Antioquia

Deslizamiento de tierra amenaza con tragarse una vereda en el Aburrá

En la zona de influencia habitan 264 personas. El desplazamiento afectaría redes de agua y gas.

Periodista del Área Metro. Me interesa la memoria histórica, los temas culturales y los relatos que sean un punto de encuentro con la ciudad en la que vivo, las personas que la habitan y las historias que reservan.

30 de abril de 2019

Aníbal Buriticá mira a través de una de las grietas de su casa y puede ver una de las habitaciones de la vivienda vecina. Los huecos sobre las paredes, que comenzaron como pequeñas fisuras, aumentan de tamaño cada día desde hace meses.

En la vereda Ancón 2 de Copacabana otras casas no solo tienen grietas, sino que ya están inclinadas. Allí, un movimiento de tierra en masa que abarca una extensión de 200 mil metros cuadrados (o 20 hectáreas), tiene en alerta máxima a 70 viviendas, unas 264 personas.

Amanda Margarita Ruiz recuerda que las fisuras en la pared empezaron hace ocho meses en el comedor. Las hendiduras le dieron la vuelta a la casa, como trazando un mapa de daños por casi todos los cuartos, y hasta es posible traspasarlas con las manos. Luego se levantó el piso y algunas ventanas no pueden abrirse más. La casa de al lado, evacuada por la gravedad, amenaza con venirse encima.

Hace dos semanas a una de las viviendas que bordeaba el río se la tragó el abismo. Cayó por partes, primero el domingo, cuando cedieron algunos cuartos por los desplazamientos de la tierra. El lunes pasado siguió cediendo hasta que el martes se desplomaron el resto de sus cerramientos.

Nohemí Puerta, otra de las afectadas, dice que le queda la sensación, con lo que ha oído, de que debajo de la superficie la tierra “está como una gelatina”.

De proporciones mayores

Oswaldo Isaza, ingeniero geólogo de la Alcaldía de Copacabana, afirma que se trata de una emergencia no solo local, sino nacional. En el área de influencia, explica, está asentada gran parte de la infraestructura de servicios de agua, gas y combustible que proveen al área metropolitana y al sur del país. También están ubicadas en el sector unas 20 fábricas con aproximadamente unos 2 mil trabajadores.

El ingeniero agrega que por allí pasan las redes del poliducto de combustible nacional, también comprometido por el desplazamiento y separado solo por 15 metros de la línea que transporta el gas (lo que aumenta los riesgos).

La conducción de agua potable hacia Girardota se vio afectada y la Administración ya ordenó el cierre del antiguo carreteable hacia la costa, lo que ha afectado a las empresas del sector, que hoy no están recibiendo sus materias primas.

Sin embargo, el avance del problema ha sido lento. Los movimientos en masa en la zona, agrega Isaza, comenzaron a agravarse con la temporada invernal de finales de 2018 y hoy, en algunas viviendas, existen grietas que se están desplazando entre 2 y 3 milímetros por día.

El ingeniero precisó que necesitan realizar unos estudios geotécnicos que tendrían un costo de 800 millones de pesos y que la administración tiene dificultad para costear. Así que piden la intervención de la Gobernación de Antioquia y de otras instituciones en el tema presupuestal. “Estamos retrasados y necesitamos estos estudios para definir las obras de mitigación”.

Para atender la emergencia, la administración de Copacabana ha instalado un Puesto de Mando Unificado —PMU— y una Unidad Móvil de Salud con médico y enfermera. Además, en la zona hace presencia una comisión técnica de ingenieros que están haciendo control y seguimiento a las viviendas que presentan afectaciones estructurales.

El escape de gas que ajusta una semana

Un susto tuvieron los habitantes de Ancón 2 en la madrugada del lunes de cuenta de un ruido producido por el escape de gas en el sector, que ya ajusta una semana y que se produjo debido a la afectación en un tubo de acero de 20 pulgadas.

Así lo cuenta Ana Isabel Agudelo, vicepresidenta de la Junta de Acción Comunal de la vereda, quien explica que los hundimientos en la vías públicas son notables y que es necesario que las autoridades refuercen más las rutas de información y evacuación con la comunidad.

Juan Carlos Gómez Calle, gerente metropolitano de gas de EPM, puntualiza en que el escape de gas es también producto del gran movimiento de tierra y que la empresa está controlando la situación con personal de monitoreo las 24 horas.

Sin embargo, agrega Gómez, las condiciones son impredecibles y la reparación no es tan sencilla. Deben generar un bypass, es decir, construir un tubo paralelo temporal que les permita seguir entregando el servicio y eliminar el tramo que está generando el problema. Así que no es una reparación inmediata, aunque trabajan por solucionarlo lo más pronto posible.

La estación Ancón del Ferrocarril también quedó destrozada. El trazado de la vía férrea, ubicado en la zona del deslizamiento, sufrió pérdidas de la banca. Y, con ello, no solo comenzó a caer la estación, que es patrimonio, sino también la antigua carrirela, necesaria para el plan de reactivación del Ferrocarril y hoy perdida entre los escombros.