Buses del metro en Medellín aún no convencen a los usuarios
Las demoras en el servicio y el ruido en algunos de los automotores son las críticas más frecuentes. Metro y concesionario anuncian mejoras.
Periodista digital, orgulloso papá de Jerónimo, acompañando a los lectores desde hace ya dos décadas, primero como Coordinador de Salomón, el teléfono sabio de El Colombiano, y ahora desde los ambientes digitales. En sintonía con el cambio.
Los buses alimentadores del metro de Medellín debutaron con polémica por las calles de la ciudad en octubre de 2013 y hoy, 19 meses después, siguen despertando inquietudes en la comunidad. De hecho, en los últimos días, varios ciudadanos expresaron a través de nuestras redes sociales su inconformidad.
“Soy usuario permanente de estos carros de basura (buses), que se mantienen varados (...), el ruido dentro de estos es insoportable, pobres conductores, y debido a sus pésimas condiciones, las estaciones se mantienen como hace 20 años: filas por cuadras”, afirmó Juan David García, quien normalmente sube a una de las rutas de la Cuenca 6, para ir desde la estación Exposiciones hasta la Loma del Indio.
Aryam Ardnajela, otro de nuestros lectores, coincide en que “aparte de que son lentos, hace un calor infernal y generan un ruido insoportable, se demoran mucho en pasar y son buses tan pesados que no sirven para transportar pasajeros en una loma como la del Indio”.
Planes de las autoridades
Jaime Wilches, jefe de buses del metro de Medellín, reconoció que no ha sido perfecto el sistema de alimentación y aclaró que por la topografía de las laderas de la ciudad, donde se presentan fuertes pendientes, ha sido necesario tener vehículos robustos, que andan más despacio pero tienen más fuerza. Además, aceptó que se han encontrado dificultades con respecto a la temperatura y al ruido de los vehículos y sostuvo que están trabajando en mejoras de la mano de la firma SAO, concesionario que opera la cuenca 6; Dina, proveedor de los buses; y Cummings, fabricante de los motores.
Frente a la percepción de las demoras del servicio, Wilches explicó que los buses deben circular a una velocidad de 16 km por hora en promedio, pero en las horas pico no alcanzan los 9 km debido a la congestión en el tráfico. Por esa demora, pueden llegar a encontrarse hasta cuatro buses seguidos en las rutas ocasionando demoras. Así que un usuario en cambio de esperar los 4 minutos en promedio que debería, tiene que aguardar la llegada del bus hasta por 20 minutos.
Por otro lado, Jorge Mario Cardona, gerente de SAO, reconoció que era necesario reducir el ruido del vehículo para mejorar el servicio, por eso, en dos semanas, su empresa iniciará un cambio en el sistema de refrigeración de los motores para que sean más silenciosos.
Para solucionar el problema del sobrecupo, el gerente de SAO anunció la entrada en funcionamiento de 20 buses nuevos, con combustible diesel no de gas natural como los actuales. Además, Jaime Wilches aseguró que cuando empiece a funcionar el tranvía entrarán otros 60 buses para rutas alimentadoras.
Finalmente, Jorge Mario Cardona negó que los buses estén presentando fallas técnicas de forma reiterada. Explicó que, en promedio, pueden estar ocho vehículos detenidos a diario en áreas de mantenimiento o reparación, lo que representa el 4% del total de la flota.
Mientras se aplican estas mejoras, los usuarios deberán tener paciencia con estos vehículos, teniendo en cuenta que tienen una vida útil de 15 años u 800 mil kilómetros, lo que primero se cumpla, y podrán tener una reconstrucción completa a los ocho años, según el gerente de la firma concesionaria.