Seguridad

Los males que azotan a la comuna 12 (La América) en Medellín

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23 de julio de 2018

Este es el tercero de una serie de podcast sobre la violencia en las comunas, corregimientos y sectores de Medellín. Una reflexión con las autoridades, líderes sociales y habitantes sobre lo realmente necesario para erradicar las confrontaciones armadas de estos lugares.

La calle principal del barrio Santa Lucía es un hervidero en horas pico. El metro recibe y descarga cientos de peatones que corren para alcanzar el verde de los semáforos peatonales y que hacen maromas para esquivar vendedores ambulantes. Muchos se quedan en medio del camino: comprando el medio litro de helado, las empanadas calientes y la chunchurria crocante o los aguacates que darán sabor al próximo plato.

Un CAI de la Policía a pocos metros de la estación da una aparente sensación de seguridad en medio de una fila interminable de locales comerciales. Sin embargo las motos zumban y muchos conductores pasan sin casco por las narices de los uniformados. Además, la extorsión al comercio es un secreto a voces del que pocos hablan porque el barrio es solo uno de los territorios donde el combo de El Coco manda desde hace varios años.

(Escuche aquí el segundo podcast: Así se vive en la 13, la comuna donde hay más combos que barrios)

Allí, en límites de las comunas 12 y 13 del occidente de Medellín, las pugnas por control territorial de cuatros bandas dispararon los indicadores de homicidios en esa zona de la ciudad.

Un dato ilustra la problemática: durante el primer semestre del 2018 la comuna 12, un espacio conformado por trece barrios en el que viven cerca de 100 mil personas, aumentó un 217 % sus muertes violentas.

(Lea aquí Policía Metropolitana escoltó 280 buses para restablecer el servicio en el occidente de Medellín)

Fueron 19 asesinatos, en un territorio que históricamente no ha sido tan golpeado por el conflicto, frente a seis casos que ocurrieron en el mismo periodo del año anterior. Este registro convirtió a La América en la comuna de Medellín donde más aumentó porcentualmente el delito de homicidio.

Buena parte de esa oleada se explicaría por la disputa territorial de cuatro bandas que operan en el occidente de la capital antioqueña: El Coco contra el combo de La Agonía y la banda Betania contra la organización delincuencial La Torre (Escuchar audio ubicado en la parte superior del artículo).

Estas rencillas se agudizaron en los últimos tres meses cuando personajes claves en el andamiaje criminal de las comunas 12 y 13 cayeron tras las rejas: alias Juancito, señalado de ser el cabecilla de la banda Betania y quien se entregó a las autoridades a principios de mayo, y la captura de Alias Sombra, líder de la Odín Robledo y a quien debe responderle la banda de La Torre.

Un líder social de la comuna, que pide proteger su identidad por razones de seguridad, comenta que la situación se agrava porque en La América hay un porcentaje alto de adultos mayores y muchas veces a la gente le da miedo denunciar:

“El comentario de la comunidad es que no creen en la institucionalidad, desafortunadamente porque ellos mismos ven que algunos policías charlan con los combos. Debido a eso son renuentes a dar cualquier tipo de información y no denuncian porque temen quedar expuestos”.

Esta desconfianza hacia algunos uniformados hace que la comunidad no denuncie y que, más por resignación que por convicción, termine aceptando prácticas ilegales como el cobro de extorsiones al comercio o al sector transporte.

Una alternativa para mitigar la falta de denuncias sería la plataforma ¡A Denunciar!, creada por la Policía Nacional y la Fiscalía donde se pueden instaurar denuncias y aportar datos que permitan a las autoridades desmantelar estructuras que atemorizan a comerciantes y habitantes de los barrios.

(Lea aquí Capos de Antioquia hacen fila para sometimientos)

Desde que la situación se agravó, el alcalde Federico Gutiérrez ha reiterado que el camino para superar esta problemática estructural es, además de las capturas de los cabecillas y un eventual sometimiento de los jefes, una inversión social que le arrebate jóvenes a la guerra:

“Para que eso sea exitoso no es solo que ellos - los capos - firmen y entreguen armas y platas y ya, sino qué pasa con miles de jóvenes que han tomado el camino de la ilegalidad, por eso todo el acompañamiento psicosocial para ellos y sus familias y todo el acompañamiento educativo si quieren validar y acceder a la educación superior. Las oportunidades son para todos. Si hay que inyectar más recursos porque estos jóvenes - los que hoy delinquen - van a llegar a programas sociales, se hace porque los cupos están para técnicas, tecnologías y carreras profesionales”.

Justo en ese territorio la administración contempla el proyecto de la Ciudadela Occidente, un espacio educativo donde antes funcionó la cárcel de mujeres El Buen Pastor, que beneficiaría a más de 8 mil jóvenes de las comunas 12 y 13 y en el que se invertirían más de 125 mil millones de pesos. Sin embargo para que eso sea realidad faltan por lo menos 18 meses de obras y a muchos pelaos ya el tren de la legalidad los habrá dejado.