Antioquia

Derrumbes y regiones aisladas, lo que quedó del invierno en Antioquia

Deslizamientos ocasionaron cierres totales en tres troncales y generaron pérdidas. Suroeste, el más afectado

Periodista del Área Metro. Me interesa la memoria histórica, los temas culturales y los relatos que sean un punto de encuentro con la ciudad en la que vivo, las personas que la habitan y las historias que reservan.

13 de junio de 2019

Para cruzar hasta Titiribí, Johana Arias, quien venía desde Bogotá, tuvo que balancearse por encima de un alud, entre la maquinaria que retiraba los escombros, y guardar equilibrio con sus maletas.

Cuatro días estuvieron los habitantes de este municipio del Suroeste antioqueño encerrados por completo. Desde el 8 de junio tres deslizamientos en diferentes sectores dejaron todas las vías de acceso obstruidas y, solo hasta el martes en la tarde, la concesión Covipacífico pudo habilitar el paso controlado a un carril en La Huesera.

La situación es habitual, dice Santiago Ochoa, alcalde, y agrega que los constantes derrumbes tienen a Titiribí en la incertidumbre: el comercio en el sector de La Albania está muerto, los negocios siguen cerrados y es un lío remitir pacientes enfermos a otros hospitales.

El caso de Titiribí no es aislado. El pasado 1 de junio, 25 vehículos quedaron atrapados por un derrumbe en el alto de Ventanas, en la troncal a la costa Atlántica, en el norte.

Por la temporada de lluvias, el 28 de mayo un desprendimiento de 300.000 m3 de tierra obligó al cierre de la vía Medellín- Bolombolo y taponó la quebrada La Sinifaná.

Y ayer la vía hacia el Urabá antioqueño amaneció cerrada por derrumbe en El Tigre, entre Uramita y Dabeiba.

De acuerdo con Policía de Carreteras, no hay una cifra consolidada de cuántos deslizamientos han ocurrido en Antioquia este año, pero los reportes del estado de las vías indican que los puntos de mayor afectación son los sectores de La Frisolera y Ventanas, en el norte; y La Huesera y La Sinifaná, en el suroeste.

Sobrecostos inviables

Álvaro Alzate, director ejecutivo de la Asociación de Transportadores de Carga (ATC), manifestó que los derrumbes le han ocasionado a este gremio sobrecostos de hasta el 50% por los incrementos en combustible y en mantenimiento. Así, dijo el director, si un flete cuesta $900.000, con las vías cerradas puede llegar a costar $ 1.800.000.

Hoy la mayor afectación para el transporte de carga está en La Sinifaná, en la vía a Bolombolo, puesto que los conductores deben tomar la ruta alterna de Venecia y Fredonia que, según Alzate, “puede colapsar porque no está diseñada para ese mayor flujo”.

Otro lío es el aumento en los tiempos de desplazamiento. Ahora, explicó el director, ir al Suroeste puede tomar 4 horas más de lo previsto para tractomulas y volquetas.

El riesgo en la alta montaña

Louis Kleyn, presidente de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), destacó que la etapa de construcción es la más riesgosa en cualquier proyecto, cuando las lluvias suelen ser el factor detonante de los deslizamientos. Sin embargo, agregó, inciden también el impacto de las obras sobre la montaña y la deforestación.

En caso de contingencia, recordó Kleyn, quien debe asumir las reparaciones son los concesionarios.

José Ricardo Villadiego, gerente del consorcio constructor de la Concesión Autopistas del Nordeste (a cargo de la Conexión Norte), indicó que no es posible predecir cuándo ocurrirá un derrumbe, aunque sí pueden identificarse las zonas más vulnerables.

Para el caso de este proyecto 4G, un total de 145 km entre Remedios y Caucasia, el tramo más crítico está a la altura de Zaragoza, en la Unidad Funcional 2. Según Villadiego, hay madrugadas en las que los operarios encuentran hasta cinco kilómetros de la vía cubiertos por derrumbes.

El gerente precisó que en el tramo entre Remedios y Zaragoza (58 km) el riesgo es mayor por ser de alta montaña.

José Fernando Flórez, director de Operación y Mantenimiento de la Concesionaria Devimar (del proyecto 4G Autopista al Mar 1), explicó que en los últimos seis meses se han presentado varios movimientos en masa dentro de la vía concesionada, originados por lluvias y sin inconvenientes para la movilidad.

Flórez coincidió en que no es posible predecir estos deslizamientos, pero dado que la topografía de Antioquia es proclive a la alta pluviosidad, cuentan con equipos e inspectores viales las 24 horas para actuar en caso de incidente.

Por su parte, la concesión Autopistas Urabá, del proyecto Autopistas al Mar 2, informó que el tramo crítico de esta conexión, entre Cañasgordas y Necoclí, son los 115 km entre Cañasgordas y Tasidó, por ser una zona escarpada donde los taludes laterales presentan desprendimientos ocasionales .