta a la conversación sobre el consumo problemático de drogas, que debería ser tratado como un asunto de salud pública. Pero al mismo tiempo la revelación sirvió para que la lupa sobre la carta de Leyva que le apuntaba al presidente Petro cambiara de foco. Además, hay preocupación sobre el estado de salud de dos funcionarios tomadores de decisiones como el ministro y el presidente sin que haya certeza por la ausencia de diagnósticos precisos. Petro ha insistido que la carta de Leyva es una calumnia y el canciller estaría preparando la segunda.

De otro lado, Laura Sarabia declarará este miércoles en la Fiscalía. Lo hará en contra de su exjefe y ahora compañero de equipo. La canciller regresó desde Roma solo para cumplir ese compromiso, pues estaba en el funeral del papa Francisco junto a la primera dama, Verónica Alcocer. Esto sucede luego de una petición que Sarabia hizo desde Osaka, Japón, para que la investigación que la Fiscalía tiene en contra de Benedetti por las agresiones de 2023 a Sarabia se agilizara.

Y se da también en el contexto de la aceptación de su exjefe. La investigación es una que adelanta la Fiscalía por las agresiones de Benedetti que podrían consolidarse como violencia política. Y surge especialmente de las grabaciones que publicó la Revista Semana en junio de 2023, en las que Benedetti le pedía cargos a Sarabia, entonces jefe de gabinete del Gobierno, en un tono amenazante y con insultos. “Nos vamos a la cárcel todos (...) A Benedetti no se le encierra”, decía el ministro siendo embajador de Colombia en Venezuela.

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Su demanda era que lo nombraran en un cargo en el gabinete del presidente, como finalmente ocurrió. Por este caso Sarabia asistió a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Sarabia ya ha entregado varios audios que no se conocían en la opinión pública. Uno de ellos desató un escándalo para el ministro porque en él se escucha su voz señalando un supuesto acuerdo entre líneas con el exfiscal Gabriel Jaimes. Jaimes era el jefe de fiscales delegados ante la Corte Suprema y por un periodo de varios meses tuvo en su oficina las investigaciones contra Benedetti cuando este perdió el fuero al salir de la embajada de Venezuela por los escándalos de Marelbys Meza.

La investigación más avanzada que tenía Jaimes en su despacho era la de posible enriquecimiento ilícito y lavado de activos. Pero la etapa probatoria fue cerrada y nada ocurrió con el caso.

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La canciller está dispuesta a ahondar en lo que sucedió con sus interacciones junto al ministro. El problema es que la mayoría de esos audios tenían relación con la campaña de 2023 y será difícil que la canciller cuente de manera aislada los episodios de los que fue víctima, sin que amplíe por el contexto de la campaña, que es realmente lo clave de sus conversaciones.

La decisión de Sarabia puede ser incómoda para el presidente Gustavo Petro, porque el mandatario ha ratificado a Benedetti como el hombre más poderoso del Gobierno. Incluso, decidió hacer un cambio de la mitad de su gabinete para mantenerlo a su lado renunciando a liderazgos importantes como el de Susana Muhamad o Alexander López. La vicepresidenta Francia Márquez también quedó relegada.

La semana pasada hubo varios ruidos de la posible salida de Sarabia del Gobierno. “Ni yo he renunciado ni el presidente me ha pedido la renuncia”, dijo a EL COLOMBIANO.

La pelea Benedetti Sarabia ha atravesado toda la administración de Petro en tres rounds. Ambos tuvieron que salir pero recuperaron sus posiciones de poder y hoy comparten silla en el Consejo de Ministros. Mientras tanto, Sarabia pide a la Fiscalía que avance en la investigación en contra de su exjefe. “Desde que dejó de ser mi secretaria no me importa lo que haga o deje de hacer”, dijo Benedetti en su última referencia al tema.

En dos entrevistas durante el fin de semana, el ministro del Interior, Armando Benedetti, aceptó haberse sometido a un tratamiento de rehabilitación y dijo ser un adicto.

Los audios y chats de Benedetti

En los audios enviados por Benedetti en 2023 a la ahora canciller, había una alusión a una conversación por WhatsApp en donde Benedetti cuestionaba a Sarabia por no agilizar su nombramiento en un alto cargo. La entonces jefe de gabinete del Gobierno le hizo saber al embajador que el problema era su adicción y este respondió: “ah no, tu jefe no hace un culo”. La respuesta también planteó dudas sobre la acusación de Leyva al presidente por consumo problemático de drogas en Paris, en un caso que todavía no se ha aclarado. Esto especialmente porque Leyva habló de información que habría sido entregada por la inteligencia francesa, mientras que el jefe de Estado se encontraba en un viaje que era del 20 al 23 de junio, pero que terminó alargándose dos días hasta el 25.

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