Colombia

Apelación en el Senado: inédito camino del Gobierno para revivir reforma a la salud

Se trata de un trámite que el presidente del Senado, Iván Name, ha calificado como sui géneris, pues no ha sido una alternativa usada cuando se hunde un proyecto de ley.

Periodista con cinco años de experiencia en medios de comunicación.

15 de abril de 2024

Si hay algo claro luego de un año y medio de hablar sobre la reforma a la salud en el país, es que es un lázaro que se levanta cuando parece estar muerta. Pasó en la Cámara de Representantes hace un año cuando fue aprobada en primer y segundo debate, a pesar de que previo a esto los directores de tres partidos (La U, Conservador y Liberal) le dieron la espalda. Y ahora, buscan reeditar esa “resurrección” con un trámite poco usado y conocido del Congreso.

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El presidente Gustavo Petro es claro: no la quiere dejar morir ni tampoco su bancada en el Legislativo. Por eso, el mandatario les pidió a los congresistas que “traten de salvar la reforma a la salud, porque es salvar a la gente” y les sugirió que “el Congreso de la República se puede reconciliar con la población”.

La única herramienta de la que pueden echar mano es la apelación. Este camino está consignada en el artículo 166 de la Ley Quinta, que es el reglamento del Congreso. Allí se lee: “Negado un proyecto en su totalidad o archivado indefinidamente, cualquier miembro de la Comisión o el autor del mismo, el Gobierno o el vocero de los proponentes en los casos de iniciativa popular, podrán apelar la decisión ante la Plenaria de la respectiva Cámara”.

Imbuido en ese artículo, el senador y ponente de la reforma en el Senado, Wilson Arias, apeló la decisión ante la plenaria en donde confluyen todos los integrantes de la cámara alta. Según el artículo, debe conformarse una comisión accidental que estudie la apelación y con esto se “decidirá si acoge o rechaza la apelación”.

En ese sentido, el presidente del Senado, Iván Name, anunció que los integrantes de esa comisión accidental estará integrada por los presidentes de las siete comisiones constitucionales: Germán Blanco (Partido Conservador) de la Comisión Primera, Lidio García (Partido Liberal) de la Comisión Segunda, Efraín Cepeda (Partido Conservador) de la Comisión Tercera, Juan Felipe Lemos (Partido de La U) de la Comisión Cuarta, Jaime Durán (Partido Liberal) de la Comisión Quinta, Gustavo Moreno (En Marcha) de la Comisión Sexta y Martha Peralta (Pacto Histórico) de la Comisión Séptima.

Sin embargo, aunque es un camino para revivir la reforma que está ajustada a la ley y la Constitución, es un proceso que parece no tener antecedentes y que tendrá un enemigo implacable: el tiempo (el periodo de trabajo del Congreso termina el 20 de junio).

¿Cómo se podría apelar el archivo de la reforma?

La comisión accidental tiene ocho días —que cuentan a partir del pasado jueves 11 de abril— para estudiar la apelación que presentó Wilson Arias. Luego de ese tiempo tendrán que presentar un informe al Senado en pleno en el que expondrán si hay méritos para apelar o no. Con esto, los congresistas votarán si aprueban o rechazan.

La profesora de Derecho Constitucional de la Universidad Javeriana, Tania Luna, advirtió que “hay un punto ciego” en este trámite y son las mayorías que requiere la votación de la apelación, debido a que es un escenario “del que no hay antecedentes”.

“Por lo general, cuando un proyecto se hunde, los legisladores reformulan sus propuestas o hacen alianzas políticas, pero no apelan”, expresó al respecto.

En caso de que el Senado vote a favor de apelar el archivo de la reforma a la salud, el proyecto (como quedó aprobado en sus dos primeros debates en Cámara) reviviría y sería enviado a una comisión constitucional distinta a la que la hundió (la Séptima) para que vuelva a iniciar su trámite en tercer debate.

Esto implicaría que tendrían que volver a nombrar ponentes y coordinadores ponentes, así como presentar las ponencias (positiva, de archivo o alternativa) y, por consiguiente, que se organicen los apoyos y votarlas. Todo esto se traduce en una palabra: tiempo, el cual, como lo dijo la profesora Luna, “es el peor enemigo del Gobierno”.

¿Por qué? Porque el 20 de junio deja de trabajar el Congreso y lo que no se hizo antes de ese día, se pierde. Y a Presidencia esta fecha le juega en contra en doble vía, porque en ese tiempo debe resolverse la apelación y porque —si revive la reforma con ese trámite— toda la parafernalia legislativa obligatoria que se debe hacer requiere de, precisamente, tiempo en un Senado que también discute la reforma pensional (otro proyecto bandera y promesa del presidente Petro). No obstante, citar a sesiones extras sería un as bajo la manga.

Sin ir más lejos, a la reforma a la salud no se le puede dar por muerta. Ni en el Congreso ni en el Gobierno, pues hasta ahora las decisiones del Ejecutivo demuestran que no darán el brazo a torcer en su intención de cambiar el modelo de salud en el país.

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