Colombia

Arresto de “Torta” devela intento de colarse en Cuba

Fuentes judiciales indicaron que el supuesto líder político de “los Urabeños” hacía lobby en Venezuela para entrar a los diálogos.

Egresado de la U.P.B. Periodista del Área de Investigaciones, especializado en temas de seguridad, crimen organizado y delincuencia local y transnacional.

19 de febrero de 2015

La captura de Abimael Coneo Martínez, quien para la Policía es el presunto líder político de “los Urabeños”, reveló un nuevo plan de esa organización para colarse en el proceso de paz de Cuba.

El ciudadano, apodado “Torta”, fue detenido por la Dirección Antinarcóticos en Bucaramanga, en la noche del pasado martes, por una orden de captura por concierto para delinquir y entrenamiento para actividades ilícitas.

Fuentes judiciales indicaron que Coneo, natural de La Dorada (Caldas), fue líder sindical y concejal de Chigorodó, Antioquia (2000 - 2002).

“Él entró a ‘los Urabeños’ traído por alias ‘el Indio’ (Aristides Mesa Páez) y se convirtió en el jefe político, articulando toda la parte ideológica de sus bloques a nivel nacional y haciendo adoctrinamiento”, narró un investigador, quien pidió la reserva de su identidad.

Como medio para darle una imagen “política” a la estructura narcotraficante, Coneo habría ideado un periódico llamado “el Gaitanista”, el cual circuló en mayo del año pasado en Córdoba, Urabá y el corregimiento San Antonio de Prado de Medellín, donde actúa una de sus células.

Su editorial, signado por el Estado Mayor de las AGC (Autodefensas Gaitanistas de Colombia, el otro mote de la banda), prometía escuchar “lo que tengan que decir todas las voces que posean una opinión pertinente sobre el devenir del conflicto colombiano”.

Según las evidencias en poder de la Dirección de Fiscalías contra el Crimen Organizado, “colarse” en el proceso de paz es un anhelo de “los Urabeños”, ordenado por su líder Dairo Úsuga (“Otoniel”).

El clan, a través de abogados, estableció contactos con funcionarios del Gobierno, aseverando que en caso de recibir beneficios similares a la guerrilla, estarían dispuestos a “desmovilizar 8.000 jóvenes”.

Las pesquisas de la Policía apuntan a que “Torta” tenía la misión de adelantar esos contactos, y que para ello estaba haciendo lobby con políticos de Venezuela, país garante de los diálogos.

El primer indicio de este interés de “los Urabeños” quedó explícito en una carta manuscrita de uno de sus socios, Henry López (“Mi Sangre”), incautada en el campamento donde fue dado de baja el cabecilla Francisco Morelos (“Sarley”), en Turbo (24/4/13).

La misiva decía “los amigos presos en E.U., Macaco y Bernardo, y los que están en Colombia, me mandaron una propuesta, y es que las Farc piden un delegado de las Auc en la mesa y quieren que sea yo”.

Dos meses después repartieron un panfleto en el que se autoproclamaban el tercer actor armado y reclamaban diálogos con el Gobierno. “La sociedad y el Estado deben reconocer que además de las guerrillas, nosotros hacemos parte del conflicto (...). Debe existir la conciencia de que mientras no hagamos parte de un proceso de negociación, la paz seguirá siendo una aspiración postergada”, redactaron.

La Fiscalía rechaza esa idea (ver cuadro). La Dirección Antinarcóticos, responsable del arresto de “Torta”, indicó a este diario que se pronunciará oficialmente hoy, en Bogotá.

El docente Jorge Giraldo, quien integró la Comisión Histórica del Conflicto que participó con sus estudios en La Habana, opina que “incluir a estas bandas en un proceso de paz sería improcedente, porque son una agrupación de carácter netamente delincuencial, sin ideología política. Además, habría inconvenientes sobre qué herramientas jurídicas aplicarles”.

Jaime Jaramillo, exmiembro de la Comisión de Reparación, ve viable un acuerdo para el sometimiento de “los Urabeños” cambio de beneficios judiciales, pero no en el mismo proceso de Cuba, sino aparte.

“Ellos ofrecerían un sometimiento a la ley y así contribuirían a la pacificación del país. Habría que establecer, a través de una comisión de buena voluntad que dé confianza a las partes, el tratamiento legal que se les daría”, dijo. Agregó que con “los Urabeños” sería más fácil negociar, porque carecen de una agenda programática compleja como la de las Farc.