Antioquia

Para qué cebras si pocos las respetan

Creadas para priorizar el paso de los caminantes por las vías, en Medellín son irrespetadas hasta por sus usuarios. El peatón: la principal víctima de accidentes en las calles.

Periodista de la Universidad de Antioquia interesado en temas políticos y culturales. Mi bandera: escribir siempre y llevar la vida al ritmo de la salsa y el rock.

20 de diciembre de 2017

Ni pintándolas de colores se ha logrado que las cebras peatonales, en Medellín, sean totalmente respetadas por los conductores y por sus usuarios: los peatones. La Secretaría de Movilidad sigue buscando el modo de que sean usadas adecuadamente como parte de su política de integrar la vía, para que en ella transiten en armonía los que van a pie y el resto de vehículos.

El peatón sigue siendo la principal víctima mortal en accidentes de tránsito en la ciudad. Este año van 105 personas que han muerto en las vías, por delante de los motociclistas (93) y sus acompañantes (17).

Aunque se ha reducido la accidentalidad en un 15 % (el año pasado murieron 123 peatones), hace falta mucho camino para que las cebras no sean solo rayas pintadas en el suelo que se pasan por alto.

El Código Nacional de Tránsito colombiano establece que, a menos que haya un semáforo regulador del paso, los vehículos (incluidas las bicicletas) deben ceder el paso a las personas que intentan cruzar la vía.

Por otro lado, el peatón debe usar estas demarcaciones y no atravesar la calle por cualquier sitio y usar puentes peatonales en los lugares donde existen. No obstante, esta alternativa no es la mejor opción cuando se trata de personas que tienen movilidad reducida.

La Secretaría de Movilidad no cuenta con un registro exacto de cuántas cebras existen en Medellín, apenas lo está creando; sin embargo, sí han contabilizado las intersecciones con semáforos peatonales: 95.

El peatón se resiente

En algunos sectores de la ciudad se observa cómo los semáforos priorizan sobre los vehículos, mientras los peatones deben esperar por largos minutos para que la luz verde, que se enciende por menos de 60 segundos, les otorgue permiso para cruzar.

En otros casos, ni hay cebras que den posibilidad de pasar, sino que a trotes ligeros la ciudadanía de a pie se abre paso entre carros y motos. Y eso lo manifestaron nuestros usuarios en la cuenta de EL COLOMBIANO en Facebook.

“Muchos de los conductores creen que la cebra está ahí por adornar y algunos de estos desconocen el uso tan importante que tiene; otro elemento a destacar es que en muchos casos el paso no coincide con rampas para personas con movilidad reducida, ciclovías, aceras y semáforos peatonales”, señala el ciudadano Daniel Palacio.

El testimonio se podría aplicar perfectamente en el resto de las ciudades colombianas. A falta de consolidar las cifras totales de este año, en 2016 la Agencia Nacional de Seguridad Vial reportó que en el país fallecieron 1.742 peatones, un 25,6 % de las víctimas fatales en las vías.

Por eso, transeúntes como Gabriel Carmona aseguran que prefieren pasar la calle donde haya semáforos y cebras, y así evitar el riesgo de que un vehículo los arrolle.

“¿Alguien ha cruzado a pie la glorieta cerca a la Terminal del Sur? Dios mío, calles hasta de tres carriles y ni un semáforo, cebra mucho menos. Pasar por ahí es una verdadera hazaña”, cuestiona Andrés López.

Los peatones también denuncian problemas relacionados con la semaforización. Marcelo Narváez critica que cebras como las ubicadas cerca a Eafit, por la avenida Las Vegas, y de Carulla en el centro comercial Santafé, por la avenida El Poblado, tienen un tiempo de cruce insuficiente.

“Estos son dos lugares muy transitados, deberían incluso pensar en instalar puentes peatonales para estas zonas”, opina.

Otro problema bastante denunciado es la pintura. Comentan que las señales se borran fácilmente con el paso del tiempo y no se les hace adecuado mantenimiento; en otros casos son trampas mortales, por texturas resbalosas, para bicicletas y motos.

“Las cebras entre Pascual Bravo e ITM hacia la Universidad de Antioquia (en Robledo), existen pero parecen invisibles. Es un peligro siendo una zona muy concurrida por estudiantes de colegio, universidad y adultos”, apunta Catalina Gil.

Deber y vigilancia

Para controlar la invasión de vehículos sobre los pasos peatonales o no ceder el paso al peatón, el Tránsito cuenta con las cámaras de fotodetección y los comparendos manuales impartidos por agentes.

En 2017 se ha multado a 8.059 conductores, un 17 % menos con respecto a 2016, cuando se sancionaron 9.678 infractores. El código de la multa en estos casos es el C-32, y asciende a un valor de 368.865 pesos.

“Puede que exista un subregistro, debido a que son muchos los cruces peatonales y no tenemos tantos agentes para controlar cada uno de ellos”, confiesa Mario Ramírez, subsecretario de Seguridad Vial y Control de Medellín.

La Secretaría de Movilidad de Medellín desarrolló el pasado mes de agosto una campaña llamada “Todos somos peatones”, que consistió en promover en las vías el respeto por estos usuarios, pero también educar en el cumplimiento de las normas de tránsito y el uso de aceras y cruces peatonales permitidos entre quienes van a pie.

Los mismos ciudadanos lo reconocen. Nataly Marín considera que “un grave problema es que los peatones pasan por cualquier parte de la calle aún cuando existen cebras. Falta de educación por parte y parte”.

Soluciones

En 2016 la Gerencia de Movilidad Humana de Medellín pintó 15 cebras de vistosos colores, con el objetivo de que se convirtieran en un ícono y no pasaran desapercibidas.

Sin embargo, muchas de estas hoy en día se encuentran despintadas, y la dependencia reconoce que se trató de un proyecto piloto de corto plazo, pero ayudó a estructurar un Plan de Cruces Seguros que, en 2018, intervendrá al menos 30 cebras de la ciudad que presenten el mayor registro de accidentalidad.

En Cartagena, el pasado mes de octubre se llevó a cabo la intervención de uno de estos pasos peatonales. Mediante pinturas se le dio una apariencia de tercera dimensión con el fin de tener mayor impacto a ojos de los conductores y reducir la accidentalidad del peatón.

En la ciudad mexicana de Puebla varias cebras contienen mensajes y vistosos colores que invitan a peatones y conductores a tener mayor conciencia vial y respeto por las normas de tránsito.

También hay soluciones que se han aplicado en municipios vecinos a Medellín. Jaime Henao Estrada, residente de la capital antioqueña, propone construir cebras a desnivel, parecidas a las que existen cerca al Polideportivo Sur de Envigado.

“Son también como los cruces que hay en la ciclovía en Laureles. De esta manera, los vehículos se ven forzados a disminuir la velocidad para darle paso a quienes deben tener prioridad: los peatones”, sugiere.

Mejorar la infraestructura, pintar las cebras de colores, o cualquier alternativa, se quedaría corta si no está acompañada fuertes campañas para generar cultura en la ciudadanía.

Así lo cree el concejal Daniel Carvalho, quien señala que las estrategias no deben quedarse en cuestiones de un solo año o de una sola administración. Para él, las iniciativas deben perdurar para generar un cambio real.

“Nos hace falta enseñar las normas de tránsito desde el colegio y, por otro lado, corregir temas como la expedición de licencias de conducción, por ejemplo, que es poco riguroso en Colombia”, apunta Carvalho.