Nació la primera bebé de migrantes en bodega de Turbo
Periodista egresado de UPB con especialización en literatura Universidad de Medellín. El paisaje alucinante, poesía. Premios de Periodismo Siemens y Colprensa, y Rey de España colectivos. Especialidad, crónicas.
Mientras el Gobierno colombiano sigue sin hallarle solución al drama de los migrantes cubanos varados en Turbo, en el hospital de esta localidad nació la primera bebé de una pareja de isleños, que se erige como un milagro en medio de este drama humanitario.
La pequeña, que llevará por nombre Tahiler, es hija de Aderelys Ofarril Alonso, una joven licenciada en cultura física de 27 años, y Juan Miguel Hinojosa Carrillos, de 21 años, que llegaron a la localidad urabaense con la ilusión de cruzar la frontera y llegar a Estados Unidos.
“Estoy acá porque vine a cumplir mi sueño de que mi hija nazca libre, alegre, sin miedo y que tenga derecho a todo lo que desea un cubano”, dijo Aderelys con su bebé en los brazos. El parto fue por cesárea y Tahiler, que llegó al mundo en perfectas condiciones de salud, pesó 2.900 kilos.
Aderelys es natural de Güines, provincia de Mayabeque, y es la primera en dar a luz de un total de 11 cubanas embarazadas que ocupan la bodega de Turbo que sirve de albergue a un grupo de inmigrantes que ya se calcula que supera los 1.400, pues las autoridades de Turbo creen que ante la imposibilidad de alojar más personas en este sitio, muchos llegan a instalarse en casas de familia y hoteles.
Emelides Muñoz, secretario de Gobierno de ese municipio, sostiene que “es posible que en otros sitios de Turbo haya más migrantes”, pero el dato oficial se desconoce porque, considera, muchos se ocultan.
A principios de esta semana, la Procuraduría General de la Nación le solicitó a la Cancillería que realice gestiones para resolver la situación de estos migrantes irregulares, que se encuentran hacinados en condiciones infrahumanas, apenas con los servicios básicos de alimentación y agua potable suministrada por la Empresa de Acueducto local con apoyo de la Alcaldía, que la provee para garantizar los mínimos humanitarios a que tienen derecho estas personas por su condición de seres humanos.