Zonas de mascotas en conjuntos: ¿la solución o discriminación?
En urbanizaciones de El Poblado la medida empieza a imponerse, pero no a todos convence.
La primera entrevista que hice, a los 8 años de edad y con la ayuda de mi padre, fue al futbolista Andrés Escobar. Desde ese día no he dejado de hacer preguntas, ni de amar el periodismo. Soy egresado de la Universidad de Medellín.
La discusión por estos días entre los habitantes de urbanizaciones como El Poblado de Chipre y Santangelo, y en otras de El Poblado, se enfoca en el manejo que se le da a las mascotas.
El debate—generado en comités y consejos de administración—no es nuevo, sin embargo, la propuesta de crear en esos conjuntos residenciales un espacio exclusivo para que los amos lleven a sus perros, para que orinen y hagan sus heces allí, es el ingrediente que ha desatado la polémica en los conjuntos residenciales.
Según Alexandra Monsalve, administradora de Santangelo, en esa copropiedad llevan un año socializando la adecuación de un sitio en el que los residentes puedan tener a las mascotas.
“Algunos de los que tienen mascotas se opusieron, piensan que les estamos restringiendo la circulación por otros espacios. A los que no tienen animales domésticos les gusta”, comentó.
Para José Correa, habitante de un conjunto residencial en la loma del Esmeraldal, en Envigado, y tenedor de un perro de raza mediana, la iniciativa de adecuar un espacio pet friendly es válida, pero cuestionó que se prohiba poder estar con la mascota en otros sitios de la urbanización, aunque se tenga la traílla.
“Si el lugar es amplio y bien adecuado, uno opta por llevar al perro allí. Lo que pasa es que a veces esos sitios están descuidados y la gente no recoge las heces”, apuntó.
Uso voluntario
Los espacios amigables con las mascotas, que se destinan en las unidades residenciales, son una alternativa para evitar las heces en todas las zonas verdes y que haya perros sueltos por el conjunto, cerca a niños, los que suscita la molestia de algunos habitantes.
Así lo consideró Luis Hernando Mejía, director de Corpoblado, quien afirmó que la iniciativa está tomando fuerza y muchos copropietarios le están pidiendo a las administraciones de sus conjuntos que habiliten el espacio exclusivo para los perros.
“En algunos que ya empezaron a utilizarlo encontraron inconvenientes, precisamente por la falta de cultura en el uso del espacio. Esto es porque las personas no recogen y dejan el lugar maloliente. Y es que ningún vecino quiere que le quede al lado de su casa, por eso se están buscando mecanismos para que se socialice más”, dijo y enfatizó que lo que se está haciendo es un proceso de laboratorio.
En la urbanización Santangelo el proceso para que las personas se apropien de la zona pet friendly no ha sido fácil, aceptó Monsalve. Explicó que tuvieron que hacer una adecuación del lugar, con la construcción de un puente en madera que pasa sobre una quebrada y de un camino para facilitar el acceso de las personas con sus perros.
“Lo que quedó claro es que no podemos obligar a las personas a llevar a los perros al sitio exclusivo, pues sería cambiarle la destinación a una zona común. Entonces, lo que hicimos fue recomendar el espacio, por el bienestar de las mascotas, de sus amos y del resto de las personas”, añadió.
Se promueve el conflicto
Las mascotas han ganado un espacio importante en las familias de hoy y, por ejemplo, según Monsalve, en su urbanización de 87 apartamentos hay 40 animales entre perros y gatos.
Al respecto, Alfonso Álvarez, presidente de Asurbe, gremio que reúne a las copropiedades de Medellín, dijo que en las urbanizaciones no se ha sabido trabajar en la adaptación a esa nueva cultura y siempre se maneja desde el conflicto entre dueños de mascotas y quienes no les gustan.
“Se ponen carteleras orientados a mostrar el problema: que no se recogen los excrementos, que no se usa traílla, que el ruido. Pregunto: ¿cuántos amos son irresponsables en la tenencia de mascotas? En una urbanización con 200 apartamentos me respondieron que cinco. Entonces, por cinco situaciones generamos un problema de comunidad y no nos concentramos en proponer”, afirmó.
Para Álvarez es preocupante que se deje el mensaje, con los sitios exclusivos para mascotas, de una discriminación para los tenedores de estos animales. Sin embargo, apuntó, es viable si hay concertación entre los habitantes y se socializa de manera adecuada.
“Estos espacios son una práctica nueva, y muestra que las administraciones y los consejos son creativo y se piensan en soluciones. Pero no debe ser una exigencia. Los ejercicios son válidos si son por medio de acuerdos, con argumentos, de esa manera la gente entra en razón”, concluyó.